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CATÁSTROFE EN EE UU

Evacuación forzosa de Nueva Orleans

El Gobierno empieza a repartir tarjetas de crédito a los desplazados para sus necesidades

El torbellino político desatado por el huracán Katrina, que por ahora no se traduce en un descalabro masivo de Bush en la opinión pública, se mantiene en paralelo al esfuerzo de recuperación de las zonas afectadas -sigue bajando el agua en Nueva Orleans- y al de la organización de la vida de los desplazados, que reciben desde ayer tarjetas de crédito por valor de 2.000 dólares. Los pocos miles que se niegan a dejar la ciudad han recibido la amenaza del alcalde de que serán evacuados a la fuerza, pero el Ejército dice que los soldados no están para eso. La Casa Blanca preparaba ayer el anuncio de otro paquete de ayuda de 51.800 millones de dólares (41.600 millones de euros) y se defendía de las críticas al anuncio de Bush de lanzar una investigación.

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Los demócratas quieren que esa investigación empiece de inmediato y que sea independiente: "No creo que el Gobierno deba ser el que se investigue a sí mismo", dijo a la CBS la senadora Hillary Clinton, que tampoco ve claro que el Congreso deba hacerlo. En la misma onda, The New York Times editorializó que es difícil concebir "una idea peor que la de que Bush se dedique, personalmente, a averiguar qué se hizo bien y qué se hizo mal". "Ningún Gobierno puede investigar de manera creíble un fracaso de esta magnitud ocurrido bajo su responsabilidad", añade el diario, que propone una fórmula como la de la comisión independiente que investigó los atentados del 11-S, con expertos consensuados por la Casa Blanca y el Congreso.

Por el momento, George W. Bush logra -a pesar de las demoledoras críticas en la mayoría de los medios- evitar un descalabro en la opinión pública, a juzgar por los datos difundidos ayer por el sondeo de Gallup para la CNN y USAToday. Sólo un 13% de los preguntados cree que el presidente "es el principal responsable de los problemas surgidos en Nueva Orleans después del huracán". Para el 18%, la responsabilidad principal recae en los organismos federales, como la Agencia Federal de Control de Emergencias (Fema). El 25% culpa de los desaguisados organizativos a las autoridades locales y del Estado de Luisiana.

El castigo (por ahora) a Bush lo da el 42% de los estadounidenses, que creen que el presidente está haciendo mal o muy mal las cosas "en la respuesta al huracán y a la posterior inundación". Enfrente, un 35% dice que lo está haciendo bien o muy bien; el 21% considera que ni bien ni mal.

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El alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, firmó la orden de evacuación forzosa basado en razones obvias: el agua no es potable, no hay comida y a medida que se reduzca la inundación deberán trabajar los equipos de recuperación de cadáveres y los de reconstrucción. La Agencia de Protección Ambiental de EE UU confirmó ayer que el agua de la ciudad contenía elevados niveles de bacterias, y advirtió a la población que evite todo contacto, para evitar infecciones.

Pero las fuerzas encargadas de ejecutar la orden no la consideran una prioridad: la policía dice que está concentrada en ayudar a los que quieren ser evacuados. Y el Ejército recuerda que ni la Guardia Nacional ni las tropas de combate están a las órdenes del alcalde, sino, respectivamente, de la gobernadora y del Pentágono.

[La CNN, que citó fuentes oficiales sin identificar, informó anoche del hallazgo de entre 25 y 30 cadáveres en un asilo de ancianos en la zona de St. Bernard Parish, a las afueras de Nueva Orleans. El corresponsal del diario The New York Times en Luisiana, señaló, a su vez, que se trata de 32 muertos de un total de 60 residentes del asilo de ancianos St. Rita. El diario Times Picayune de Nueva Orleans, que desde la tragedia de Katrina opera sólo por Internet, informaba ayer de que se habían localizado "decenas de cadáveres" almacenados en un frigorífico sin corriente eléctrica en el Centro de Convenciones de la ciudad, donde estuvieron refugiados durante días miles de personas, informa Efe.]

En cuanto a las medidas tomadas para organizar la vida del millón de personas desplazadas, Michael Chertoff, responsable de Seguridad Nacional, anunció ayer a los Estados que cada adulto recibirá una tarjeta de débito con 2.000 dólares (unos 1.600 euros) para hacer frente a gastos de alimentación, transporte, gasolina y otras necesidades, según avanzó -antes de que Washington lo hiciera público- una portavoz del gobernador de Tejas y recogió la agencia Associated Press.

Otro de los aspectos básicos para los desplazados es el comienzo del curso escolar de colegios y universidades. En una operación a la altura de las dimensiones de la catástrofe, todo el sistema de enseñanza del país -especialmente las escuelas de los Estados cercanos a Luisiana, Alabama y Misisipi- se ha movilizado para acoger a miles de estudiantes y que, en la medida de lo que es posible tras este terremoto en sus vidas, no pierdan clases. No hay aún datos oficiales sobre el número de alumnos afectados, pero estará entre 100.000 y 200.000. Bush ha anunciado que se está elaborando un plan de asistencia financiera para ayudar a las escuelas.

Policías llevan en una lancha a Rose Lee Branch, de 72 años, para evacuarla en helicóptero de Nueva Orleans.
Policías llevan en una lancha a Rose Lee Branch, de 72 años, para evacuarla en helicóptero de Nueva Orleans.ASSOCIATED PRESS

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