El nuevo ministro de Exteriores alemán admite que conocía la denuncia de desaparición de un compatriota

La canciller federal alemana, la democristiana Angela Merkel, declaró que el ministro de Asuntos Exteriores socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier (SPD) informará a la Comisión de Control del Parlamento Federal (Bundestag), "en nombre del Gobierno anterior" de coalición entre el SPD y Los Verdes, sobre el caso del ciudadano alemán de origen libanés, Khaled Al Masri, secuestrado por la CIA en Macedonia. Steinmeier reconoció ayer que conocía las denuncias sobre la desaparición de Al Masri, quien asegura haber sido mantenido prisionero durante cinco meses en Afganistán. Según Steinmeier, en junio de 2004, siendo él ministro de la Cancillería alemana, llegó a su departamento la denuncia de Al Masri. El actual ministro de Exteriores negó, sin embargo, no haber hecho nada al respecto, ya que afirma haber "apoyado" las investigaciones llevadas a cabo paralelamente por la fiscalía de Múnich, también a denuncia de Al Masri.

Ayer, el diario Süddeutsche Zeitung apareció con un titular en primera plana que no deja lugar a dudas: La Cancillería federal sabía del secuestro de la CIA. Según el periódico, el Gobierno anterior encargó a su ministro del Interior, Otto Schily, plantear el tema del secuestro durante una visita a Washington. Además, el abogado de Al Masri había informado al Gobierno de que encargó al servicio de espionaje (BND) investigar el caso. Resulta evidente que el Gobierno SPD-Los Verdes intentó barrer debajo de la alfombra y evitar que trascendiese una información que podía deteriorar aún más unas relaciones con EE UU ya dañadas por la oposición a la guerra de Irak.

En todo el escándalo resulta afectado de forma especial Steinmeier, que durante los siete años del anterior Gobierno ocupaba en la Cancillería federal un puesto clave como encargado de coordinar la actividad de los servicios secretos. Toda la información clasificada pasaba por sus manos.

La oposición no se conforma con las explicaciones del Gobierno y exigirá la presencia de los demás ministerios implicados, Interior y Justicia, en el Bundestag. El presidente del Partido Liberal (FDP) Guido Westerwelle amenaza además con una comisión parlamentaria de investigación: "Si se intenta tender sobre el escándalo el velo del secreto emplearemos la afilada espada de la comisión de investigación".