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Kirchner acusa a la Iglesia de "parecer un partido político"

Los obispos denuncian el "escandaloso crecimiento de la desigualdad" en el país

Jorge Marirrodriga

"Ahora voy a decir algunas cositas". El presidente argentino, Néstor Kirchner, protagonizó el miércoles un duro ataque contra la jerarquía católica local, a la que acusó de "parecer un partido político". Los obispos habían criticado la situación económica del país y advertido contra lo que en su opinión es una "visión sesgada" sobre la época de la dictadura militar (1983-1982). "Ustedes saben que había sacerdotes que confesaban a los torturadores", subrayó el mandatario argentino desde la Casa Rosada.

Bajo el título Una luz para reconstruir la nación, el documento aprobado por los obispos argentinos el pasado sábado resalta "la ausencia de un trabajo digno y estable que degrada a amplios sectores del pueblo honrado y trabajador", denuncia "el difícil acceso a la tierra" y advierte de la deficiencia de la educación "en todos sus niveles", la precariedad de los servicios de salud y "la inmensa deuda pública". Asimismo, contrasta el "escandaloso crecimiento de la desigualdad" en el país.

Sin embargo, para el presidente argentino, los obispos "están absolutamente equivocados", y puso como ejemplo los cinco millones de puestos de trabajo creados bajo su gestión y la reducción del número de pobres e indigentes.

El texto de los obispos es un torpedo en la línea de flotación del Ejecutivo, que muestra los índices de crecimiento económico, creación de empleo y reducción del porcentaje de pobres como los principales logros de su gestión. Con este mensaje, los partidarios de Kirchner lograron el 40% de votos emitidos en las pasadas elecciones legislativas del 23 de octubre. Sin embargo, los obispos afirman que "no serían de extrañar manifestaciones violentas que podrían degenerar en peligrosos enfrentamientos sociales".

Pero además de en los aspectos sociales, los obispos tocan un punto muy sensible para la sociedad argentina, como es el esclarecimiento de lo sucedido y la depuración de responsabilidades de lo ocurrido durante la dictadura, y sugiere "cierto maniqueísmo" en la interpretación que se hace desde la Casa Rosada de ese periodo. Kirchner respondió que los obispos no estaban "cuando desaparecían los chicos" y ratificó su condena a cualquier tipo de terrorismo. "Queremos justicia, la verdad de lo que pasaron miles y miles de chicos que desaparecieron sólo por militar una organización política

", dijo.

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Además del presidente, otras voces de la sociedad argentina se han alzado contra este aspecto del documento. "El episcopado argentino tiene todavía una cuenta pendiente con el pueblo. No puede hablar de reconciliación cuando los criminales no quieren reconciliarse", destacó el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. Mientras, representantes de la Iglesia subrayaron ayer que el mensaje no iba dirigido contra el presidente ni su gestión, sino que hablaba de la situación social, y que Kirchner trata de decirle a la Iglesia cuál debe ser su papel.

El nuevo encontronazo en las relaciones entre el Gobierno de Kirchner y la jerarquía católica se produce en un momento muy delicado de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, después de la crisis originada el pasado febrero por unas polémicas declaraciones del obispo castrense, Antonio Baseotto, contra el ministro de Sanidad por la disposición de éste a legalizar el aborto. Entonces, el Gobierno exigió al Vaticano la destitución del obispo, y cuando desde Roma se obtuvo una negativa, el Ejecutivo argentino procedió a despojar al prelado del rango de subsecretario de Estado y a retirarle el sueldo que como tal percibía.

Fuentes de la Iglesia confirmaron que en los próximos días el presidente Kirchner y el cardenal Jorge Bergoglio, recién elegido presidente de la conferencia episcopal argentina, mantendrán un encuentro. Ambas personalidades no se han visto a solas desde que Kirchner accediera a la presidencia de la República en 2003.

El obispo Juan Carlos Maccarone saluda a Cristina Kirchner en presencia de su esposo en mayo pasado.
El obispo Juan Carlos Maccarone saluda a Cristina Kirchner en presencia de su esposo en mayo pasado.REUTERS

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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