Más de la mitad de los cadáveres del Yak-42 analizados están mal identificados
El laboratorio de Estambul determina que 22 de los 39 restos cotejados con ADN son erróneos
Más de la mitad de los cadáveres de los militares muertos en el accidente del Yak-42 que han sido sometidos a análisis de ADN están mal identificados. Así lo revela el informe del Instituto de Toxicología de Estambul, que ha cotejado las muestras de 39 familias con los restos de otras tantas víctimas de la catástrofe aérea del 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turquía). En concreto, 22 de los cuerpos entregados en España no corresponden a los de sus parientes, mientras que hay coincidencia en 17 casos. Aún faltan 23 familias que no se han sometido a las correspondientes pruebas para cerrar el círculo.
La asociación que agrupa a la mayoría de las familias de los 62 militares muertos en el accidente del Yakovlev recibió ayer el informe elaborado por el Instituto de Toxicología de Estambul (Turquía). Después de traducirlo a lo largo de todo el día, la asociación vio confirmados sus peores pronósticos. Un total de 22 de las 39 familias que se sometieron al cotejo del ADN (el 56,41%) no recibieron el cadáver de su pariente, sino el de otra persona.
En al menos cuatro casos, los féretros incluían restos de más de un cadáver, no sólo de militares españoles, sino también de miembros de la tripulación ucraniana. Por el contrario, restos de alguno de los militares españoles aparecen repartidos en varios ataúdes.
Los miembros de la asociación comenzaron anoche la delicada tarea de contactar con los familiares de los fallecidos para comunicarles el resultado de su análisis. El objetivo era reconstruir, en lo posible, la cadena de errores: no sólo se trataba de informar a una familia de que no recibió el cuerpo de su pariente, sino también de decirle a quién se entregaron los restos de su deudo y así sucesivamente.
En la mayoría de los casos la cadena no puede cerrarse, ya que hay 23 familias que no se han sometido a la prueba de ADN, aunque 10 ya lo han solicitado. Los miembros de la asociación creen que, una vez que se complete el trabajo, es muy probable que el número de errores supere la treintena.
Las familias del Yak-42 se enfrentan a partir de este momento a un durísimo calvario. Los que sepan quién tiene el cadáver de su pariente y estén dispuestos a la exhumación pueden, si un juez lo autoriza, recuperarlo. Sin embargo, 14 cuerpos fueron incinerados, por lo que en muchos casos esta opción resulta inviable. El Ministerio de Defensa ha ofrecido construir un mausoleo donde se depositen los restos de todas las víctimas, pero muchas familias se oponen a ello.
El Instituto de Toxicología de Estambul ha realizado su estudio a partir de los análisis de ADN realizados a los 37 familiares que el pasado 17 de mayo viajaron a Turquía y a los 11 que enviaron sus muestras desde España.
El ADN de los parientes se ha cotejado con el de las muestras de los cadáveres que se guardaban en dicho laboratorio desde el día del accidente. La existencia de estas muestras se descubrió después de que las familias obtuvieran de la Fiscalía de Maçka (Turquía) el acta de identificación de los cadáveres. Dicha acta demuestra que, pocas horas antes de su repatriación, 30 de los 62 cadáveres de los militares estaban todavía sin identificar.
Fuentes de la asociación explicaron ayer que la mayoría de los errores ahora verificados corresponden a esos 30 cuerpos, cuya identificación garantizaron dos generales españoles.
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