América Latina y la UE apuestan por reforzar la ONU y el multilateralismo
La declaración final de la cumbre de Guadalajara condena las torturas de presos iraquíes
La III Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea, dos regiones que agrupan a 58 países y a cerca de mil millones de personas, se comprometió con el multilateralismo y el reforzamiento de Naciones Unidas (ONU) para asegurar la paz en el mundo y prevenir conflictos. "El multilateralismo es una exigencia de nuestro tiempo", subrayó ayer el presidente francés, Jacques Chirac, en sintonía con la gran mayoría de los asistentes a una reunión que consolidó el diálogo político comenzado en la cumbre de Madrid, hace dos años.
Fox pide medidas para una "mejora generalizada" del nivel y la calidad de vida
La declaración final de la cita de Guadalajara condenó taxativamente las torturas aplicadas por soldados estadounidenses a presos iraquíes y se solidarizó con las víctimas de los ataques terroristas del 11-M.
Hugo Chávez, presidente de Venezuela, atribuyó a la guerra de Irak y no a la OPEP "la razón fundamental" del incremento del precio del petróleo, que alcanzó cerca de 40 dólares el barril en los mercados internacionales. La reforma de la ONU, concretamente la "democratización" del Consejo de Seguridad; los problemas migratorios, el apoyo a la Corte Penal Internacional y los términos de la condena de la Ley Helms-Burton, una ley estadounidense de carácter extraterritorial que castiga a las empresas que hagan negocios con Cuba, ocuparon buena parte de los debates.
Los primeros ministros Tony Blair (Reino Unido) y Silvio Berlusconi (Italia), los mejores aliados de Estados Unidos en la ocupación de Irak, y el gobernante cubano, Fidel Castro, en el otro extremo, no acudieron a la cumbre. Tampoco el presidente de Perú, Alejandro Toledo, con su país en ebullición, ni el argentino Néstor Kirchner, enfermo. La cita quiso estrechar lazos a ambos lados del océano Atlántico y reducir la dependencia regional, política y comercial de Estados Unidos. No obstante, ayer continuaron las pugnas sobre el enfoque de la integración.
Las diferencias políticas entre las delegaciones latinoamericanas y europeas sobre las torturas en Irak, un punto que plantearon Cuba y Venezuela, se zanjó eliminando cualquier expresa mención a EE UU. "Condenamos enérgicamente todas las formas de abuso, tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes contra las personas, incluyendo los prisioneros de guerra, en cualquier lugar que ocurran", señala el documento. "Saludamos el esfuerzo de los gobiernos pertinentes de llevar ante la justicia a los individuos responsables de estos actos, que incluyen el abuso a los detenidos iraquíes, y su compromiso para rectificar cualquier falta al derecho internacional humanitario". El canciller alemán, Gerhard Schröder, se había manifestado contrario a una condena expresa en la declaración final: "Siempre he criticado estas torturas. Es un comportamiento inaceptable, pero no hace falta una condena adicional". La lectura y cotejo de la declaración de Guadalajara y la declaración de Madrid, de mayo del año 2002, demuestran que la guerra de Irak y la necesidad de reforzar la ONU, evitando que vuelva a repetirse la situación previa a la ocupación de Irak, son preocupaciones nuevas y sobresalientes. "Reconocemos la necesidad de hacer que el sistema multilateral sea más ágil y efectivo para enfrentar las amenazas y desafíos globales", dice la declaración. "A este respecto, estamos comprometidos con la reforma y revitalización de las Naciones Unidas".
La I Cumbre de Río sentó las bases de la relación estratégica entre las dos regiones, la Cumbre de Madrid continuó ese empeño y Guadalajara profundizó los vínculos, según indicó en su intervención el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. "Es posible abordar conjuntamente un amplio abanico de posibilidades", dijo. "Desde la reforma de las Naciones Unidas al respeto universal de los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la eliminación de la corrupción o el narcotráfico y la criminalidad organizada, la erradicación de la pobreza o la lucha contra el terrorismo".
El presidente anfitrión, Vicente Fox, dijo que el crecimiento económico que impulsan los países de la región no sólo debe ser sostenido, "sino también traducirse en una mejora concreta, generalizada de los niveles y de la calidad de vida; que a su vez contribuye a consolidar y a enraizar definitivamente nuestras democracias". Probablemente, América Latina no crezca este año más de 3,5 puntos de promedio, insuficiente para reducir una pobreza que afecta a la mayoría de sus habitantes. "Queremos consolidar el intercambio birregional de ideas fecundas para un desarrollo mutuo, sostenido y sustentable; queremos forjar así, con ideas, con esfuerzo conjunto, con nuevos intercambios; un futuro de paz y prosperidad compartidas para nuestros pueblos".
Para el primer ministro de Irlanda y presidente en turno de la UE, Bertie Ahern, debe cumplirse la tesis fundamental de la cumbre: sólo con un multilateralismo efectivo y la ONU en el centro "podremos derrotar el flagelo de la pobreza, el calentamiento del planeta, controlar el sida y el terrorismo, que da pie a mayor terrorismo". "América Latina y el Caribe y la Unión Europea deben tener un papel preponderante en la conformación de un nuevo orden internacional, agregó, en donde el multilateralismo y la cohesión social se traduzcan en un mundo "más seguro, equilibrado, próspero y justo".
Gobernantes, ministros de Exteriores y funcionarios efectuaron un pormenorizado análisis de las diferencias existentes para fortalecer la integración birregional y enumeraron las lacras a erradicar, casi todas ya mencionadas en la declaración de Madrid. La pobreza y la corrupción, ambas fundamentales, siguen sin resolverse, pese a los compromisos asumidos en anteriores cumbres.
La UE acordó arrancar un proceso de negociaciones comerciales con Centroamérica y la Comunidad Andina de Naciones (Perú, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Colombia) y ultima su acuerdo de asociación con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Como en anteriores citas, promovió "encontrar una solución eficaz, justa y duradera al problema de la deuda que afecta a los países de Latinoamérica".
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