Brasil derrota a EE UU en la pugna por las ayudas al algodón
La OMC obliga a suspender subsidios por 3.900 millones de dólares
Brasil se convirtió ayer en el primer país en vías de desarrollo que derrota a una potencia como EE UU en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC). El organismo dio la razón a Brasil en su demanda contra las ayudas de 3.900 millones de dólares que Washington otorga cada año a sus productores del algodón. El histórico fallo de la OMC abre la vía para más demandas contra EE UU, la UE y Japón.
El dictamen de la OMC es todo un símbolo en un momento en que los países pobres y en vías de desarrollo intentan darle un giro al sistema comercial internacional, del que no creen haberse beneficiado como debían desde que hace 10 años, con el fin de la Ronda Uruguay, comenzó el actual proceso de la liberalización de los mercados. La victoria legal de Brasil abre la puerta a una avalancha de demandas de países contra los sistemas de ayudas de la UE, EE UU y Japón a sus sectores agrícolas. Hoy es el algodón, mañana el azúcar y así un mercado tras otro.
Añadido a esto, a finales de año se termina la llamada "cláusula de paz", que protege a los países que utilizan cualquier tipo de subvenciones contra demandas de otros países. El triunfo de Brasil no sólo beneficia a sus productores de algodón, sino a todos los del mundo, entre los que se cuentan 10 millones de africanos.
Los fundamentos del fallo
En respuesta a la denuncia de Brasil, el panel de solución de diferencias de la OMC ha determinado que los subsidios al algodón son contrarios a las reglas del comercio mundial. De acuerdo a las conclusiones del panel, "3.200 millones de dólares en subsidios al algodón y 1.600 millones en créditos a la exportación (700 para algodón y el resto a otros productos agrícolas) contradicen las reglas de la OMC. Estas cifras representan la mayoría de los subsidios al algodón y cerca del 50% de los créditos a la exportación desembolsados por EE UU en 2002".
La OMC determinó que "EE UU empleó subsidios ocultos para no cumplir su compromiso de reducir las ayudas a la exportación. Por tanto, estos subsidios son contrarios a las reglas de la OMC y deben ser eliminados". El panel también determinó que las ayudas internas al algodón tuvieron un "efecto significativo en la reducción del precio" que ha provocado un grave perjuicio a las exportaciones de Brasil.
"Esta resolución ataca el negocio multimillonario de las empresas de EE UU, que está en el corazón del comercio global", afirmó Gonzalo Fanjul, coordinador de investigaciones de Intermón Oxfam. "Es una llamada de atención a los países ricos para que dejen de manipular y orientar las reglas mundiales del comercio para servir a sus propios intereses, como ha ocurrido durante años", añade.
EE UU puede apelar el fallo y, según fuentes de la OMC, muy probablemente lo haga, al menos para retrasar hasta después de las elecciones de noviembre el desmantelamiento de su sistema de ayudas.
El tema del algodón fue el caballo de batalla de los países pobres durante la última cumbre de la OMC en Cancún de septiembre de 2003. El tema tuvo tal repercusión que la UE recientemente se comprometió a eliminar sus ayudas a este sector, medida que afecta a España y Grecia, aun a pesar de que las ayudas europeas no suponían una seria distorsión al comercio.
Todo lo contrario es lo que sucede en EE UU. Los 3.900 millones de subvenciones que los productores de algodón estadounidenses han estado recibiendo en los últimos años han influido claramente en el desplome de los precios del producto a sus niveles más bajos en 30 años. La cotización, que llegó a estar por encima de los 100 dólares la tonelada hace un lustro, hoy apenas llega a la mitad de esa cifra.
La producción en África es muy baja, la media ronda las 18 toneladas por hectárea comparado con las 45 de Brasil y las 30 de EE UU. Sin embargo, el coste de producción de algodón en África es de los más bajos del mundo (50 céntimos por cada medio kilo de media), tres veces inferior al de EE UU, que no podría competir si no fuera por los subsidios.
Fin de las exenciones fiscales
La Cámara de Representantes de EE UU aprobó en la madrugada de ayer un proyecto de ley para modificar el régimen de las Corporaciones de Venta en el Extranjero (FSC, en inglés), que fue denunciado por Bruselas ante la OMC y ésta le dio la razón. El sistema FSC, del que se benefician empresas como Microsoft y Boeing, está basado en la exención fiscal de que disfrutan los ingresos de empresas extranjeras no vinculadas a actividades en EE UU.
Este mecanismo permite a las sociedades exportadoras estadounidenses, a través de sus filiales no establecidas fuera del país (generalmente en paraísos fiscales), beneficiarse de una reducción de entre un 15% y un 30% de los impuestos, lo que hace sus productos más competitivos. La UE levantará las sanciones contra EE UU en cuanto la ley se apruebe en firme, tras pasar por el Senado.
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