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Reckitt sólo se compromete a elaborar un plan de recolocaciones para la mayoría de su plantilla

Los trabajadores de la planta de Güeñes inician hoy sus protestas contra el cierre

La multinacional británica Reckitt Benckiser sólo ofrece elaborar de un plan de recolocaciones en otras empresas para "la mayoría" de los 194 empleados de la planta que cerrará en Muskiz. Por primera vez, la dirección de Reckitt explicó ayer al comité de empresa las razones de su decisión "irrevovable" de trasladar la producción, que no convencieron a los empleados. "No tiene ninguna justificación", dijo el comité. La reunión estuvo precedida por una concentración de medio centenar de empleados, que sufrieron una carga de la Ertzaintza censurada por la empresa y los trabajadores.

Los planteamientos que la dirección de la multinacional expuso al comité de empresa ya habían sido adelantados en la reunión que mantuvo la tarde-noche del jueves con los viceconsejeros de Trabajo y de Industria del Gobierno vasco: que la decisión no tiene marcha atrás por cuestiones de transporte, logísticas y de abaratamiento de costes, y que ahora trabaja en buscar la recolocación de gran parte de la plantilla de su fábrica de Güeñes dentro de la comarca.

Reckitt Benckiser, que fabrica productos de limpieza del hogar y de higiene personal, tratará de buscarles una salida en otras empresas de la zona e incluso en proyectos empresariales que puedan gestarse, pero siempre fuera de la multinacional. No hubo mayores concreciones en la reunión de ayer con el comité en un hotel de Bilbao, que duró algo más de dos horas. La compañía no se plantea traslados a otras empresas del grupo, que supondrían salir de España, y las prejubilaciones serán puntuales, porque la media de edad de la plantilla oscila entre los 40 y las 45 años. La dirección, que dijo descartar por ahora la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) por su intención de llegar a un acuerdo, anunció indemnizaciones que garantizarían la menos durante dos años el actual salario a quienes no encuentren otro trabajo. Un portavoz de la compañía calificó el encuentro de "positivo" y aseguró que se celebró "en un buen clima"

Los trabajadores lo vieron más oscuro y se mostraron bastante más desesperanzados. "[El cierre] no está justificado, porque la cuenta de resultados es suficientemente abultada", afirmó el presidente del comité de empresa, Nacho Velasco, de ELA. Los representantes sindicales pidieron a la dirección que "reconsidere" su decisión y califique de "revocable" el anuncio de la clausura. Velasco no se mostró muy satisfecho de los contactos mantenidos con las distintas administraciones vascas. "Hay declaraciones que parecen de apoyo y otras que parecen un poco ambiguas".

"Generalidades"

Los trabajadores censuraron también la exposición "sin datos" de la dirección de Reckitt, por lo que ambas partes han quedado en reunirse el martes para que la empresa presente un documento ya concreto de sus intenciones. "No podemos hablar de generalidades", aseveró un representante sindical.

La reunión de ambas partes se tuvo que interrumpir hasta dos veces por los incidentes en el exterior. Medio centenar de empleados se concentró a la entrada del hotel de Bilbao en el que se celebró el encuentro. La protesta no tenía permiso, lo que motivó la intervención de la Ertzaintza, con forcejeos y empujones. Tanto la dirección como el comité criticaron la actuación policial. "Los trabajadores no estaban haciendo ningún acto que pudiera desembocar en esa carga", dijo Velasco.

La plantilla ha convocado para hoy una concentración frente al Ayuntamiento de Güeñes y el comité estudiaba ayer una calendario de movilizaciones para los próximos días.

Las reacciones contrarias al cierre continuaron ayer. El PSE ha presentado una pregunta en el Parlamento, dirigida al lehendakari Ibarretxe, para que explique su compromiso público de crear 290 empleo en la localidad vizcaína, algo que ha sido calificado de "metáfora" por la consejería de Industria, ya que no hay ningún proyecto concreto. "Es un tema muy serio para hacer metáforas y anunciar promesas que luego no se concreten", criticó el PSE. Ezker Batua propuso un gran pacto entre agentes políticos, sindicales y sociales para buscar soluciones a las deslocalizaciones.

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