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Columna
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Europeas plebiscitarias

Andrés Ortega

A la sombra de la retirada de las tropas españolas de Irak, el Gobierno Zapatero convocará hoy in extremis las elecciones al Parlamento Europeo en España para el 13 de junio. La cuestión de Irak puede centrar esta campaña, pero ya no condicionará la retirada. El PP quería convertir las europeas en una especie de revancha moral del 14-M, o, lo que es peor, en un intento de demostrar que el 14-M fue consecuencia del 11-M, de los atentados. Ahora, las europeas se pueden convertir en un plebiscito, a posteriori, sobre esta retirada.

Con estas elecciones europeas, entre el 10 y el 30 de junio va a tener lugar el mayor ejercicio democrático del mundo, en 25 países a la vez, con un censo de 349 millones de electores (sólo la India lo supera, pero es otro caso), aunque, como ya se ve en el caso español, se trate de una suma de elecciones nacionales pues falta una constituency europea. El ambiente no es de regocijo debido a la amalgama de la recuperada cuestión constitucional, los temores ante la ampliación, las tensiones por la guerra de Irak y el nuevo terrorismo que ha hecho su aparición en Europa el 11-M del que espera otro golpe. Estas elecciones se hacen en un clima de incertidumbre y en unas condiciones, como se ha visto en distintos países, de volatilidad de los electorados, propias de tiempos de mudanza.

Son unas elecciones algo falseadas, pues la Constitución no se cerrará hasta después. Varios gobiernos lo prefieren. El francés, por temor a alimentar el voto al Frente Nacional. El británico, pues hubiera preferido que no hubiera Constitución para evitar tener que lidiar con las demandas de un referéndum, cartucho que Blair prefiere guardar para la eventual entrada en el euro. Y los demás, pues, para poder cerrar la Constitución días después, todos deberán hacer concesiones.

Es decir, que, en términos europeos, vamos a votar el 13 de junio sin saber muy bien sobre qué. Ni siquiera sobre quien, pues la elección del próximo presidente de la Comisión Europea (designado por mayoría cualificada, esta es la novedad de Niza, y que deberá aprobar la eurocámara) dependerá en parte de qué grupos dominen el nuevo Parlamento. El informe elaborado por los británicos Hix Marsh para la consultora Burson-Marsteller (www.bmbrussels.be) prevé un dominio del centroderecha: 285 de los 732 escaños para el Grupo Popular, seguido de 217 para los socialistas, y 73 para los liberales, aunque el estudio reconoce que el pronóstico es más difícil al ser la primera vez que participan los 10 países de la ampliación (y para España prevé una victoria del PP con 38,5% de los votos y de 22 a 25 escaños, frente a un 35,5% y de 20-24 escaños para el PSOE).

En términos nacionales, no. Y, tomada la decisión, en todo caso se había de anunciar antes de finales de mayo, para no mezclarla con esta próxima campaña electoral. Hubiera sido difícil saber para esas fechas si una resolución del Consejo de Seguridad hubiera sido posible para el 30 de junio en los términos que buscaba Zapatero. Con la retirada militar de Irak será más difícil el consenso nacional en materia europea, o siquiera exterior, entre otras razones porque como ya ha puesto de manifiesto de un modo violento el 11-M la política exterior es ya política interior. En el caso europeo más aún, no sólo porque es ya plenamente política interna, sino porque hay diferencias sobre el modelo de Europa y sobre el modelo socio-económico interno. El aznarismo veía Europa como un instrumento para acercar a España al sistema anglosajón, y alejarlo del capitalismo renano.

Las anteriores Cortes aprobaron convocar el referéndum sobre la Constitución Europea a la vez que estos comicios. Como aquella quedó interrumpida, no es posible. Era, además, un error pues hubiera obligado a los partidos a hacer campaña a la vez apoyando el muy imperfecto Tratado Constitucional y diferenciando sus programas europeos. Pero sería deseable celebrar después el referéndum sobre esa norma básica de convivencia entre europeos, y también entre españoles. Las elecciones plebiscitarias resultan deformantes.

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