Las actividades de la CIA ensombrecen el acercamiento entre Washington y Berlín
Condoleezza Rice trata de aplacar en su visita a Alemania el escándalo de los vuelos secretos
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y la canciller alemana, Angela Merkel, se entrevistaron ayer durante tres cuartos de hora en Berlín y trataron de aplacar el escándalo por las actividades de la CIA en la lucha antiterrorista. Las dos mujeres afirmaron que el combate contra el terrorismo tiene que llevarse adelante dentro del marco de la ley y el respeto a los principios democráticos comunes. Pero la confusión y el malestar provocados por las revelaciones de las actividades de la CIA en la lucha antiterrorista en Europa empañaron el acercamiento entre los dos países.
Los esfuerzos de las dos poderosas mujeres por destacar la buena relación transatlántica quedaron eclipsados por las actividades de la CIA que afectan a Alemania, no sólo los vuelos secretos con escala en aeropuertos alemanes, sino sobre todo el caso de Khaled al Masri, ciudadano alemán de origen libanés secuestrado por la CIA en Macedonia el día de Nochevieja de 2003. Al Masri, de 42 años, fue trasladado posteriormente a Afganistán, donde lo mantuvieron preso y lo interrogaron hasta finales de mayo de 2004 para después liberarlo en Albania cerca de la frontera con Macedonia.
Tras la entrevista con Rice, Merkel explicó con relación a los vuelos la dificultad de mantener el equilibrio entre la necesidad de respetar las reglas democráticas y las de los servicios secretos para llevar adelante su trabajo. Sostiene Merkel: "Tenemos que respetar las reglas y esto significa para Alemania las leyes y nuestras obligaciones internacionales".
Rice aludió al caso Al Masri y dijo que no podía entrar en detalles, pero que se trata de un caso jurídico que tiene que resolverse ante los tribunales. "Si se cometieron errores, haremos todo lo posible para corregirlos. En la política se producen errores, pero prometemos a nuestros aliados que haremos todo lo que podamos para que si ocurren, se corrijan", afirmó. Concluyó Rice: "Parto de la base de que esa cuestión se arregle en Alemania por la vía jurídica, y en caso necesario, también en el sistema legal de EE UU".
El caso Al Masri flotó sobre toda la rueda de prensa y Merkel declaró en otro momento: "Hemos hablado de un caso que el Gobierno de EE UU aceptó como un error y yo estoy contenta de que la ministra de Exteriores haya repetido aquí que si se producen tales errores naturalmente se corregirán con urgencia. Todo tiene que realizarse sobre las bases del Estado de derecho. No hemos hablado de otros casos".
Esto ocurría por la mañana en un soleado Berlín otoñal que Rice abandonó para continuar su gira europea en Rumania. Este país que aspira a entrar en la Unión Europea está en entredicho junto con Polonia como posible escondrijo de una prisión secreta de la CIA. Sin embargo, desde Bucarest, la agencia Reuters informaba por la tarde de que "altos representantes del Gobierno de EE UU" contradecían la versión dada por Merkel de su entrevista con Rice. Según la agencia, Rice, en sus comentarios públicos, rehusó discutir casos individuales, pero admitió en general que hubieran podido cometerse errores.
Sin embargo, Rice estaba al lado de Merkel cuando la canciller se refirió al tema en la rueda de prensa de Berlín y no dijo nada en contra, sino que repitió: "He acentuado que en el campo de la política a veces se cometen errores. Si éste es el caso, haremos todo lo que podamos para corregirlos". Fueron las últimas palabras de Rice en la conferencia de prensa.
La agencia informa de que funcionarios norteamericanos discutieron con los colaboradores de Merkel cómo pudo la canciller llegar a la conclusión de que Rice reconoció errores en el caso Al Masri. Reuters cita a los funcionarios con una frase muy poco amable sobre Merkel: "No tenemos claro lo que le pudo pasar por la cabeza".
En Berlín, Rice recalcó que "EE UU no tolera ninguna tortura. Atenta contra las leyes de EE UU participar en la tortura o planear acciones de tortura. EE UU actuará siempre según sus leyes y sus compromisos internacionales". A continuación declaró que es imprescindible la colaboración de los servicios secretos para combatir el terrorismo y "proteger a nuestros ciudadanos y a los de nuestros países aliados".
Por otra parte, la asociación americana por los derechos civiles (ACLU) presentó ayer ante un tribunal de Virginia (EE UU) una demanda contra la CIA por el secuestro de Al Masri. Según el abogado defensor de éste, las autoridades norteamericanas negaron a su defendido la entrada al país y participar en una rueda de prensa, lo retuvieron el sábado en un aeropuerto del Estado de Georgia y lo devolvieron a Alemania.
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