Zapatero defenderá en el pleno del Congreso un modelo único de financiación autonómica

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pretende tomar la iniciativa en la definición del modelo de organización territorial con motivo de su primer debate sobre el estado de la nación al frente del Ejecutivo, que se celebrará mañana en el Congreso. Zapatero afronta este debate en medio de la polémica abierta sobre el nuevo sistema de financiación autonómica, que enfrenta al Ejecutivo catalán y al Gobierno que preside. En su intervención, el presidente defenderá un modelo de financiación único para todas las autonomías, con la excepción de las comunidades forales de Navarra y País Vasco, y fijará la "hoja de ruta" que seguirá la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica, con apelaciones al programa del PSOE.

Zapatero presentará en el debate los principios de la reforma del modelo de financiación autonómica, apuntados en el programa con el que el PSOE se presentó a las elecciones. Tales principios se desarrollarán en una propuesta, en la que ha empezado a trabajar un grupo de sus colaboradores, que el presidente del Gobierno presentará en la segunda Conferencia de Presidentes Autonómicos, que se celebrará en julio. El presidente hará un llamamiento al PP para trabajar juntos en las reformas territoriales.

Con esta presentación, Zapatero pretende centrar el debate sobre el modelo de financiación autonómica, que quiere culminar con una convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) -organismo que reúne a los ministros de Economía y Administraciones Públicas y a los representantes de Hacienda de los gobiernos autonómicos-, que se celebraría a finales de este año.

El presidente del Gobierno defenderá en su intervención ante el pleno del Congreso un modelo de financiación autonómica único, con la excepción de las comunidades forales, que reformará el sistema vigente desde diciembre de 2001, y que evitará presentar como una respuesta al propuesto por la Generalitat de Cataluña. Los principios del nuevo sistema serían los de suficiencia; solidaridad y equilibrio territorial; y autonomía financiera.

En este sentido, el modelo pretende avanzar en la definición de los espacios fiscales propios, dotando a las autonomías de más capacidad normativa sobre tributos cedidos -siempre respetando "la necesaria armonización y coordinación a nivel nacional y europeo"- y con "plena capacidad de gestión, liquidación, inspección, recaudación y revisión" respecto a ese paquete fiscal.

El vicepresidente económico, Pedro Solbes, en una conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI, manifestó ayer que "los distintos gobiernos se enfrentan ante la presión al aumento de gastos con la alternativa de no subir los impuestos y, por tanto, usar exclusivamente los crecimientos de ingresos públicos derivados del crecimiento general de la economía; o subir los impuestos a sus ciudadanos".

"Lo que tenemos que acabar es con la ensoñación de que hay una tercera alternativa en la que unos suben los impuestos para que otros obtengan los recursos que desean", añadió Solbes.

Zapatero pretende, también, que el nuevo modelo disponga de una suficiencia financiera, de modo que "incluya una corrección automática de los ingresos del sistema, no considerada en la actualidad, como consecuencia de la modificación de aquellas normas estatales que han incidido en sus recursos, tanto en lo relativo a mayores gastos como en lo relativo a menores ingresos", según reza el programa.

Otra cuestión, suscitada inicialmente por la Generalitat catalana y que el Gobierno pretende generalizar, es "la necesidad de convergencia de resultados entre la aplicación del sistema común y los sistemas forales". Zapatero también recordará la pretensión programática del Gobierno de que la Hacienda estatal se coordine con las de las comunidades autónomas. Lo que "no es lo mismo que el heho de que una hacienda autonómica asuma el papel recaudador, como pretende la Generalitat", según explican fuentes gubernamentales.

Lealtad necesaria

Previsiblemente, el presidente hará pocas referencias a las reclamaciones competenciales en las reformas de los estatutos, ahora en trámite. Fuentes de su entorno estiman que se referirá a la "necesaria lealtad" entre el Gobierno central y los autonómicos; que exigirá a las comunidades que, en sus reformas estatutarias, eviten la modificación de leyes orgánicas del Estado; y se comprometerá, de su lado, a que las leyes de bases no minen las competencias de las autonomías.

Pese a la virulencia que ha adquirido el debate sobre la financiación con la Generalitat catalana, Zapatero sigue pensando que el problema vasco es "mucho más grave" que el catalán, porque la violencia sigue aún latente en Euskadi. Su entorno da por hecho que el presidente del Gobierno presentará alguna propuesta relacionada con el País Vasco y que instará al PP a que colabore en esta materia.

También apelará al PP para reconstruir la unidad en la lucha contra el terrorismo y para trabajar juntos en el proceso de reformas territoriales en marcha y la limitada modificación constitucional.