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CRISIS EN EUROPA | El futuro de la Constitución

Europa busca una salida a su grave crisis

Los líderes de la UE preparan la cumbre de los días 16 y 17 donde se decidirá si se anula el proceso

Carlos Yárnoz

Los líderes de Alemania, Francia y Reino Unido tienen en sus manos el futuro inmediato de la Unión Europea y han decidido negociar entre ellos las alternativas para superar la grave crisis derivada de los rechazos francés y holandés a la Constitución. Los tres parten de posiciones radicalmente diferentes: Alemania ha ratificado el nuevo Tratado, Francia lo ha rechazado y Reino Unido se inclina por anular el referéndum al respecto. Mientras, crece el debate sobre si debe mantenerse el proceso de ratificación de un texto herido de muerte. El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, reclamó ayer de nuevo que ningún país tome decisiones unilaterales antes de la crucial cumbre de los días 16 y 17 en Bruselas.

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Las alternativas básicas manejadas son tres: mantener el calendario de ratificaciones, anular el proceso porque el texto actual no podrá aplicarse nunca tal cual tras el no francés y holandés, o dejarlo en suspenso mientras se abre un periodo de reflexión de dos o tres años. La primera hipótesis es la oficial y mayoritaria, pero la segunda y tercera ganan adeptos cada hora. La duda se resolverá en esa cumbre, que se ha convertido ya en una de las más trascendentales de la historia de la Unión.

Para prepararla, el canciller alemán, Gerhard Schröder, ya se entrevistó ayer con el actual presidente de la Unión, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, y los dos insistieron en que hay que respetar el calendario para que los 25 países se definan. El Parlamento de Letonia aportó ayer un ligero alivio al ratificar el nuevo Tratado, con lo que son ya 10 los países a favor y dos en contra. Con el eje franco-alemán tambaleante, Schröder verá mañana, sábado, en Berlín al presidente francés, Jacques Chirac, quien también prefiere que el proceso continúe, como ha dicho a sus homólogos por carta, pero apuesta por tomar un respiro, "el tiempo necesario para analizar las consecuencias" del no francés.

El canciller alemán verá de nuevo a Chirac el día 10 y el 13 recibirá en Berlín al primer ministro británico, Tony Blair. Para entonces, es probable que Londres ya haya aclarado si mantiene o no su referéndum anunciado para el año próximo. Es una de las decisiones que Barroso intenta retrasar a toda costa con el argumento de que la salida a la crisis debe ser pactada por todos. "Pido a todos los líderes políticos que hagan prueba de su capacidad de responsabilidad, de su prudencia. Pido que los jefes de Gobierno no tomen decisiones individuales, unilaterales".

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Una anulación de la consulta británica provocaría la misma reacción en otros países con referendos pendientes, como es el caso de Irlanda, con cuyo primer ministro, Bertie Ahern, también habló ayer en Luxemburgo Schröder, el principal representante de los 10 países que ya han dicho y que representan casi al 50% de la población europea. En ese grupo destaca España, el único país donde el ha ganado en un referéndum y, por tanto, se apresta a jugar ante la cumbre "un papel activo", como señala el Gobierno.

En una reunión extraordinaria de la comisión de Asuntos Constitucionales del Parlamento Europeo, el eurodiputado socialista español Carlos Carnero afirmó que "parar el proceso sería decir que el voto de quienes han dicho no vale más que el de los que han dicho sí". El liberal británico Andrew Duff llegó a decir que si un país se retira del proceso "debiera ser condenado". "¿Lo dice por su país?", le preguntó el alemán Jo Leinen.

Pero algunos apuestan abiertamente por parar todo, como el presidente checo, Vaclav Klaus, o la oposición conservadora polaca, mientras otros prefieren hacer una pausa. Goran Persson, primer ministro de Suecia, aún pendiente de ratificar o no el texto, advierte que "lo más peligroso es enviar una señal de que esto no nos ha afectado" y ésa es "la corriente actual entre los líderes europeos". Ante la hipótesis de que Francia, ya menos aislada desde el no holandés, caiga en la tentación de pedir la renegociación, Persson no tiene dudas: "El proceso quedará interrumpido automáticamente".

Las tensiones internas en la Unión quedaron ayer patentes tras la entrevista entre la presidenta de Finlandia, Tarja Jalonen, y su homólogo y euroescéptico Klaus, informa France Presse. "La presidenta no está contenta [tras lo ocurrido en Francia y Alemania], pero yo sí. Es una victoria de la democracia y de la libertad en Europa". Como Jalonen entiende que tal victoria también se da cuando el resultado es afirmativo, le respondió: "También tenemos que respetar la respuesta positiva en el referéndum español".

Están a flor de piel las sensibilidades entre los que ya han ratificado, los dos que han dicho no, los que temen que otros busquen una salida unilateral, los que vislumbran que su opinión no contará, los que ven su oportunidad para reconducir el proyecto europeo... Ayer, el ministro holandés de Exteriores, Bernard Bot, comentó, según Reuters: "Europa debe limitarse a cuestiones que los Estados no puedan gestionar por sí mismos". Y el líder socialista de Holanda puso la guinda: "Menos Europa en agricultura, educación, cultura y fondos estructurales".

"El objetivo de algunos es aprovecharse de esta crisis para frenar la integración europea", dijo ayer ante su Parlamento el primer ministro belga, el liberal Guy Verhofstadt, quien también aprovechó para plantear una advertencia a Schröder, Chirac y Blair para que no negocien a espaldas de todos: "Bélgica necesita una Europa integrada para evitar que Francia, Alemania, Reino Unido y algún otro creen un directorio y decidan por nosotros".

La salida al embrollo se complica porque, a las diferencias internas en el club, se añade la inestabilidad política y económica de varios países clave: elecciones anticipadas en Alemania con las encuestas a favor de la conservadora Angela Merkel (CDU-CSU); relevo del primer ministro en Francia con los dos grandes partidos del país en crisis; elecciones parlamentarias y presidenciales en Polonia tras el otoño con ventaja para una oposición conservadora derecha poco europeísta...

Es esa inestabilidad política la que dificulta hasta el extremo una solución válida antes de que en la UE haya unos líderes estables con ideas claras sobre el futuro de esta recién estrenada Europa unificada. Margot Walström, vicepresidenta de la Comisión, lo dijo ayer en la Eurocámara: "Se necesita mucho liderazgo a todos los niveles".

El canciller alemán, Schröder, se dirige a la prensa, ayer en Luxemburgo.
El canciller alemán, Schröder, se dirige a la prensa, ayer en Luxemburgo.AP

Candidatos en el alero

Los efectos de la ampliación de la UE han jugado a favor del no en los referendos francés y holandés. Las próximas adhesiones previstas están tan en entredicho que el comisario de Ampliación, Olli Rehn, se vio obligado a comentar: "No me he inscrito en el paro. La ampliación no es responsable de los problemas".

Según los sondeos, el 18% de franceses que votó no lo hizo influido por la apertura de las puertas a Turquía. Y el 40% de holandeses votaron en contra como rechazo a la ampliación al Este.

Bruselas anunció que ha enviado dos cartas de aviso a Rumania y Bulgaria, que prevén entrar en 2007, para que aceleren sus reformas si quieren ingresar en el club. Mientras, la candidata conservadora alemana, Angela Merkel, insistía en su objetivo de la "alianza privilegiada con Turquía". No la adhesión.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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