"Lo único que sé hacer es escribir"
"Ya había estado antes en Segovia. En los años cincuenta hicimos un viaje por toda España, de norte a sur y viceversa. Entre Gibraltar y Francia no encontramos ninguna pensión, dormíamos en la playa, sobre la arena. Viajábamos casi sin dinero, este país era muy distinto al de ahora, muy pobre". Doris Lessing (Kermanshah, 1919) ha llegado cansada al hotel donde se aloja tras una rueda de prensa que ha compartido con varios escritores. Ahí, por las calles de la ciudad, con su aspecto frágil y sus cabellos blancos, la impresión que transmite es la de que podría romperse. Cuando toma la palabra, es la mujer rápida y firme, llena de recursos, crítica siempre, inconformista. "No podría hacer otra cosa que escribir. Es lo único que sé hacer, lo que he hecho siempre".
"La historia del General Dann...' cuenta la caída de unas culturas y el nacimiento de otras. Vivimos siempre dentro de las ruinas de una cultura anterior"
"La Guerra Civil española fue un gran acontecimiento para nuestra generación y nos produjo un profundo 'shock"
Dentro de unas semanas, Bruguera publicará La historia del General Dann y de la hija de Mara, de Griot y del perro de las nieves. "Es una novela de aventuras, llena de historias de gente que vive en un mundo esquizofrénico", explica Doris Lessing. "El propio personaje principal, Dann, tiene algo de esquizofrénico, está un poco loco. Es un general que antes fue un niño soldado y que, como el resto de los personajes, es un refugiado, obligado a desplazarse de un lado a otro por diferentes catástrofes naturales. Gran parte de los episodios de la trama giran en torno a Kulik, un personaje que obliga a los demás a tomar partido, con él o contra él".
Tierras áridas y llenas de bestias extrañas llenan una novela épica marcada por los movimientos constantes de la gente y por la lucha por un bien escaso, el agua. "El libro en realidad cuenta una vieja historia a la que el hombre está muy acostumbrado, la caída de unas culturas y el nacimiento de otras sobre sus ruinas. Hay muchos ejemplos. Vivimos siempre dentro de las ruinas de una cultura anterior".
De todas las propuestas de la primera edición del festival Hay, la conversación de Doris Lessing con Marianne Ponsford, editora del suplemento de libros Arcadia en Colombia, ha sido la más solicitada. No quedaban ya entradas y hubo gente que se quedó en la puerta. La autora de El cuaderno dorado, la novela que reflejó con un sinfín de matices los cambios de sensibilidad de una época, ha tenido una vida riquísima y sonríe cuando se le pregunta por sus tiempos en que estuvo próxima al Partido Comunista de su país. "De todo eso ya han pasado cincuenta años, qué interés puede tener ahora. Era la época de la guerra fría, el mundo era diferente. Entonces todos éramos comunistas, del mismo modo que hoy nadie quiere serlo".
África marcó decisivamente los inicios de la escritora. Su familia se instaló en una granja en la actual Zimbabue, y la fallida experiencia allí marcó su infancia. ¿Ha vuelto a aquella tierra de sus primeros años? "Todo ha cambiado, todo está ahora destruido, sólo hay hambre y desolación. Entonces no es que fuera un país muy desarrollado, pero había una línea férrea y las infraestructuras más elementales". África es demasiado grande para poder resumir su extrema complejidad. Por eso prefiere contar una historia de Darfur, uno de los lugares más problemáticos de Sudán: "Actualmente se vive allí una situación terrible, parecida a la que describo en el libro. En las batallas participaron miles de niños soldados, algunos de los cuales ya han sido desmovilizados. La gente vive allí con una desconfianza total".
"¿Han visto ustedes algún lugar afectado por una gran sequía?". Esta vez es la escritora la que pregunta. "El cambio climático es el gran problema de nuestro tiempo. Basta ver la tierra agrietada, la extrema fragilidad de unos paisajes totalmente desnudos, vacíos. La imposibilidad de vivir".
Es inevitable volver sobre la cuestión a la que se ha aludido con mayor frecuencia en estos días de festival. El panorama del mundo después del 11-S, las respuestas que pueden dar los intelectuales, la posibilidad de que cambien decisivamente los puntos de vista y los enfoques. Pero Doris Lessing prefiere contestar recordando otro momento, otra crisis que sacudió la conciencia de los intelectuales de entonces. "Ahora se ha vuelto a hablar en España de la Guerra Civil, ¿verdad? Aquello fue un gran acontecimiento para nuestra generación y nos produjo un profundo shock. Hubo muchos que se trasladaron para combatir junto al gobierno leal, para otros fue simplemente un horizonte romántico de lucha por la justicia. Y seguramente todos compartíamos una gran vergüenza por la negativa de Reino Unido a ayudar a la República cuando las tropas de Franco recibían tanta ayuda de Hitler y Mussolini. Yo entonces sólo tenía 17 años, pero estaba junto a todos los que criticaban que se hubiera abandonado a un gobierno legal a su suerte".
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