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La aerolínea estatal Mexicana corta sus alas en medio de demandas y sin aviones

El proyecto emblema de la Administración anterior se tambalea al cancelar 8 de sus 17 rutas por la revisión del convenio de arrendamiento de aeronaves con TAR

Mexicana de Aviación
Un avión de Mexicana de Aviación, en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el 26 de diciembre de 2023.
Karina Suárez

La aerolínea estatal Mexicana opera in extremis. Con apenas dos aeronaves, un puñado de rutas rentables y flacas ganancias frente a sus competidores privados, el proyecto aéreo bandera del sexenio anterior se tambalea a poco más de un año de alzar el vuelo. La paraestatal informó este fin de semana la cancelación de 8 de sus 17 trayectos. A partir de este mes, la aerolínea estatal, que prometía ser una opción de bajo costo, ha dejado de volar a Acapulco, Campeche, Uruapan, Puerto Vallarta, entre otros destinos. Con la llegada del nuevo Gobierno, la compañía ha dado un viraje que tiene como fondo principal la revisión del convenio de arrendamiento de las aeronaves entre la Administración federal y su arrendataria, la aerolínea regional Transportes Aéreos Regionales (TAR). La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó de que esta suspensión forma parte de una planeación estratégica de 2025. “Se está haciendo una revisión de cuáles son las rutas con más y menos pasajeros. Esta misma semana me van a presentar el plan maestro de la empresa. Mexicana va a seguir volando”, declaró la mandataria este lunes, en Palacio Nacional.

Desde su arranque, el horizonte de la nueva Mexicana, gestionada por las Fuerzas Armadas, no se vislumbraba alentador. El férreo anhelo del entonces mandatario Andrés Manuel López Obrador por echar a andar una aerolínea estatal para plantar cara a las empresas privadas como Aeroméxico y Volaris llevó a esa Administración a dar el banderazo de salida con prisas y a marchas forzadas. El proyecto inicial perfilaba el arrendamiento de 10 aeronaves Boeing 737, pero las condiciones de mercado impidieron cerrar el acuerdo. Finalmente, el corte de listón se realizó en diciembre de 2023 con tres aviones militares y dos equipos arrendados a TAR. Fuentes allegadas a ese convenio inicial aseguran que el convenio de alquiler era sumamente atractivo para la arrendataria y perjudicial para el Gobierno federal. Aun así, la entonces plana mayor del gabinete, encabezado por López Obrador, anunció el despegue de Mexicana, así como una ambiciosa meta de transportar hasta tres millones de pasajeros anuales.

Este objetivo se ha quedado en el papel. En un año de operaciones, la aerolínea apenas ha transportado a 382.000 pasajeros, lo que supone una participación del 0,5% del mercado nacional. De acuerdo con las cifras oficiales, el factor de ocupación de sus vuelos ronda entre un 45% y un 47%, mientras que las aerolíneas privadas elevan este porcentaje por encima del 85%. De enero a septiembre de este año, los gastos de operación de Mexicana rebasaron los 1.700 millones de pesos, mientras que del lado de los ingresos, la paraestatal recaudó 243,1 millones de pesos por la venta de boletos y recibió del Gobierno recursos por más de 1.474 millones de pesos, así como otras aportaciones fiscales. En el balance, y gracias a las aportaciones federales, la compañía registró en los primeros meses de 2024 un saldo a favor de 542,2 millones de pesos.

Aunque su participación en el sector no llega ni al 1% del mercado nacional, las más recientes Administraciones federales no han escatimado en el desembolso de recursos para hacer despegar y sostener uno de los proyectos icónicos de la autodenominada Cuarta Transformación. Para el arranque del proyecto, el Gobierno de López Obrador erogó 4.000 millones de pesos. Después, el Congreso autorizó un presupuesto de 8.340 millones de pesos para su operación en 2024. Aunado a este recurso, en abril pasado la dirección de la aerolínea anunció una inversión adicional de 21.000 millones de pesos para adquirir 20 aeronaves en los próximos tres años de la firma brasileña, Embraer, mismos que comenzarán a llegar, por plazos, a partir de este año.

