La ley autorizará la selección genética de los hijos para salvar a un hermano
La nueva norma de reproducción asistida amplía la posibilidad de investigar con embriones
Las parejas que necesiten tener un niño que sirva como donante para salvar a su hermano enfermo no tendrán que buscar remedio en el extranjero. La nueva Ley de Reproducción Asistida que anunció ayer la ministra de Sanidad, Elena Salgado, permitirá que la selección genética de embriones para salvar a terceros se haga en España (hasta ahora sólo estaba autorizada para descartar embriones con enfermedades hereditarias).
Al menos 50 parejas han viajado en los últimos cinco años a Bélgica con la esperanza de engendrar un bebé que además sea un donante compatible de material biológico (células de médula ósea o cordón umbilical) con el que curar a su hijo enfermo. Actualmente, el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) tiene ocho parejas pendientes de que se apruebe este técnica. En todos los casos, sus hijos sufren enfermedades mortales o que suponen un continuo tratamiento y sufrimiento para los pequeños.
La Comisión Nacional deberá aprobar caso a caso la selección genética
Salgado prevé que la ley entre en vigor antes de fin de año. En ella se fija un estricto control para la selección de embriones. No se trata de una autorización general, sino que tendrá que aprobarse caso a caso por la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida y el Ministerio de Sanidad. Otro tipo de selecciones, como el sexo del bebé, continúan prohibidas, salvo que sea para evitar que el niño nazca con una enfermedad hereditaria.
El proyecto también elimina la restricción en el número de ovocitos que se pueden obtener en cada ciclo, que la reforma del 2003 del PP dejó en tres. Con ello se pretende "incrementar las posibilidades de éxito de estos tratamientos", y evitar a las mujeres las molestias de repetir el proceso si no consiguen tener un hijo. En cambio, el estado actual de la técnica sí permite dejar en tres el límite del número de embriones que se implantan. Con ello se reducen los embarazos múltiples, con el peligro que suponen para madres y descendientes.
La norma permitirá la investigación con todos los embriones de menos de 14 días y con gametos (óvulos o espermatoizoides), siempre que los progenitores los donen para ese fin. La ley de 2003 limitaba esta posibilidad sólo a los embriones creados antes de que entrara en vigor.
La ley prevé la incorporación de nuevas técnicas, como la congelación de óvulos. Este método no figuraba en la normativa anterior porque científicamente no estaba desarrollado, pero los últimos avances han demostrado que puede utilizarse para que mujeres que se someten a una quimioterapia tengan descendencia. La Comisión será la encargada de decidir cuál de las nuevas técnicas que surjan será autorizada.
Otro cambio propiciado por los avances tecnológicos radica en que se elimina el límite de cinco años para la conservación de embriones o esperma congelados. Este material se destruirá, donará o utilizará para investigar cuando los donantes lo decidan o cuando ya no estén en condiciones de usarlos.
El proyecto de Sanidad prohíbe expresamente la clonación reproductiva, pero no se pronuncia sobre la terapéutica (crear embriones para que sirvan como fuente de células madre para una posible curación del donante del material genético), ya que esta técnica será regulada en una futura ley de biomedicina, indicó Salgado.
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