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Un tratamiento prenatal con células madre logra reducir al mínimo las fracturas de una 'niña de cristal'

Una niña de cristal sueca ha conseguido cumplir los dos años y medio con sólo tres fracturas de hueso. La pequeña nació con osteogénesis imperfecta (una enfermedad genética que consiste en que el organismo no es capaz de producir el colágeno que los huesos necesitan para endurecerse), pero un tratamiento cuando era un feto con células madre de médula ósea ha conseguido aliviar en gran manera sus efectos.

Según reconoce el Instituto Karolinska de Estocolmo, este resultado ha sido inesperado. Lo que la directora del trabajo, Celia Götheström, estaba buscando era demostrar que se podían hacer trasplantes de células madre a fetos (www.ki.se).

En el ensayo se utilizó material biológico (células madre mesenquimales) que procedía de abortos. La primera sorpresa fue que no se producía rechazo. Pero la segunda, y mayor, es que la fortaleza de los huesos de la niña resultó muy mejorada porque las células trasplantadas produjeron el colágeno necesario.

En este caso las ecografías habían mostrado que la estructura ósea de la niña era muy débil y tenía numerosas fracturas aún antes de nacer. El trasplante de células se efectuó en la 32ª semana de gestación, y el nacimiento se produjo por cesárea en la semana 35ª. En los casos en que una ecografía o una radiografía permiten diagnosticar la enfermedad antes de nacer, éste es el método que se utiliza en el nacimiento, porque se evita al bebé el trauma de un parto natural, con el riesgo de que aparezcan nuevas fracturas.

"Es la primera vez que oímos hablar de un posible tratamiento genético para la enfermedad", admitió ayer una portavoz de la Asociación Nacional de Afectados por Osteogénesis Imperfecta (Ahuce) de España (www.ahuce.org). "¡Ojalá se pudiera hacer más!", añadió.

La portavoz afirmó que se trataba de una "muy buena noticia". "El número de fracturas es muy bajo para una niña diagnosticada como grave, aunque hay casos en que la afectación es menor o que los huesos no empiezan a romperse hasta más tarde, generalmente, la infancia y adolescencia", explicó.

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