MIRADOR
Montjuïc. El Ayuntamiento de Barcelona siempre ha cumplido con la legislación vigente al izar sus banderas en los balcones e instalaciones municipales. La catalana y la española han ondeado juntas en las festividades oficiales y en los lugares y momentos adecuados. Exigirle ahora que hiciera ondear la bandera española en lo alto del castillo de Montjuïc, como hizo el ministro de Defensa, José Bono, y plantearlo como condición para hacer efectiva la promesa de devolución de la fortaleza, no es precisamente una demostración de confianza en las autoridades municipales ni de afecto a la ciudad. Bono ha conseguido con su extemporánea exigencia reavivar un viejo agravio sobre un viejo símbolo de opresión barcelonesa. Pero el presidente del Gobierno ha aclarado rotundamente que esta vez, hoy mismo en el Consejo de Ministros, la fortaleza pasará definitivamente a la ciudad.
Mladic. La UE ha dejado claro a Belgrado que está cansada de maniobras dilatorias e intoxicaciones respecto al paradero y la detención del criminal de guerra Ratko Mladic, el general serbio que orquestó y dirigió, entre otras, a las órdenes de su jefe político Radovan Karadzic, la matanza de nada menos que 8.000 musulmanes bosnios tras la caída de la ciudad de Srebrenica, en 1995. El comisario europeo de la Ampliación, el finlandés Olli Rehn, advirtió ayer a Serbia de que ha de entregar de inmediato a Mladic al Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia, que busca también por genocidio y crímenes de guerra a Karadzic, o resignarse a perder todos los trenes de acercamiento a Europa, algo que decidirán el lunes los ministros de Exteriores de la UE. Mladic está en Serbia y localizado. Belgrado ha de entregarlo o hundirse en el nuevo aislamiento. Se acabaron las bromas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Ratko Mladic
- José Manuel Durao Barroso
- TPIY
- José Bono
- Política nacional
- Opinión
- Serbia
- Monumentos
- Símbolos políticos
- Comisión Europea
- Corte Penal Internacional
- Barcelona
- Patrimonio histórico
- Cataluña
- Patrimonio cultural
- Política exterior
- Ayuntamientos
- Unión Europea
- Gente
- Cultura
- Organizaciones internacionales
- Administración local
- Administración pública
- Política
- Arte