Mexicana de Aviación: precios, cómo comprar boletos, rutas y destinos
Un avión de la aerolínea Mexicana de Aviación.Sáshenka Gutiérrez (EFE)

Además de la promesa de una mayor flota, la pasada Administración también realizó cambios internos. Mexicana pasó de ser una firma con personalidad jurídica propia, a ser absorbida por el Grupo Aeroportuario Olmeca-Maya-Mexica, la megaparaestatal que controla, además, una veintena de aeropuertos y otras obras emblema como el Tren Maya. Bajo este nuevo andamiaje, en el último presupuesto de egresos aprobado se etiquetaron 1.140 millones de pesos para la operación de la aerolínea este año.

Rogelio Rodríguez, experto en Derecho Aéreo por la UNAM, explica que, desde su despegue, Mexicana arrastra fallas de origen. “Cuando se decide que inicie operaciones, Mexicana no contaba con aviones suficientes para el plan de negocios ofrecido, no tenía infraestructura operacional consolidada y dado que era una decisión política, el gobierno decidió hacer una alianza con la aerolínea regional TAR. Bajo esta alianza, el gobierno le garantiza a la arrendataria un punto de equilibrio y el pago de una utilidad por el uso de sus aeronaves y sus tripulaciones, —arrendamiento húmedo—. Al margen de esto, Mexicana tiene tres aviones propios y así arranca, pero en el transcurso de los meses lo que ocurre es que la aerolínea acumuló pérdidas porque está subsidiando a TAR, debido a las bajas tarifas, naturales en una empresa que pretende crear mercado”, señala.

La aerolínea encara, además, un litigio en EE UU con una empresa estadounidense SAT Aero Holdings, compañía que, en los orígenes del proyecto, le ayudaría a arrendar las aeronaves y a contratar las tripulaciones. En mayo pasado, la agencia Bloomberg dio a conocer la denuncia contra Mexicana. La demandante asegura que la falta de cooperación de la paraestatal mexicana para llevar a cabo estas tareas puso en peligro a toda su compañía y exigió, ante un tribunal federal de Nueva York, el pago de una indemnización de 838 millones de dólares, más otros 2,4 millones, por concepto de costos. El pleito, llevado ante los tribunales estadounidenses, sigue en curso.

Hasta que no se concrete un nuevo convenio con TAR o lleguen los aviones comprados a Embraer, Mexicana solo operará con los aviones cedidos por las Fuerzas Armadas. Las rutas vigentes son Chetumal, Mérida, Tulum, Palenque, Ixtepec, Ciudad Victoria, Guadalajara, Mazatlán y San José del Cabo. “Habría que ver con estas aeronaves cómo va a soportar la operación, pero Mexicana continuará operando porque no tienen un accionista a quien rendirle cuentas, tienen el respaldo del gobierno federal y, por ende, los recursos fiscales”, zanja Rodríguez.

Pese a esta cancelación de operaciones, los pleitos legales y el impasse con el que se encuentra con su arrendatario TAR, el Gobierno insiste en hacer despegar a Mexicana. A finales de 2024, el director de la aerolínea, Leobardo Ávila, anunció que este año recibirán las primeras cinco aeronaves de los 20 equipos ya pactados previamente con la brasileña, Embraer. En 2026, añadió el directivo, llegarán siete aeronaves más y, en 2027, se prevé el arribo de ocho aviones adicionales. Con esta nueva flota, el directivo prometió que podrán transportar más de 5,5 millones de pasajeros. Pese a los numerosos nubarrones en el horizonte, la nueva Mexicana de Aviación tiene como objetivo alcanzar su punto de equilibrio en 2030, sin abandonar la promesa con la que nació: ofrecer tarifas entre el 18% y el 20% más bajas que las aerolíneas privadas.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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