El vino de la Conca de Barberà

La comarca de la Conca de Barberà forma un valle fluvial rodeado de las crestas montañosas de Miramar, la sierra del Tallat, Montclar y las montañas de Prades. Es una tierra erosiva, bañada por el río Francolí y su afluente, el Anguera. Los viñedos forman parte del paisaje y el vino es una tradición ancestral que se remonta al tiempo de los romanos. Con la llegada de los árabes desaparecieron los viñedos debido a la interdicción coránica de beber vino. No es hasta la Edad Media cuando el cultivo de la vid adquiere gran importancia. En el siglo XII estas tierras empiezan a estar ocupadas por catalanes. Los monjes de la abadía cisterciense de Poblet y los templarios se establecen en Barberà de la Conca y transmiten sus conocimientos a los campesinos, un legado que pasa de padres a hijos hasta nuestros días. En el siglo XIX los campos de esta comarca estaban ocupados casi exclusivamente por viñedos, y el vino y los aguardientes se exportaban hacia el norte de Europa y América.

Esta denominación es conocida por sus vinos blancos y rosados, aunque actualmente se elaboran tintos y cava de gran prestigio

Poco a poco, con la construcción de terrazas y bancales, se gana terreno a las montañas. La construcción de la vía férrea Reus-Montblanc facilitó enormemente el transporte de vinos a los puertos litorales. Por desgracia, a finales del XIX la filoxera lo destruye todo, pero los campesinos hicieron un gran esfuerzo por recuperar el esplendor de antaño. Entre otras cosas, fundaron la cooperativa agrícola, vinculada básicamente a la vid. En 1903 se levanta en Barberà el primer edificio de nueva planta de todo el Estado concebido como bodega cooperativa. Vendrían después las cooperativas de L'Espluga, de Montblanc... Actualmente se conservan cinco bodegas de arquitectura modernista, que Àngel Guimerà bautizó como "las catedrales del vino".

La Denominación de Origen Protegida Conca de Barberà es conocida tradicionalmente por sus vinos blancos y rosados, aunque actualmente se elaboran tintos y cava de gran prestigio. Comprende los municipios que se agrupan alrededor de Montblanc: Sarral, Pira, Vimbodí, Blancafort, Barberà de la Conca, L'Espluga de Francolí... Es una tierra con dos tipos de clima, uno mediterráneo, típico de las comarcas tarraconenses, suave gracias a la proximidad del mar, y otro continental, típico de las comarcas leridanas, mucho más riguroso, con frío intenso en invierno y un fuerte calor en verano. En esta zona soplan vientos húmedos y hay inversiones térmicas y una diferencia notable de temperatura entre el día y la noche. La altitud oscila entre 350 y 600 metros sobre el nivel del mar. Son terrenos ligeramente ondulados, de base calcárea, alguno pizarroso (la llicorella), otros de arcilla, que le da el color rojizo propio de esta tierra. Estas peculiaridades climáticas y ecológicas configuran un vino fresco y ligero, con gran aroma. Las variedades autorizadas son macabeo y parellada para el vino blanco, y garnacha, trepat y tempranillo para el tinto. La zona cuenta con 6.000 hectáreas de viñedos que controla el consejo regulador, encargado de verificar la producción y elaboración del vino y de proteger y promocionar la Denominación de Origen Conca de Barberà. Desde 1997 son 19 las bodegas que están asociadas para promocionar los vinos y el cava de esta tierra, que cada vez adquieren más prestigio.