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Barcelona registra la temperatura más baja en 20 años, -4,7 grados

La ola de frío arrasa más de 1.000 hectáreas de cultivos

La oleada de frío siberiano ha empezado a pasar factura. Las heladas han arrasado 1.050 hectáreas de cultivos en el Baix Llobregat y el Maresme. Los servicios de meteorología de la Generalitat creen que las temperaturas ya han tocado fondo, pero alertan de que el frío seguirá siendo intenso durante los próximos días. Las complicaciones para circular por el norte se redujeron y sólo permanece cerrado el puerto de la Bonaigua.

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Barcelona se despertó ayer con el amanecer más frío de los últimos 20 años. Los 4,7 grados bajo cero que marcó el mercurio helaron calles y plazas de varias zonas de la ciudad, desde el Eixample hasta Collserola. Algún aspersor del Ayuntamiento que goteaba o el agua que lanzó algún vecino para limpiar las aceras fueron suficientes para provocar más de un resbalón.

El frío volvió a dejarse notar sobre todo en el Pirineo de Lleida. En el pico de Salòria se registraron otra vez 21 grados negativos. Pero las heladas también llegaron a orillas del mar. La más baja del litoral se registró en Malgrat de Mar (Maresme), donde se alcanzaron 6,4 grados bajo cero, lo cual provocó que las tuberías de muchas casas de la localidad quedaran heladas.

Los mínimos que alcanzaron los termómetros afectaron sobre todo a los campesinos. En Malgrat heló sobre mojado. A las pérdidas que han sufrido este año -llegaron a vender su cosecha por debajo del precio de coste- se añade la helada justo un mes después de plantar las hortalizas.

El sindicato agrícola Unió de Pagesos evaluó que de momento el frío ha arrasado 1.050 hectáreas en Cataluña, concentradas sobre todo en el Baix Llobregat. Se perdió la producción de coles, lechugas, alcachofas, escarolas y rábanos. Aún no se han cuantificado las pérdidas, pero los campesinos ya avanzan que supondrán "el trabajo de medio año".

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El mal tiempo también afecta a la flota pesquera de Girona, que se plantea reclamar ayudas a la Administración por las pérdidas que han provocado el temporal de viento y las bajas temperaturas, informa Gerard Bagué. También los productores de aceitunas de Les Garrigues y los agricultores de las comarcas del Ebro temen que las heladas puedan dañar a su producción.

La circulación por las carreteras catalanas mejoró de forma notable. Ayer sólo permanecía cerrado el pico de la Bonaigua y otras tres carreteras del Pirineo de Lleida, aunque fue suficiente para que 163 escolares no pudieran asistir a clase. Un total de 387 coches seguían abandonados a causa de la huelga de grúas.

Al cierre de esta edición la meteorología no había causado ningún accidente de gravedad, lo que el Servicio Catalán de Tráfico atribuía a la prudencia de los conductores. Precisamente, la alerta de Interior ante la ola de frío causó el enfado de los hoteleros de Lleida, que dijeron que muchos clientes anularon sus reservas debido al "alarmismo" generado por la Administración.

La consejera del Departamento de Interior, Montserrat Tura, recordó a los empresarios turísticos que la Generalitat hubiera incurrido en "una irresponsabilidad manifiesta" en caso de no haber avisado con antelación de las posibles consecuencias de la ola de frío, informa Lluís Visa.

El Servicio de Meteorología de la Generalitat no prevé que la ola de frío remita de inmediato, sino que durará al menos todo el fin de semana. Por ello, seguirán abiertos los centros de acogida para ciudadanos sin techo en varias ciudades.

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