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La Cumbre del Clima busca un acuerdo contra los efectos del calentamiento global

El ministro argentino de Medio Ambiente pide más recursos para mitigar los daños

La Cumbre del Cambio Climático se inauguró ayer en Buenos Aires con especial hincapié en la necesidad de poner en marcha medidas de adaptación contra los efectos negativos del calentamiento global, ya inevitable, pero cuya intensidad dependerá de la cantidad de gases de efecto invernadero que se emitan a la atmósfera. Aunque algunos expertos hablen incluso de un protocolo específico para la adaptación, no se espera que pueda alcanzarse a corto plazo este acuerdo, pero sí se habla de una agenda específica de adaptación. Este enfoque complementaría al Protocolo de Kioto, dedicado a la mitigación del cambio climático (contención de las emisiones que lo provocan).

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La X Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático se inauguró ayer en el centro de exposiciones La Rural, en Buenos Aires. El ministro argentino de Salud y Ambiente, Ginés González García, fue elegido presidente de la cumbre. Tras la primera sesión plenaria con varias declaraciones de corte protocolario, comenzaron los trabajos de la conferencia, que se prolongará hasta el próximo día 17.

"Hay que desarrollar enfoques efectivos para la cooperación internacional sobre adaptación. Al nivel nacional, se darán pasos para identificar los riesgos y la vulnerabilidad, y se desarrollarán políticas para reducirlos, y tiene que ser más concreto el apoyo por parte de los países desarrollados", dijo la secretaria de la convención de cambio climático Joke Waller-Hunter.

El otro gran tema de esta conferencia es la preparación de un marco para futuras acciones después del primer período de cumplimiento del Protocolo de Kioto (2008-2012), en el que el objetivos de reducción de las emisiones de los países desarrollados es de un 5,2% respecto al nivel de 1990. Las negociaciones para dichos planes comenzarán oficialmente el año que viene en el marco de la convención, pero ya aquí se abren oficialmente los debates.

Entrada en vigor

La inminente entrada en vigor del Protocolo de Kioto (el próximo 16 de febrero), acapara gran protagonismo también en la conferencia, con todas las complicaciones técnicas, políticas y económicas que supone su cumplimiento, sobre todo para los 33 países obligados a reducir sus emisiones. "El protocolo ya es una realidad política, ahora resta la tarea, ciertamente no menor, de utilizarlo plena y eficazmente", dijo en su discurso inaugural González García. El ministro argentino reclamó un aumento sustancial de los recursos destinados al tratamiento de la adaptación, "de manera que los esfuerzos en esa dirección se transformen rápidamente en acciones concretas que minimicen los daños humanos, ambientales y económicos que ocurrirían en ausencia de medidas".

"La primera sesión plenaria confirma que la adaptación y la negociación del régimen futuro serán los temas clave en esta conferencia y confiamos en que la presidencia saque adelante estas cuestiones tan delicadas", comentó al término del plenario Teresa Ribera, jefa de la Oficina de Cambio Climático y responsable de la delegación española durante este primer tramo técnico de la cumbre.

Este año se cumplen 10 desde que la convención de cambio climático entró en vigor (el 21 marzo 1994). Los grupos ecologistas felicitaron a los países del Protocolo de Kioto (128 lo han ratificado ya) "por mantenerse unidos y mostrar sus compromisos para hacer frente al problema del cambio climático, incluso a pesar de la fuerte oposición de la Administración Bush", declaró ayer el Fondo Mundial Para la Naturaleza (WWF). No por ellos los países del protocolo se libraron de un tirón de orejas por parte de los ecologistas: "Las emisiones de dióxido de carbono de los países industrializados en conjunto han aumentado un 8,4% desde 1990. WWF urge a los ministros de la COP-10 a que anuncien planes para reforzar sus programas nacionales de reducción de emisiones, en particular a Japón y a Canadá, cuyas emisiones están ya un 15% y un 20%, respectivamente, por encima de los niveles de 1900". Las exigencias para con Estados Unidos y Australia son más fuertes aún, dado que estos dos países no han ratificado el Protocolo de Kioto.

Simpatizantes de la organización ecologista Greenpeace, ayer en Buenos Aires.
Simpatizantes de la organización ecologista Greenpeace, ayer en Buenos Aires.EFE

Peligro con dos grados más

La temperatura media superficial del planeta no debería aumentar más de dos grados centígrados, porque si se supera ese limite los riesgos del cambio climático serían inaceptablemente altos. El motivo es que dos grados suponen impactos significativos sobre los ecosistemas y los recursos de agua, afirmó ayer el delegado holandés Yvo de Boer, en nombre de la UE. Según los más recientes informes científicos, el calentamiento global será de entre 1,4 y 5,8 grados a finales de siglo respecto a los niveles preindustriales (dependiendo de la cantidad de gases de efecto invernadero inyectados a la atmósfera).

El cambio climático está ya en marcha, como lo demuestra el primer gran informe regional, recientemente presentado, sobre el Ártico (el informe ACIA). "Y se esperan cambios todavía más graves en las próximas décadas", recordó De Boer, hablando en el plenario en nombre de la UE, y de Bulgaria, Rumania y Turquía, países que aún no pertenecen a la unión pero que ya en este debate de Naciones Unidas se incorporan al ámbito de influencia comunitario.

La contención de emisiones es una tarea ardua. Entre 1990 y 2000, dichas emisiones de los países desarrollados cayeron un 6,6%, pero esta reducción se debió sobre todo a que las emisiones en los países de economías en transición (el antiguo bloque soviético) cayeron un 40%, mientras que en los países altamente industrializados se ha registrado un aumento de un 7%, explicó ayer en su discurso Joke Waller-Hunter, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. "Las emisiones parecen haber caído en la mayoría de los sectores en los países desarrollados, particularmente en energía y procesos industriales, pero han aumentado considerablemente las correspondientes al transporte", señaló.

En cuanto a los países en vías de desarrollo, China, Brasil e India resultan decisivos, por su peso demográfico y político. Sus tendencias de emisiones -aunque el Protocolo de Kioto no establezca objetivos fijos de contención de las mismas para el plazo 2008-2012- interesan mucho en estas negociaciones. India ha presentado ya su informe nacional, en el que se manifiesta un dato preocupante: aunque sus emisiones son muy bajas todavía, no ha logrado desacoplar desarrollo económico y emisiones, un objetivo clave en todas las políticas de cambio climático.

China y Brasil presentarán en esta cumbre sus informes nacionales, pero todo parece indicar que al menos China sí ha logrado independizar esos dos factores, lo que sería un dato esperanzador

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