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La contaminación del aire mata al año a 100.000 menores de 5 años en Europa

La OMS advierte de que los niños sufren el 40% de las enfermedades medioambientales

Los niños menores de cinco años son sólo el 10% de la población mundial, pero sufren el 40% de las enfermedades debidas a problemas medioambientales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Europa la situación es sólo ligeramente mejor. Sólo la contaminación del aire dentro de las casas debido al uso de combustibles sólidos (chimeneas, fuego para cocinar) causa más de 50.000 muertes de menores de cuatro años, según un estudio publicado en The Lancet. Si se le suman los fallecimientos por el aire de las ciudades e industrias, la cifra se duplica.

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En todo el mundo, por lo menos tres millones de niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades relacionadas con la contaminación del aire, el agua o los sistemas de saneamiento, según la OMS. La principal de las causas son las diarreas producidas por el uso de agua -canalizada o no- contaminada.

La sigue la inhalación de humo por los fuegos encendidos en el interior de las viviendas, una práctica que, además, supone un riesgo de incendios, lo que aumenta otra de las causas más frecuentes de muerte entre los menores: los accidentes domésticos.

Aparte de las defunciones atribuidas directamente al mal estado del aire o del agua, la contaminación o la falta de salubridad están relacionadas con otras enfermedades, como la malaria. En 1998 esta infección causó un millón de muertes de niños de menos de cinco años; en un 90% de los casos, la transmisión del microorganismo que la causa se vio favorecida por el estado de humedales o por otros factores ambientales, según la OMS.

Problema de crecimiento

La organización destaca que a menudo se ignora el efecto del mal estado del medio ambiente cuando se evalúan las principales causas de los niños. Los menores "no son adultos pequeños". "Están en periodo de crecimiento", por lo que el efecto de la contaminación es mayor, no sólo cuando están directamente expuestos a los agentes contaminantes, sino que acumulan las complicaciones a lo largo de su vida.

Además, "sus juegos y su vida están más cerca del suelo", lo que aumenta el riesgo de la contaminación de charcos, ríos, mares y tierra.

El efecto de la contaminación sigue siendo una amenaza cuando se superan los cuatro o los cinco años, sobre todo en algunas zonas de Europa. La OMS ha dividido los 51 países del continente en tres grupos. El primero, llamado EurA, son los que tienen la menor mortalidad infantil y de adultos. Comprende a Europa Occidental, los países nórdicos, Croacia, Eslovenia, Malta y Suiza.

El EurB (Polonia, los demás países balcánicos, Turquía y las antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso, entre otros) tiene tasas de mortalidad peores. Por último, el EurC incluye los Estados bálticos, Rusia, Bielorrusia, Moldavia, Hungría, Ucrania y Kazajstán. El orden de estos tres grupos de países indica dónde existe una mayor incidencia de muertes infantiles por culpa de la contaminación.

Pero el estudio (un resumen de trabajos y datos obtenidos de diversas fuentes) también destaca que la contaminación tiene otras consecuencias, además de las muertes. Su impacto se mide usando un parámetro, los años de vida ajustados por discapacidad (DALY en inglés).

Plomo y diarreas

La contaminación por el plomo de las tuberías es la causa del 4,4% del equivalente en años perdidos por las enfermedades relacionadas con falta de desarrollo mental. Las diarreas no sólo matan a más de 50.000 menores de 19 años; también suponen una pérdida de la calidad de vida del 3,5% medido en años de discapacidad.

Los ministros de Sanidad de los 52 países del área europea de la OMS se reunirán esta semana a partir del miércoles en Budapest (Hungría) para discutir la situación y elaborar propuestas de solución. Entre las que se apuntan está, en primer lugar, ampliar los estudios para tener un mapa de la situación real de riesgo, incluidos los accidentes, tanto domésticos como de tráfico.

También se verá cómo garantizar el acceso a agua potable y segura en toda Europa (hay escuelas y el 20% de los hogares de países del Este que todavía no la tienen), y se estudiarán cambios en los combustibles de uso doméstico, con el objetivo de impulsar el gas o la electricidad para evitar la contaminación de las cocinas y calefacciones.

Columnas de humo en el cielo de Tarragona.
Columnas de humo en el cielo de Tarragona.JOSEP LLUÍS SELLART

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