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Tribuna:EL CERVANTES PREMIA A UN PROSISTA ÚNICO
Tribuna
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Imaginación, observación y sentido del humor

Si a mí se me pidiese un nombre, uno solo, entre los aparecidos en la novela española de posguerra con mayores posibilidades de supervivencia, es decir, con categoría suficiente para afrontar la inmortalidad literaria, yo daría, sin vacilar, el de Rafael Sánchez Ferlosio. Pero no es solamente ésta la razón por la que yo le otorgo la primacía de la promoción de "los niños de la guerra" -pese a su muy escasa obra-, sino porque su libro fundamental, El Jarama, se me antoja una síntesis perfecta de las cualidades de este grupo y porque, a su vez, El Jarama se ha erigido en patrón de no pocos narradores que han ido apareciendo con posterioridad; esto es, ha hecho escuela". [...].

"Basta conocer a Ferlosio para adivinar en él al hombre impar, el hombre diferente, para descubrir a través de su conversación una veta de genio y de ingenio que le individualiza; Ferlosio, en cualquier circunstancia, se mostrará indiferente a las seducciones del tópico y la uniformidad. Ferlosio será siempre Ferlosio, es decir, un hombre que, haga lo que haga -vivir o escribir-, lo hará siempre a su aire, desdeñando la rutina y las convenciones sociales". [...].

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"¡Igual así alguno se anima a leer mis rollos!"

"Ferlosio es honesto consigo mismo; esto es, su determinación -definitiva o no, equivocada o no- no es el fruto de una pose, sino consecuencia lógica de su carácter. La literatura, en esencia, le parece un menester insulso, y él no quiere incurrir en él. Prefiere dedicar su tiempo a los estudios lingüísticos o al ensayo breve. Tengo entendido que Rafael Sánchez Ferlosio realiza desde hace tiempo trabajos de gramática y filología, trabajos que ignoro si algún día verán la luz, pero que, en cualquier caso, mostrarán la genialidad que portan dentro de sí todas las obras -incluidos los dibujos que realiza para entretenimiento de su hija- de este autor". [...].

"Sea como quiera, la vida de Ferlosio marcha acorde con su postura ante el arte. Ferlosio aparenta solazarse buscando las vueltas a los convencionalismos. Si la gente duerme de noche, él duerme de día; si la gente se ajusta a un horario de trabajo, él trabaja en anárquico desorden; si la gente se encadena a una rutina de distracciones, tertulias, etcétera, él se distrae o charla cuando le da la gana. Ferlosio no se sujeta a la tiranía de una vida metódica. A veces desaparece de la circulación durante semanas. Otras se encierra en una habitación, solo, durante días. Al cabo, aparece, ojeroso, las barbas crecidas, pálido. Nadie sabe si estuvo trabajando -ni en qué- ni si estuvo durmiendo. Su mujer [Carmen Martín Gaite] no muestra la menor extrañeza ante su conducta estrafalaria. Muchacha inteligente, se acomoda a estas extravagancias con toda naturalidad y le pone de comer. Él, no obstante, consciente de su carácter difícil, de sus eclipses domésticos sin aparente justificación, compadece a su esposa, de la que dice, en una de sus frases geniales, transida de un humorismo sombrío: 'Carmen es como una viuda que tuviera el muerto en casa'.

Decididamente, Rafael Sánchez Ferlosio, ni como hombre ni como escritor, es un ser vulgar. Ahora bien, aparte de excentricidades, ¿qué veo yo en este autor para concederle tan amplio crédito? Lo diré en pocas palabras: en Ferlosio se da una mezcla de imaginación, observación y sentido del humor que no veo en ninguno de sus coetáneos. Con una, también rara, particularidad: estos ingredientes los manipula con tan espontánea naturalidad que sus libros, lejos de parecernos algo elaborado, se asemejan a los frutos y las flores silvestres, crecen espontánea, naturalmente.".

(Nota de la Redacción). En la primavera de este mismo año, la editorial Destino quiso celebrar el número 1.000 de su colección Áncora y Delfín con un texto extraordinario. Gracias a ello, y tras superar las reticencias del autor, y con la condición de no reescribir ni una línea, recopiló una serie de notas y conferencias que guardaba Delibes desde los años cincuenta y sesenta sobre los escritores consagrados y emergentes. España 1936-1950: Muerte y resurrección de la novela fue el título elegido. El 2 de mayo de 2004, EL PAÍS prepublicó íntegro el perfil de Rafael Sánchez Ferlosio escrito por el autor de El hereje 40 años atrás, perfil del que ahora les ofrecemos unos extractos.

Rafael Sánchez Ferlosio y Carmen Martín Gaite, fotografiados en enero de 1955, tras obtener el escritor el Premio Nadal.
Rafael Sánchez Ferlosio y Carmen Martín Gaite, fotografiados en enero de 1955, tras obtener el escritor el Premio Nadal.EFE
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