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El centro de Barcelona quiere investigar con embriones de parejas con defectos genéticos

Javier Sampedro

El Ministerio de Sanidad aprobó el 23 de febrero los cuatro primeros proyectos españoles con células madre embrionarias. También rechazó un quinto, propuesto por el Centro Superior de Alta Tecnología de Valencia, y que consistía en derivar líneas de células madre de embriones con defectos genéticos. El ministerio deberá reexaminar la cuestión en breve, porque el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona también está interesado en esa línea de trabajo.

Muchas parejas que padecen o son portadoras de una enfermedad genética deciden someterse al diagnóstico preimplantacional. Consiste en generar varios embriones por fecundación in vitro, examinar sus genes e implantar en la madre aquellos que tienen los genes sanos. Los que tienen genes defectuosos, y que por tanto no se implantan, podrían usarse para derivar cultivos de células madre. Esos cultivos contendrían el gen defectuoso, y serían un modelo de gran utilidad para hacer los experimentos que no pueden hacerse en los pacientes de esa misma enfermedad genética: estudiar a fondo los fundamentos de la enfermedad en cuestión y probar nuevos fármacos contra ella.

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"Ahora que la ley española permite derivar células madre a partir de embriones congelados, hay una gran oportunidad de usar esta técnica para generar líneas celulares de pacientes con enfermedades monogénicas [debidas al fallo de un solo gen]", afirmó ayer Kenneth Chien, del Instituto de Células Madre de la Universidad de Harvard. "Algunas de esas enfermedades genéticas confieren riesgo de arritmias y fallos cardiacos, y estudiar células madre que lleven el defecto genético es muy importante".

Chien insistió ayer en que las terapias basadas en células madre embrionarias están todavía lejos. Admitió, sin embargo, que el uso de las células madre como modelos de las enfermedades genéticas puede producir resultados con rapidez. "Se podrían usar ya para probar nuevos fármacos o experimentar nuevas estrategias de terapia génica", afirmó.

El rechazo a la propuesta valenciana no se debió a una cuestión de fondo, sino de forma: faltaban las preceptivas autorizaciones de los progenitores. La técnica, por tanto, es compatible con la normativa.

Chien también se refirió a los actuales ensayos clínicos con células madre adultas (obtenidas de médula ósea o músculo del paciente) para reparar el corazón tras un infarto. "Algunos investigadores creen que tienen efecto, pero otros señalan que es un efecto relativamente menor a largo plazo", dijo. "Los ensayos han servido para probar el concepto, pero queda el problema de encontrar la célula ideal". Su apuesta son los cardioblastos obtenidos de células madre embrionarias.

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