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Argentina promete más seguridad jurídica tras el pago al FMI

La decisión de saldar la deuda por anticipado genera elogios y críticas

Jorge Marirrodriga

Mayor seguridad jurídica y mayor disciplina fiscal. Son los dos efectos a corto plazo que el Gobierno argentino asegura que se producirán tras el pago adelantado de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 9.810 millones de dólares (8.360 millones de euros). El Ejecutivo argentino justificó así una medida que ha recibido elogios y críticas en el país debido a que el dinero saldrá de los 27.000 millones de dólares de reservas.

La medida anunciada ayer ha sido acogida favorablemente desde sectores del empresariado argentino al tiempo que llegaban felicitaciones desde el exterior. El ministro de Exteriores brasileño, Celso Amorim, calificó de "excelente noticia" la decisión de Kirchner y subrayó que muestra el grado de fuerte aproximación entre Argentina y Brasil, países a los que definió como "la columna vertebral de la integración en América Latina".

Desde España, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró que el Gobierno apoyará "en todo lo que esté en nuestras manos" a la operación que beneficia "a Argentina, pero también a España". Por su parte, el director general del FMI, Rodrigo Rato, acogió "positivamente" la noticia.

El pago inmediato permitirá un ahorro de unos 1.000 millones de dólares en intereses aunque también dejarán de percibirse los intereses de las reservas invertidas en el extranjero que servirán para hacer frente al pago. El Ministerio de Economía aclaró que no habrá pérdida dado que la tasa de interés del préstamo del Fondo era mayor que lo recibido por las imposiciones realizadas con las reservas.

Pero no todo ha sido unanimidad. También ha habido críticas en el interior del país. No en vano se trata de una acción que ya había sido propuesta por el FMI en junio y encontró un férreo rechazo por parte del Ejecutivo argentino. En el Ministerio de Hacienda se calificó entonces la propuesta como "una de las tantas contradicciones del Fondo".

Las críticas vienen ahora tanto de la derecha como de la izquierda. "Se cancela por adelantado la deuda más barata. Esto no lo haría yo en mi vida personal", destacó el dirigente de Propuesta Republicana (PRO, centroderecha) y ex ministro de Economía, Ricardo López Murphy, para quien la decisión del Gobierno implica terminar con el respaldo del Banco Central a la economía argentina. Sin embargo, López Murphy considera que la nueva situación obligará a una fuerte disciplina fiscal, "y eso es bienvenido". Dirigentes piqueteros consideraron que "se paga al FMI a costa del hambre del pueblo", y asociaciones de pequeños ahorradores han convocado una manifestación de protesta ante la Casa Rosada bajo el lema "El Fondo puede esperar".

Un lugar "apetecible"

"Son críticas que vienen de dirigentes de baja estofa", replicó ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández, para quien el pago al FMI convierte a Argentina en un lugar "apetecible" para las inversiones y además cubre con un "manto de certidumbre" el futuro político argentino. Fernández aseguró que el anterior ministro de Economía, Roberto Lavagna, ya tenía previsto pagar la deuda, y desmintió que la decisión esté relacionada con la anunciada el martes por Luiz Inácio Lula da Silva de cancelar en un solo pago los 15.500 millones de dólares de la deuda brasileña. El Gobierno argentino se ha visto obligado a emplear medidas poco ortodoxas, como la presión directa sobre los supermercados para que rebajen el precio de 200 artículos de consumo y atajar así la inflación, que este año se situará en torno al 12%. La inflación, en una economía caracterizada por un fuerte crecimiento, repercute directamente en una mayor conflictividad laboral para la que Ejecutivo, empresarios y sindicatos buscan fórmulas similares a experiencias como la española.

Finalmente, durante 2006 se tendrán que renegociar las tarifas con importantes empresas privatizadas, especialmente de capital extranjero, que han desactivado, aunque no retirado, las demandas interpuestas contra el Estado argentino ante el tribunal de arbitraje del Banco Mundial.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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