Refugiados
En este recorrido por el mundo no podían faltar los refugiados, esa gente que ha tenido que abandonar su casa por la violencia que hace imposible vivir en su tierra. La región de Darfur, en Sudán, es una de las de más dramática actualidad. Ésta es la historia de D'jimia y sus hijos, que tuvieron que huir a Chad.
D'jimia Ishakh Souleymane se despierta antes del amanecer. Según la costumbre musulmana, se cubre la cabeza y los hombros con un trozo de tela morado brillante y después organiza la cocina para la primera comida del día. Tres piedras colocadas en triángulo sostienen la olla familiar sobre un minúsculo fuego de leña. Inclinada hacia delante en un taburete bajo y desvencijado, saca unos puñados de sorgo molido de un saquito, los echa a la olla de agua hirviendo y remueve. Cuando la mezcla forma una papilla espesa, vierte el grano cocido dentro de un cuenco aceitado y lo hace girar hasta que la superficie queda lisa. Después hace sopa con un puñado de tomates deshidratados, algo de sal y agua. Una vez cuajado el cereal (aiysh), lo pasa a un plato, retira la cazuela de la sopa del fuego, y el desayuno para seis está servido fuera de la tienda en este polvoriento, extenso y caótico Campamento de Refugiados Breiying.
En todo el campamento y en muchos más de Chad y Sudán, decenas de miles de refugiadas sudanesas están encorvadas sobre las cazuelas delante de sus tiendas, exactamente igual que D'jimia, cocinando prácticamente la misma comida para sus familias: una sopa aguada y aiysh para desayunar, comer y cenar. Todas viven en la misma situación, en un país que no es el suyo y lejos de todo lo que hubieran podido imaginar que sería su vida.
La guerra civil en Sudán no es nada nuevo. Los musulmanes del norte, respaldados por el Gobierno, han combatido con los animistas y cristianos del sur desde que Sudán obtuvo la independencia del Reino Unido en 1956. En 2003, cuando esta guerra daba por fin señales de acabar, apareció otro punto de fricción, enfrentando a los musulmanes árabes y al Gobierno contra los musulmanes africanos negros, no árabes, en la región de Darfur. "Era algo que le estaba sucediendo a otra gente, en otras partes", dice D'jimia, "pero no a nosotros. Pensábamos que nuestro pueblo [Andrigne] estaba a salvo ". D'jimia, cuyo marido había muerto en un accidente en 2003, siguió con sus cultivos y cuidando sus ovejas, con ayuda de sus hijos mayores. Entonces, a mediados de 2004, los Janjawiid atacaron los pueblos cercanos. El jefe del pueblo dijo a su gente que tenían que escapar. El pueblo entero huyó a Chad, llevándose solamente lo que pudieron cargar en carros tirados por burros.
Hacer funcionar un campamento de refugiados exige un enorme esfuerzo coordinado en medio de condiciones caóticas. Los campamentos de Chad se ven obstaculizados cada dos por tres por el clima, la logística, el cansancio de los donantes, el cansancio del país anfitrión, las epidemias, los problemas de saneamiento, de escasez de agua La distribución del alojamiento está estrictamente dictada por las agencias de ayuda. Las familias inscritas reciben una tienda, una manta, un cubo, jabón y una ración de alimentos. Después se les organiza en bloques y eligen un jefe, que los representa en el Consejo del campamento. Este Consejo interactúa con la agencia principal de ayuda. Las prácticas religiosas y culturales a veces generan conflictos, como cuando un hombre pide otra tienda anexa para alojar a su segunda esposa. Por la prisa con que se creó, Breiying, que se extiende sobre más de cinco kilómetros cuadrados, es el más superpoblado y menos planificado de los campamentos de refugiados. Las raciones por persona y día son: 425 gramos de cereal, como sorgo o mijo; 1 cucharada sopera de azúcar; 1 cucharada pequeña de sal; algo menos de ? de taza de legumbres, CSB (una mezcla de maíz y soja, dulce o salada) y aceite vegetal. En total, unas 2.100 calorías, menos del mínimo recomendado para un adolescente. Las raciones son iguales para todos; las decisiones sobre quién come más o menos se toman en cada familia. Pero, como dice un jefe de bloque, y muchos repiten: "Nos quedamos con hambre todos los días".
Sopa de carne seca de cabra, de D'jimia Ishakh Souleymane
1 coro (aproximadamente 2 litros) de agua, 1 puñado (aproximadamente 85 g) de carne seca de cabra golpeada contra una piedra, 1 puñado (aproximadamente 140 g) de tomates deshidratados, 1 puñado de quingombó seco, 1 tacita (aproximadamente 15 cl) de aceite vegetal, 1 cucharadita de sal.
Poner una olla al fuego. Cuando hierva el agua, añadir la carne de cabra, los tomates, el quingombó, aceite y sal. Cocer durante 20 minutos. l 'Aiysh' (gachas cuajadas)
? coro (aproximadamente 450 g) de harina de mijo, 1 coro (aproximadamente 2 litros) de agua, aceite vegetal para untar el molde.
Llevar el mijo al molino para que lo muelan. Tras obtener harina de mijo, encender el fuego y poner agua a hervir en un puchero. Añadir harina de mijo en pequeñas cantidades hasta que empiece a espesar y a hacer pompas. Remover constantemente hasta formar una masa gelatinosa. Presionar la mezcla en un cuenco redondo untado de aceite para conseguir una forma circular. Volcar en el plato o bandeja.
Darfur (Sudán)
Población de la provincia de Darfur, en Sudán (lindante con Chad): 6.000.000. Porcentaje de la población de Darfur que son refugiados: 30%. Área de Darfur en kilómetros cuadrados: 440.300. Población de refugiados sudaneses en Chad: 193.000. Población del campamento de Refugiados Breiying: 30.000. Víctimas mortales del genocidio de Darfur desde 2003: 380.000. Número de campamentos de refugiados en Chad oriental: 11.
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