Zapatero expresa a Lula su disposición para enviar tropas españolas a Haití
El presidente del Gobierno asistirá a la Cumbre del Hambre que se celebrará en Brasil
El envío de un contingente español a Haití, seguramente de la Guardia Civil, puede darse por descontado, aunque el presidente del Gobierno español no ha dicho aún la última palabra. José Luis Rodríguez Zapatero mostró ayer ante el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, una buena disposición a hacerlo, cuando Lula, que tendrá la dirección de la fuerza bajo mandato de Naciones Unidas, le pidió que contribuyera. El presidente del Gobierno español adujo, no obstante, que necesita considerar algunos extremos antes de anunciar su decisión definitiva.
El envío de tropas para mantener la paz en el Estado más fallido de América Latina parece, en cualquier caso, la opción más razonable, sobre todo si se tiene en cuenta el papel de arrastre hacia Irak que José María Aznar jugó en la formación de un contingente centroamericano que se disolvió en buena medida tras el repliegue de las tropas españolas. Tanto el presidente brasileño como el chileno, Ricardo Lagos, han pedido ahora a Zapatero que haga un esfuerzo militar por la estabilidad de su región. Y fuentes gubernamentales reconocen que resulta muy difícil rechazar esas demandas, sobre todo cuando el nuevo presidente del Gobierno debuta en Latinoamérica.
La aportación española sería, lógicamente, pequeña, como las dimensiones de Haití. Los efectivos desplegados en este momento son 3.000, la mitad de ellos estadounidenses y el resto de Canadá, Chile y Francia. Y la Guardia Civil resulta el cuerpo más adecuado para una misión que es básicamente de seguridad, a caballo entre lo militar y las tareas de policía.
La Misión de Naciones Unidas para la Estabilidad en Haití (Minustah) que sustituirá el despliegue actual el próximo 1 de junio tiene, además, todas las bendiciones de la ONU, que aprobó la resolución pertinente el pasado 30 de abril, y encaja perfectamente en el modelo de actuación exterior, multilateral y legalista que Zapatero está defendiendo en esta cumbre de Guadalajara.
El presidente abordó con Lula otros temas bilaterales, en el espíritu de la declaración de convergencia estratégica que España y Brasil firmaron el pasado mes de junio. El brasileño pidió al español apoyo para que la UE facilite la entrada de los productos agrícolas de su país en la Unión Europea, pese a la oposición destacada de Francia, y le expuso sus planes de reordenación del sector energético, con una invitación a la participación de empresas españolas.
También le propuso que Madrid sea la sede de un secretariado permanente de estas cumbres UE-ALC (América Latina-Caribe), iniciativa que apoyan algunos países latinoamericanos y rechazan otros por razones presupuestarias y porque consideran que el foro euroamericano es redundante con respecto a las cumbres iberoamericanas.
Zapatero, por su parte, aceptó la invitación de Lula para acudir en septiembre a la cumbre de la Alianza contra el Hambre, que se celebrará en Brasil. La iniciativa, patrocinada hace pocos meses en Ginebra por el secretario general de la ONU, Kofi Annan; el presidente francés, Jacques Chirac; el chileno, Ricardo Lagos, y el propio Lula, fue mencionada por el presidente del Gobierno español en su discurso de investidura como ejemplo del tipo de foro multilateral que le interesa, y como alternativa a la Cumbre de las Azores, donde Aznar escenificó su apoyo a la invasión de Irak junto a EE UU, Reino Unido y Portugal.
El presidente Zapatero añadió a las conversaciones con Brasil un contacto con Argentina, el otro gran país del Mercosur, aunque éste se desarrolló a un nivel inferior, debido a que su líder, Néstor Kirchner, no pudo desplazarse a Guadalajara. Aunque su aversión por este tipo de reuniones es notoria, parece que Kirchner tenía interés en venir a México dado que las noticias sobre la conclusión del acuerdo de Asociación de Mercosur con la UE serían positivas. Pero una gripe le afectó a los oídos y le impidió volar. El interlocutor de Zapatero fue, por ese motivo, el ministro de Exteriores, Ricardo Bielsa.
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