"La deuda es una soga para los pobres"
Jean Ziegler, ponente especial de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, ha decidido dar una vuela de tuerca a su labor y desvelar las vergonzosas razones que alimentan el hambre en la década de la globalización. De esa investigación ha nacido El imperio de la vergüenza (Taurus), un alegato contra el insoportable poder de las grandes multinacionales en la escena política, tecnológica y financiera y los efectos perversos que produce en los pobres.
Pregunta. Argumenta que la ONU vive un periodo agónico. Resulta poco esperanzador...
Respuesta. Vivimos una tragedia en medio de una de las épocas más prósperas. La humanidad vive en la abundancia y, sin embargo, jamás la miseria ha sido tan grande: 100.000 personas mueren al día a consecuencia del hambre.
P. Achaca esta esquizofrenia a que las grandes multinacionales actúan como poderes feudales sobre los Estados.
R. Según el Banco Mundial, en 2005 las sociedades más potentes controlaron el 52% del PIB del planeta. Pero lo que alimenta esta esquizofrenia es que el principal país que aporta fondos a la ONU -este año con un 26%- es EE UU.
P. A usted le parece una infamia que persista lo que llama el hambre estructural.
R. Hay dos clases de hambrunas, la coyuntural, como ahora sucede en el Cuerno de África, a causa de la sequía. Y el hambre estructural, el del subdesarrollo, la desnutrición fetal: ésa que transmiten las madres a los hijos porque ellas mismas están subalimentadas.
P. ¿La condonación de la deuda externa sería una vía más directa para atajar el hambre?
R. La deuda externa es la soga que asfixia a los países en vías de desarrollo. Todos sus ingresos se van en los intereses de la deuda y no se puede invertir en educación, salud, etcétera.Depende, en parte, de la opinión pública. No somos impotentes ante el orden internacional: en democracia lo podemos todo si nos organizamos.
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