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La Comunidad lleva siete años sin escriturar el palacio de Nuevo Baztán

El Ejecutivo ha invertido 1,5 millones de euros en restaurar el conjunto, tasado en 24 millones

Siete años después de anunciarlo, el Gobierno regional todavía no ha escriturado el conjunto histórico-artístico de Nuevo Baztán, tasado en 24 millones de euros. Banesto cedió este palacio y anexos a la Comunidad en 1989, aunque el acuerdo nunca se llegó a plasmar sobre el papel. El Ejecutivo confirma que "está pendiente registrar" el conjunto a su nombre, a pesar de que se anunció la escritura en 1998 y se llegó a afirmar que no lo restauraría hasta que lo registrase. La Comunidad ha invertido millón y medio de euros para restaurar el palacio en el último año y medio.

El conjunto de Nuevo Baztán (municipio de 5.000 habitantes, al este de la Comunidad), declarado monumento histórico-artístico y bien de interés cultural, es una de las mayores joyas arquitectónicas de la región. Fue levantado en el siglo XVIII con planos de José Churriguera por encargo del marqués Juan de Goyeneche y está formado por un palacio, una iglesia y varios edificios anexos.

Una querella presentada por un particular en el Juzgado de Instrucción número 3 de Arganda, sobre un asunto ajeno al palacio, denuncia que el propietario del conjunto en el Registro de la Propiedad es Banesto. La finca, sin embargo, debería pertenecer a la Comunidad en virtud de un acuerdo que alcanzó el Gobierno regional de Joaquín Leguina con el banco en 1989. Tanto el Ejecutivo -que ha invertido al menos cuatro millones de euros para rehabilitar el palacio en los últimos 15 años- como la entidad bancaria afirman que el palacio pertenece ya a la Comunidad. Dice un portavoz del Gobierno regional que el banco cedió el palacio mediante convenio y que sólo "queda el acto de escriturarlo" a favor de la Comunidad. "Antes ni siquiera se escrituraban los bienes que se cedían", continúa este portavoz. "Somos propietarios del palacio y se puede demostrar con el convenio", finaliza.

Los problemas respecto a la titularidad del conjunto empezaron hace 20 años. Hasta entonces los descendientes de Goyeneche mantuvieron la posesión del palacio y anejos. Fue entonces, en 1985, cuando el Banco Español de Crédito (Banesto) se hizo con la propiedad del monumento tras una subasta pública. Cinco años después, el palacio agonizaba. La ruina asomaba en el conjunto.

El Gobierno regional, presidido por el socialista Joaquín Leguina, puso el grito en el cielo y pidió al banco que lo restaurase. Éste no respondió a las peticiones, pero halló una tercera vía: ceder el palacio "libre de cargas" a la Comunidad. Era 1989. Leguina y Mario Conde, presidente del Banesto, firmaron ese año el acuerdo de cesión. Entonces empezó la Comunidad a inyectar dinero para restaurar el monumento.

Filial inmobiliaria

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Hasta 1992, la inversión casi alcanzó los 2,4 millones. Ese año, Leguina cortó el grifo del dinero cuando comprobó que el banco todavía no había escriturado el conjunto a nombre de la Comunidad. Casi diez años después, la situación seguía igual. A finales de los noventa, estalló. La administración descubrió que Banesto había traspasado los terrenos a su filial inmobiliaria y que ésta, a su vez, había segregado parte de la finca que debía ser traspasada a la Comunidad.

En 1997, el que era consejero de Cultura de la Comunidad, Gustavo Villapalos, ya del PP, tomó cartas en el asunto. Convocó una reunión y aseguró que, por fin, Banesto se había comprometido a escriturar la finca a favor de la Comunidad. Se llegó a escenificar este traspaso mediante la entrega de las llaves del palacio al consejero. El Gobierno anunció el traspaso definitivo del polémico conjunto, que nunca se llegó a realizar.

El conjunto histórico llega a los tribunales

La querella presentada en el juzgado de Arganda se dirige contra el registrador mercantil José Antonio Calvo González de Lara por un asunto particular ajeno al caso. Pero también denuncia que éste se ha apropiado supuestamente de una parte de las dependencias anexas del palacio, un conjunto considerado bien de interés cultural y tasado en 24 millones.

La historia es compleja. La querella relata cómo Banesto, después de haber cedido a la Comunidad la finca que aloja el conjunto histórico-artístico vendió parte de los terrenos a su filial inmobiliaria. Ésta segregó parte de la finca que -según el documento- estaba incluida en el escrito de cesión al Gobierno que firmaron Conde y Leguina en 1989 y que sigue siendo el texto válido. Estos terrenos segregados, conocidos como el jardín de la parte trasera del palacio, acabaron en manos de González de Lara.

El denunciado admite ser el propietario de este jardín a través de una sociedad denominada Los Cuatro Infantes, pero afirma que le pertenece por derecho propio, que la adquirió dentro de un lote de 200 hectáreas que compró a Banesto por unos 450.000 euros y que ese terreno nunca formó parte de lo que iba a ser cedido a la Comunidad.

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