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PANTALLA INTERNACIONAL

El público argentino hace suya la historia de 'El lápiz del carpintero'

Antón Reixa compite con 'Apocalipsis 13', de Oskar Aizpeolea

La crisis argentina del nuevo milenio está emergiendo como tema recurrente de las películas proyectadas en el Festival de Mar del Plata desde su apertura, el pasado día 12. Son producciones de realizadores emergentes del país, como Oskar Aizpeolea y su reinterpretación bíblica de la convulsión en Apocalipsis 13, que ponen de manifiesto la creciente vitalidad del cine latinoamericano. Mientras, el también argentino Leonardo di Cesare compitió ayer con Buena Vida Delivery en la sección oficial con el único filme español en concurso, El lápiz del carpintero, de Antón Reixa.

Con poesía, con dureza y con rabia mal contenida, los cineastas argentinos están reflexionando sobre su trágica historia reciente. La convulsión política y social de 2001 surge como temática compartida y explorada desde distintas perspectivas en las películas invitadas al festival en las categorías dedicadas al cine latinoamericano. Entre ellas, en Apocalipsis 13, Oskar Aizpeolea simboliza en escenas bíblicas, de gran dramatismo y estética visual, rodadas en digital y escasos recursos, los eventos que llevaron al pueblo argentino a gritar "basta ya" de corrupción y de engaños. "Es la expresión de una angustia generacional de ver cómo destruyen nuestro país. Como director estoy harto del naturalismo y opté por interpretarlo de una forma distinta", explica el realizador sobre su tercer largometraje.

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En claves documentales, pero con igual sequía en recursos financieros, Ariel Torres aborda las consecuencias de la crisis, el exilio económico en concreto, en Partirse. "Estamos perdiendo otra nueva generación de argentinos cuando creíamos que esta desgracia se había acabado con los desaparecidos", dice en la cinta la madre de un joven que emigró el año pasado a España. "La incidencia en la crisis como temática se debe a que la hemos vivido personalmente, a que aún estamos preocupados y, al menos en mi caso, y pese a que soy un optimista, al hecho de que no acepto la ilusión que nos están vendiendo actualmente", explica Aizpeolea.

Su compatriota Leonardo di Cesare también recurre a la cuestión de la inmigración en Buena Vida Delivery, pero envolviéndola en una historia de desamor. Es el segundo filme argentino en concurso entre los catorce seleccionados en la sección oficial del certamen, que en su 19ª edición no destaca por una excesiva originalidad ni destreza.

Quienes sí se sorprendieron, en cambio, fueron Antón Reixa y Carlos Blanco, director y actor, respectivamente, de El lápiz del carpintero, con la respuesta del público a su película, la única española en competición. Se proyectó inicialmente en una sesión destinada a la prensa, a las 9 de la mañana de ayer, pero las 1.000 butacas del Teatro Auditórium de Mar del Plata estaban prácticamente ocupadas. El público del festival internacional aplaudió, lloró y rió en diferentes secuencias de esta historia de amor, represión y brutalidad que Reixa cuenta en su adaptación de la novela de Manuel Rivas. Se sentía identificado con los personajes reales y ficticios del filme con los que el realizador gallego desvela un capítulo oscuro y relativamente desconocido de la Guerra Civil española. "Tres falangistas vinieron una noche a casa y nunca más vi a mi padre", contaba después una mujer de familia navarra. "Los argentinos nos vemos reflejados en estos personajes", explicó al director gallego otro espectador.

"Es evidente", contestó Reixa, "que quienes tenemos experiencias de represión participamos en esta memoria. Debemos reivindicar la memoria, renovarla y recuperarla constantemente. Siempre quedan puntos de vista por explorar y aquí revivimos la Guerra Civil española desde la retaguardia y el interior de las prisiones, dos perspectivas pocos vistas en el cine y la literatura".

El director viajó a Mar del Plata en compañía de Carlos Blanco, el actor gallego que da vida al pintor Camilo Díaz, fusilado por los falangistas. "Cuando descubres lo que pasó a tus padres, tíos y abuelos es imposible quedarse frío. El ambiente del rodaje fue muy especial y la recepción de esta mañana es increíble".

Fotograma de <i>Apocalipsis 13, </i> de Oskar Aizpeolea.
Fotograma de Apocalipsis 13, de Oskar Aizpeolea.

Lecciones magistrales

Ángeles González-Sinde, miembro del jurado internacional que preside la actriz María de Medeiros, destaca la temática de fondo humano como hilo conductor de las películas que concursan. "En la sección oficial el contenido humano tiende a predominar frente a un cine más comercial. En cuanto a calidad, participar en los debates con mis colegas del jurado me ha confirmado que hay gustos para todos", dice la guionista de La vida que te espera, de Manuel Gutiérrez Aragón, que se proyecta en Mar del Plata.

"Me estoy llevando muchas sorpresas. Por una parte, la entrega del público, que responde entusiasmado a las películas. Este apoyo incondicional no lo he visto en ningún otro festival. Por otra, las clases magistrales de profesionales, como Alan Rickman, Ken Russell o Fernando Birri, entre otros, abiertas a todo el público".

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