_
_
_
_

Los dos generales que firmaron las repatriaciones serán destituidos

Miguel González

El ministerio de Defensa separa el relevo de la cúpula militar, por razones de confianza política, de la depuración de responsabilidades por el Yak-42. Éstas se limitan, según fuentes del departamento, a los dos militares que firmaron la identificación de los cadáveres: el general de división de Sanidad Vicente Carlos Navarro Ruiz y el teniente general del Ejército del Aire José Antonio Beltrán Doña.

Navarro es jefe de la División Logístico-Operativa de la Inspección General de Sanidad del ministerio, con rango de subdirector general; Beltrán está destinado en el Centro para la Democratización de las Fuerzas Armadas, organismo internacional con sede en Ginebra (Suiza).

Los destinos de los generales son de libre designación, por lo que pueden ser destituidos en cualquier momento. Además, el Gobierno puede ordenar por decreto su pase a la reserva. Estas medidas no tienen carácter estrictamente disciplinario, por lo que no requieren la instrucción de un expediente ni tampoco pueden ser recurridas.

Más información
Más de la mitad de los cadáveres del Yak-42 analizados están mal identificados

Los dos generales firmaron el 28 de mayo de 2003 un acta en la que reconocían que, de los 62 militares españoles fallecidos, habían logrado determinar la identidad de 32 basándose "en factores identificativos como sus objetos personales, su graduación militar, sus chapas de identidad, sus pasaportes, su documentación militar y sus nombres sobre sus uniformes".

"No sabemos nombres"

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

"Además", agregaban, "hemos identificado y determinado que los cadáveres [contenidos en otras 30 bolsas numeradas] son ciudadanos españoles, nuestros soldados, aunque no sabemos sus nombres [y] solicitamos que nos sean entregados [y] garantizamos que realizaremos todos los trámites necesarios para la entrega a sus familias y asumimos la responsabilidad de estos cadáveres una vez que nos sean entregados".

Seis horas después, despegaba de Trabzon el último de los tres aviones Hércules utilizados para repatriar los cadáveres. Previamente, habían sido introducidos en cajas de zinc herméticamente cerradas. Un equipo de la Guardia Civil, preparado para realizar pruebas de ADN, que estaba listo para viajar a Turquía fue desactivado porque, según el Ministerio de Defensa, la identificación había sido fácil y no se necesitaba su ayuda.

A los familiares no se les permitió abrir los féretros. Tampoco se les entregaron los objetos personales que supuestamente habían sido utilizados para identificar a sus parientes, con el argumento de que el juez turco había ordenado que se introdujeran en los ataúdes y fueran enterrados con ellos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_