Los nuevos monopolios de la 4T
La permisividad a la unión de las aerolíneas Viva y Volaris marca inicio de una nueva era de monopolios disfrazados de inversión


No había un solo analista financiero que creyera que la alianza entre las aerolíneas Volaris y Viva Aerobús, anunciada la semana pasada, iba a ser fácilmente aceptada por la nueva Comisión Nacional Antimonopolio. Nadie, excepto los directivos de ambas aerolíneas, quienes en conferencia con inversionistas se declararon plenamente confiados en que la autorización llegaría.
Y cómo no. Antes del anuncio, ambas empresas sostuvieron una reunión con la presidenta para exponer la supuesta importancia de la unión, bajo el argumento de que permitiría invertir más. No queda claro con qué otros supuestos beneficios plantearon, pero lo que resulta evidente es que, en esa reunión, se selló la posibilidad de la alianza.
Una alianza que, en los hechos, es una fusión disfrazada y que ninguna autoridad antimonopolios seria habría aprobado. Esto es grave.
Volaris-Viva conformará un grupo aéreo dominante, con una competencia mínima y una amplia capacidad para abusar de consumidores y trabajadores. El nuevo conglomerado concentrará cerca del 70% del mercado doméstico, operará 991 vuelos diarios y alcanzará economías de escala inalcanzables para sus competidores. No solo reducirán sus costos de mantenimiento, entrenamiento, compra de equipo, sino que tendrán mucha mayor capacidad de exprimir proveedores y empleados.
La reacción de los mercados fue salivar. Horas después del anuncio, la acción de Volaris subió 17% en la Bolsa Mexicana de Valores y 19% en Nueva York.
La pregunta es qué está pensando el Gobierno de México al permitir que Volaris-Viva se fusionen en lo que claramente será un grupo con poder de mercado. Sobre todo cuando sabemos que, dado su tamaño de mercado, no habrá incentivo alguno para que los ahorros en costo que genere la alianza realmente se transfieran a los consumidores o trabajadores.
Esto ya lo vivimos antes con consecuencias muy negativas. Entre 2008 y 2010, Aeroméxico y Mexicana de Aviación se coludieron y causaron daños económicos superiores a 2.000 millones de pesos a 3,5 millones de pasajeros, cuando concentraban el 42% del mercado. No es difícil anticipar las consecuencias de una concentración del 70%.
Volaris, además, no es una empresa cualquiera. Es la misma que hace apenas unos meses fue denunciada por violar la ley de aviación civil al contratar pilotos extranjeros para precarizar a los mexicanos. Es la empresa cuyos fundadores, en privado, se jactan de que una de sus principales “innovaciones” ha sido negociar reducciones en las prestaciones laborales de los trabajadores, reducir salarios e incluso incentivar a los pilotos para que se encarguen de limpiar los aviones. Es decir, en palabras de sus propios fundadores, la clave del éxito de Volaris ha sido promover la precariedad laboral.
La duda es por qué la Secretaría de Economía cree que una empresa conocida por estas prácticas debe recibir apoyo estatal para seguir concentrando poder a costa del bolsillo del consumidor.
La respuesta parece clara: falta de visión.
A ojos del Gobierno mexicano, la medida fortalecerá a Volaris-Viva –dos empresas mexicanas– para que puedan mejorar su desempeño que, en años recientes, ha estado estancado. Se cree que apoyándolas de esta manera se logrará aumentar la inversión y el crecimiento económico. Es decir, se ha decidido sacrificar la competencia de mercado para promover un grupo aéreo “campeón nacional”.
Llamo a esto falta de visión porque así no es como se crean a los campeones nacionales, es decir, a las empresas competitivas de talla global que apuntalan el crecimiento económico. Así es como se crean los monopolios poco productivos, extractivos y rentistas que plagan la economía mexicana.
Los países que sí lograron desarrollar campeones nacionales, como los tigres asiáticos, apoyaron a sus empresas bajo una condición central: operar en mercados competitivos. Cuando la competencia doméstica no existía, se les exigía competir en el extranjero. Los apoyos eran temporales y condicionados a resultados. La competencia es una parte crítica del modelo porque esta asegura que los incentivos estén alineados para que las empresas no tomen los apoyos para su enriquecimiento, sino verdaderamente para mejorar la calidad de sus productos, tecnologías e innovaciones.
Permitir la fusión Volaris-Viva hace exactamente lo opuesto: limita la competencia de mercado y no lo hace de forma temporal o condicionada, sino de manera permanente.
La medida se parece mucho más al tipo de política que implementaron los gobiernos desarrollistas de los años setenta cuando, bajo la premisa de que las empresas mexicanas debían crecer y sustituir a las extranjeras, se otorgaba todo tipo de apoyos sin condición. El resultado lo conocemos todos: muchas empresas mexicanas, sí, pero que no eran competitivas.
Por si lo anterior fuera poco, apoyar la fusión Volaris-Viva atenta directamente contra varios proyectos prioritarios del Gobierno federal.
El más evidente es el subsidio millonario que le están dando a Mexicana de Aviación. La ironía es evidente. Con una mano, el Gobierno está alimentando una empresa de Estado. Y con la otra, firma un cambio regulatorio que le asegura su muerte.
La fusión también pone en riesgo las inversiones públicas en trenes de pasajeros, pues el nuevo grupo tendrá capacidad para abrir rutas que compitan directamente con autobuses y trenes, mercados de los que Volaris y Viva ya han devorado antes.
Si el objetivo fuera apoyar a la industria aérea, existen alternativas menos dañinas para hacerlo. Una de ellas sería regular con mayor rigor las tarifas abusivas de los operadores aeroportuarios que tienen tasas de retorno similares a las de Silicon Valley. Una mejor regulación de los operadores reduciría costos y mejoraría el rendimiento de las aerolíneas.
En suma, permitir la fusión Volaris-Viva no es una apuesta por el desarrollo, sino una renuncia a la política de competencia. Lejos de crear un campeón nacional competitivo, esta decisión consolida un monopolio permanente, debilita proyectos públicos estratégicos y reproduce un modelo fallido: consolidación sin productividad y apoyos sin condiciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Esta es la cuantía de las pensiones mínimas en 2026, en función del tipo de prestación y de los familiares a cargo
La Generalitat se expone a indemnizaciones millonarias si el brote de peste porcina africana salió del laboratorio CReSA
Adicción al tabaco: el motivo infratratado por el que las personas con trastorno mental grave mueren entre 15 y 25 años antes
Mujeres, activistas y ecologistas cuestionan el pacto presupuestario en Sevilla: “Quien ejecuta es el PP, pero la ideología la pone Vox”
Lo más visto
- Científicos de la UNAM localizan hasta 50 especímenes del ajolote del Altiplano tras 15 años sin ser visto en Querétaro
- México se pronunciará ante el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la presión de Estados Unidos a Maduro
- Raúl Rocha Cantú, dueño de Miss Universo, pierde la protección judicial como testigo colaborador
- Sheinbaum anuncia que Grupo México cubrirá todos los daños por la contaminación del río Sonora hace más de 10 años
- Un hotelero de Mazatlán o el jefe de seguridad de Los Chapitos: el misterio detrás de 12 disparos en el corazón de Ciudad de México










































