Hwang no obtuvo células madre humanas pero sí clonó un perro
El informe de la Universidad de Seúl pide un fuerte castigo para el científico coreano
El veterinario coreano Hwang Woo-suk recibió ayer la puntilla tras dos meses de constante descrédito, de la mano de la Universidad de Seúl, cuyos expertos han concluido que falsificó todos los experimentos con células madre humanas que dieron lugar a avances considerados históricos en 2004 y 2005. Sin embargo, las primeras pruebas realizadas sobre el galgo afgano Snuppy, presentado en agosto de 2005 por Hwang como el primer perro clonado, indican que se trata verdaderamente de un clon.
El portavoz de la comisión de investigación de la Universidad de Seúl (de la que Hwang, de 53 años, era catedrático), indicó ayer que los datos presentados en los artículos de 2004 y 2005 publicados en Science sobre células madre embrionarias humanas fueron "deliberadamente falsificados", informa Reuters. Tales células simplemente no existen, lo que significa que Hwang no consiguió derivar células madre de un embrión humano clonado, como publicó en 2004, ni tampoco obtuvo células madre por el mismo método de personas aquejadas de diversas enfermedades, como aseguró en 2005. Este último trabajo fue considerado un gran avance porque suscitó la esperanza de que se podrían utilizar células madre embrionarias compatibles con el paciente para regenerar tejidos en caso de diversas enfermedades.
La confirmación de la falsificación hace retroceder la investigación sobre producción de células madre embrionarias al menos dos años, porque ningún otro equipo del mundo lo ha conseguido hasta ahora. Al parecer, Hwang sí consiguió en algunos casos que clones humanos alcanzaran la primera fase de desarrollo, pero nada más. Para ello, señala el informe de la universidad, Hwang utilizó 2.061 óvulos, donados en cuatro hospitales, por mujeres que en algunos casos al menos recibieron compensación económica, Hwang aseguró que sólo utilizó 242 óvulos.
El pasado 23 de diciembre, ya avanzó la universidad la probable falsificación del segundo trabajo. Desde entonces, Hwang, que tiene prohibida la salida del país lo mismo que 10 de sus colaboradores, no se ha dejado ver en público. En su informe, la universidad pide un fuerte castigo académico para Hwang y los miembros de su equipo que sean hallados culpables de la falsificación: "Estos individuos no pueden ser considerados como representante de la ciencia en Corea del Sur", se afirma en el texto.
Posibles delitos
La fiscalía ha anunciado una investigación sobre los posibles delitos cometidos por Hwang, especialmente el uso fraudulento de fondos públicos. El ministerio de Ciencia y Tecnología, informa Efe, señaló ayer que Hwang ha recibido en los últimos siete años 9,3 millones de euros como subvenciones, de los cuales ha gastado 7 millones, aunque no está claro su destino.
El caso Hwang está teniendo ya consecuencias políticas. Ky-young Park, asesora del presidente de Corea del Sur para temas de ciencia, anunció ayer su dimisión. Park había firmado junto a Hwang el artículo de 2004 sobre células embrionarias humanas.
La historia de Hwang que está emergiendo al hilo de este escándalo científico es la de un estudiante de origen humilde, muy ambicioso y obsesionado con la clonación desde que empezó su carrera científica. Nacido en plena guerra civil en un aldea ganadera a 70 kilómetros de la capital de Corea del Sur, Hwang perdió a su padre cuando tenía cinco años, y ayudó a su madre y cuatro hermanos cuidando ganado, de donde deriva su interés por la veterinaria. Gracias a una beca, estudió esta carrera en la Universidad de Seúl, la más prestigiosa del país, por la que se doctoró en 1982 con una tesis sobre reproducción animal. Entonces se centró en la investigación genética y las posibilidades de clonación, aspirando a ser el pionero de este campo en su país. Tras realizar estudios de posdoctorado en Japón, volvió y se especializó en reproducción asistida, pero sin olvidar su pasión, los clones. En 1993 consiguió la primera vaca por fertilización in vitro de Corea del Sur.
En 1999, fue bautizado por sus amigos como Doctor Clon, después de conseguir clonar una vaca, a la que bautizó Yongryong. A este éxito le siguió en 2002 la clonación de cerdos y en 2005 el perro Snuppy.
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