Científicos coreanos clonan 30 embriones humanos y obtienen de ellos células madre
La técnica sienta las bases del trasplante de tejidos sin el problema del rechazo inmunológico
Un equipo de investigadores universitarios coreanos ha completado un experimento de clonación humana con fines terapéuticos, obteniendo así, por primera vez, una línea de células madre embrionarias de origen clónico capaces de diferenciarse en distintos tejidos del cuerpo humano. El objetivo es diseñar terapias específicas para enfermedades como la diabetes o el Parkinson. En teoría, "dado que estas células llevan el material genético nuclear del individuo, cabe esperar que después de la diferenciación puedan ser trasplantadas sin rechazo inmunológico para tratamientos de enfermedades degenerativas", ha comentado Woo Suk Hwang, de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur).
El método empleado no funciona si el genoma procede de un hombre
16 mujeres voluntarias donaron 242 óvulos para el experimento sin remuneración
El logro, basado en la técnica de clonación de la oveja Dolly, y con implicaciones éticas y no sólo científicas, cuyos detalles se hacen públicos hoy en la edición electrónica de la revista Science, fue presentado ayer en Seattle (EE UU), en la inauguración de la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), editora de Science.
Con su ensayo en humanos, el equipo de Hwang y su colega estadounidense José Cibelli (Universidad del Estado de Michigan) ha dado un paso trascendental respecto a experimentos anteriores hechos en animales, y muestra en la práctica lo que se consideraba en teoría posible. El único precedente fue un experimento de clonación humana realizado en 2001 por investigadores estadounidenses, pero que no logró pasar de una fase muy inicial del desarrollo embrionario.
Cibelli se apresuró ayer a explicar que él ayudó a los científicos coreanos a comprobar que los embriones eran efectivamente clónicos, pero subrayó que él no participó directamente en la clonación, una práctica que en el Estado de Michigan, donde trabaja, se pena con un millón de dólares y 10 años de cárcel, informó ayer The Seattle Times.
Tanto los investigadores como los responsables de Science destacaron que la clonación terapéutica es una línea de trabajo prometedora, aunque no exenta de obstáculos serios aún, pero manifestaron su oposición a la clonación humana con fines reproductivos.
La clonación consiste en tomar una célula de una persona, extraerle el núcleo (que contiene su genoma completo) e introducirlo en un óvulo de una donante previamente privado de su núcleo. El experimento coreano tiene la peculiaridad de que, en cada ensayo, el núcleo y el óvulo pertenecen a la misma donante. El primer autor del trabajo, Woo Suk Hwang, de la Universidad Nacional de Seúl, explicó ayer en Seattle que han intentado también usar cada elemento de una donante distinta, pero sin resultado. La técnica tampoco ha funcionado cuando el donante del núcleo es un hombre.
El coordinador del estudio, Shin Yong Moon, añadió: "Hemos pedido la patente de la técnica, pero no tenemos intención de comercializar esta línea de células madre. Estaremos encantados de colaborar con otros laboratorios, y de recibir en el nuestro a los investigadores de otros países que quieran aprender el método".
Los científicos surcoreanos explicaron que la financiación de los experimentos ha sido privada, pero renunciaron a revelar el nombre o la nacionalidad de la empresa. "Es una compañía que lleva diez años financiando investigaciones sobre clonación", dijo Hwang. Tampoco dijeron de cuál de las 16 voluntarias que han donado óvulos y núcleos procede la línea de células madre.
Sobre el riesgo de que este avance se pueda utilizar para la clonación de niños, el director de Science, Donald Kennedy, comento ayer a El PAÍS: "Le pongo el ejemplo de la famosa receta americana de sopa de tortuga, que empieza por indicar: 'Primero capture una tortuga'. Aquí pasa lo mismo: los científicos han llegado a una fase de la receta que puede hacer posible, si ninguna otra cosa falla, avanzar hacia la clonación de un ser humano. Pero no se ha hecho con ese propósito, sino estrictamente para producir una línea de células madre".
El director de Science atribuye el éxito de los coreanos a que los experimentadores son "muy hábiles y cuidadosos, con mucha experiencia, y han hecho las cosas muy bien, pero no han descubierto nada radicalmente nuevo". También señala que los científicos han utilizado núcleos y óvulos de la misma mujer, lo que puede hacer el proceso más viable.
A pesar de la prudencia expresada por los científicos coreanos y por todos sus colegas, parece claro que, paso a paso, los científicos van a lograr realmente escribir la receta completa y detallada de cómo hacer niños clónicos, por más que la comunidad científica se declare contraria a esas prácticas. Kennedy comenta sobre esta cuestión: "Creo que la desaprobación de hacer clones humanos con fines reproductivos es universal, incluida la nuestra, pero el problema de la prohibición debe ser abordado con instrumentos legales".
Para el experimento, Hwang y sus colegas contaron con la colaboración de 16 voluntarias no remuneradas y bien informadas del alcance e implicaciones de la investigación que se pretendía hacer. En cuanto a las implicaciones sociales de este trabajo, es significativo que en el artículo que publican los científicos en Science, de apenas tres páginas, se explican con detalle las condiciones de la donación de óvulos y de células somáticas para el experimento. Los autores también señalan que el estudio fue analizado y aprobado por los comités de ética y de investigación científica con sujetos humanos del Hospital Universitario de Hanyang (Seúl).
De las 16 donantes, los investigadores recogieron 242 óvulos y a partir de ellos cultivaron 30 blastocitos a partir de los cuales intentaron desarrollar las líneas de células madre, logrando el éxito con una.
Las células madre obtenidas en la investigación coreana se diferenciaron en los tres tipos principales de tejidos que aparecen en los estadios iniciales de desarrollo, señalaron los investigadores. Y al trasplantarlas a ratones, las células madre se diferenciaron en tipos más específicos aún.
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