Marín promete que tendrá más "cintura política" en el debate

El presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín, ha pedido hoy a los diputados "respeto y buena educación" durante el desarrollo del debate sobre el estado de la nación, que comienza mañana en la Cámara y, por su parte, se ha mostrado dispuesto a aumentar su "cintura política". Será su primer debate como máximo responsable de la Cámara Baja y ha mostrado su confianza en que la cita se desarrolle en un ambiente "correcto", con "urbanismo y respeto", pese a que da por hecho que el hemiciclo albergará un "debate difícil". "Pero que sea un debate difícil no quiere decir que no se pueda lograr un debate correcto", ha remachado. Mientras tanto, los grupos parlamentarios fijan sus posiciones de cara a la sesión.

En declaraciones a los periodistas, Marín ha agradecido a los grupos que se hayan puesto de acuerdo en un formato "amplio y generoso" con el que ha estimado que se abre el camino para superar algunos incidentes producidos durante las últimas sesiones. En este sentido, Marín ha agradecido que hayan hecho el esfuerzo de "autolimitarse" para presentar sólo 15 propuestas de resolución por grupo, en lugar de las 25 en sesiones anteriores, aunque ha avanzado que el sistema tendrá que ir "mejorándose" con los años porque 120 resoluciones siguen siendo demasiadas.

Una sesión "de entidad"

El presidente del Congreso ha subrayado el hecho de que, al separarse el debate y votación de las propuestas de resolución del debate estrictamente político, las mociones de los grupos tendrán mayor relevancia y permitirán que se celebre una sesión "de entidad". Así, la votación de las mociones se ha pospuesto hasta el martes, día 17, y ello dará lugar a que los debates que tendrán lugar mañana y pasado sean "eminentemente políticos". En su opinión, esta novedad permitirá a las formaciones tener tiempo para negociarlas. "Este Parlamento es capaz, cuando quiere, de hacer las cosas bien", ha puntualizado.

Tras poner como ejemplo la sesión del pasado mes de febrero en la que se debatió la toma en consideración del plan Ibarretxe de que el Congreso ha sabido resolver bien debates difíciles, el presidente de la Cámara ha recordado que es "fundamental el respeto al derecho a la palabra". "No pretendo que sea una casa de retiros espirituales", ha señalado Marín, quien ha insistido en reclamar a los diputados que aguarden a que finalicen las intervenciones de los oradores para expresar "su disgusto". Marín ha explicado que ha "rogado" a los miembros de la Junta de Portavoces que la cita tenga un "desarrollo correcto", así como que tengan en cuenta la "imagen" que transmite el Congreso cuando reina la bronca.

Mientras, los grupos parlamentarios han fijado sus posiciones de cara a la sesión:

PSOE: Este partido ha reiterado su intención de reforzar la unidad de los partidos en la lucha contra el terrorismo durante el debate, pese a denunciar, de nuevo, que el PP intenta "sacar rédito político". El portavoz parlamentario del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha agradecido la flexibilidad de todos los partidos, incluido el PP, al aprobar la nueva regulación de este debate. Rubalcaba ha detallado los tres objetivos de su partido: tratarán de introducir "sosiego" en la vida política, incrementar la estabilidad parlamentaria del Gobierno y "reforzar la unidad de los partidos en los asuntos de Estado", especialmente en la lucha antiterrorista.

PP: El portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, ha sentenciado que "la situación en España es peor que hace un año", ya que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha reabierto el proceso constituyente después de más de 25 años de democracia. Zaplana ha bromeado afirmando que "la mejor noticia" es que el Debate sobre el Estado de la Nación se sigue llamando igual, en lugar de "Debate sobre el Estado de las Comunidades Nacionales". En su opinión, hace un año, cuando el PP perdió las elecciones, no se hablaba de cambiar el modelo territorial ni de modificar la estrategia en la lucha antiterrorista.

IU: El líder de IU, Gaspar Llamazares, exigirá al presidente del Gobierno que muestre "compromiso, y no sólo talante", ya que "se separa peligrosamente del movimiento social que provocó la derrota del PP, se separa peligrosamente de la izquierda". Llamazares aprovechará su intervención para pedir al jefe del Ejecutivo una valoración de lo que ha hecho y "de lo mucho que queda por hacer" para responder al mandato que le llevó a La Moncloa.

ERC: Esquerra renovará su voluntad de entendimiento con la izquierda española, según ha avanzado su portavoz en el Congreso, Joan Tardá, quien ha apostado por un Gobierno de izquierdas en España "estable y seguro". Tardá se ha referido al PP como "el franquismo sociológico" y ha restado trascendencia a sus críticas a la propuesta de financiación catalana o a su recurso contra el traslado de documentación del archivo de Salamanca. "Del PP, pasamos", ha subrayado. "Sabemos de dónde vienen, a dónde van, y sabemos qué harían con nosotros si pudieran", ha añadido.

CiU: El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida y Joan Tardá, pretende "animar" al PSOE a aprovechar el debate para dar por superado el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo que en su día suscribieron con el PP. Según Duran, CiU baraja incluir este asunto en alguna de sus 15 propuestas de resolución de la segunda fase del debate, aunque ha admitido que todo dependerá del resto de asuntos que quieran priorizar.

BNG: El Bloque planteará la necesidad de un nuevo sistema de financiación para Galicia, así como que se mejore el Estatuto de esta comunidad en el marco de las reformas que están afrontando otras regiones. Francisco Rodríguez, portavoz de la formación gallega en el Congreso, ha señalado que la parte fundamental de la intervención de su partido estará dedicada al análisis de la situación gallega, donde abordarán "el problema del nuevo Estatuto y de la financiación autonómica".

PNV: El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka, aprovechará su intervenciónpara analizar en tono crítico el año de gestión de Zapatero y emplazarle a que, en lo que queda de mandato, "acomode la praxis lo más posible a su discurso esperanzador". Erkoreka ve con "un punto de escepticismo" el resto de la legislatura.