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CUMBRE UE-AMÉRICA LATINA

El peor momento de las relaciones con Cuba

"Los representantes de la Unión Europea (UE), irritados y ensoberbecidos por la enérgica réplica cubana, lanzaron un ultimátum". La frase es una muestra de la retórica con la que la delegación cubana trató en los últimos días de introducir un tono belicista y antieuropeo en esta cumbre hasta niveles sin precedentes, que remite a la crispación del país tras el endurecimiento de las sanciones decretado por EE UU contra el régimen de Fidel Castro.

La tensión llegó ayer a su cénit cuando se supo que las conclusiones de la cumbre no incluyen la más mínima alusión condenatoria de la ley Helms-Burton, la norma promulgada por EE UU para sancionar incluso a empresarios de terceros países que no respeten el embargo unilateral decretado por Washington contra Cuba. La UE rechaza la iniciativa y negoció con el ex presidente norteamericano Bill Clinton una moratoria para su aplicación que todavía se mantiene.

Esta omisión supone un paso atrás respecto a lo ocurrido hace dos años en Madrid, cuando la cumbre UE-América Latina-Caribe) acordó "rechazar con firmeza todas las medidas de carácter unilateral y efecto extraterritorial que son contrarias al derecho internacional y a las reglas de libre comercio comúnmente aceptadas".

La declaración de condena fue suficientemente clara, aunque no mencionara ni la Helms-Burton ni a EE UU. Este año los europeos proponían mantener la misma discreción, mientras que los latinoamericanos secundaban la petición cubana de que se citara la Helms-Burton, con un añadido: "Exhortamos al Gobierno de los EE UU a que ponga fin a su aplicación".

Todo o nada

En el enfrentamiento subsiguiente, se decidió dejar caer el tema. Una "declaración del Gobierno revolucionario" emitida ayer informaba de que fue Cuba la que dijo o todo o nada, y prefirió que el asunto desapareciera del documento. El ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, se entrevistó anoche durante una hora con el canciller cubano Felipe Pérez Roque. Ambos coincidieron en "el deseo de hablar y seguir hablando para buscar una solución a la crisis actual entre Cuba, España y la UE". Cada parte se expresó con "franqueza", según portavoz español, que leyó un comunicado.

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