Un ganadero, condenado a 18 meses de cárcel en Segovia por verter residuos de porcino
El responsable de una explotación de cerdos ubicada en Torreiglesias (Segovia), de iniciales F. H. G., ha sido condenado por la Audiencia Provincial a la pena de un año y medio de cárcel como responsable de un delito contra el medio ambiente, por vertido ilegal de residuos de porcino, por el que deberá pagar una multa de 7.300 euros, aparte de quedar inhabilitado por un año para la profesión de ganadero o de gestor de empresas dedicadas a este sector.
Según la sentencia, la empresa del condenado -con cinco naves para 2.826 cerdos- almacenaba residuos de los animales o purines en balsas sin impermeabilizar, lo que afectaba a las aguas subterráneas, con riesgo de graves efectos sobre el medio ambiente y el equilibrio del sistema natural cercano. Además, el acusado encharcaba y saturaba de purines las tierras aledañas a sus naves, contaminando el suelo y provocando concentración de nitratos en las aguas superior a los límites fijados en la normativa.
En la sentencia, la Audiencia llama la atención sobre el hecho de que la gestión de estos residuos es quizá el mayor problema ambiental en amplias zonas de la provincia segoviana y, desde luego, el que con más frecuencia ha desembocado en procedimientos penales por esta clase de delitos. En febrero del año pasado, el Juzgado de lo Penal de Segovia condenó a un año de cárcel a tres ganaderos de Turégano por un delito similar.
En Segovia, con 2.122 granjas, que producen el 40% del total del porcino de Castilla y León, el agua de un total de 55 municipios de los 221 de la provincia tiene un alto riesgo de contaminación por nitratos -potenciales agentes cancerígenos- debido a los purines. En algunos pueblos se da el caso de que el agua que va destinada al consumo humano supera los 50 miligramos por litro establecidos como tope máximo para su potabilidad.
Dos millones de cerdos
Se trata de una de las tres primeras provincias españolas que más producen, unos dos millones de cerdos al año, que generan más de dos millones de metros cúbicos de purines, que como media contaminan lo que 2,5 millones de habitantes. Hay municipios como el de Turégano, con 1.113 habitantes, que generan 210.000 metros cúbicos de purines al año. Pese a lo preocupante de la situación, tanto desde el punto de vista sanitario como medioambiental, hasta que no se inició un programa de control, en 1993, el Gobierno de Castilla y León carecía de un registro informatizado sobre las granjas existentes y la gestión de sus residuos.
En las primeras inspecciones se detectó que un 36% de las instalaciones inspeccionadas no contaba con las autorizaciones correspondientes para desarrollar la actividad. Sólo entre enero y febrero de 2003, los agentes del Seprona de la Guardia Civil realizaron 80 denuncias derivadas de gestiones irregulares de granjas de porcino.
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