"Es muy posible que la historia sea cruel con Aznar"
Javier Tusell, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Nacional a Distancia, ha dividido el libro en cuatro partes: La derecha que llegó al poder; En el purgatorio. ¿Hacia el centro?; Segunda legislatura. En el cielo: hacia la derecha, y lo cierra con un balance y una mirada al futuro.
"No voto al PSOE, pero entre Mercedes Cabrera y Pilar del Castillo hay años luz"
"Sería una catástrofe colectiva que el PP volviera a tener mayoría absoluta"
Pregunta. ¿Por qué aznarato?
Respuesta. Porque su papel en en estos ocho años de gobierno ha sido decisivo. Ha marcado un periodo de la vida política de España. También podríamos llamar felipato a la etapa socialista.
P. Hace usted un balance bastante positivo de los primeros cuatro años.
P. ¿Qué pasó, en su opinión, a partir de 2000, cuando el PP obtuvo la mayoría absoluta?
R. Me parece muy grave su forma de enfrentarse a los nacionalismos. Ha creado tensiones y dificultades innecesarias. Ha habido terrorismo y la actitud del PNV ha provocado una reacción españolista que incluso ha alcanzado a la izquierda. Eso da votos al PP, pero así no vamos a ninguna parte. Si se considera que el PNV es igual que ETA, ¿qué posibilidades hay de hablar?
P. Habla usted de irresponsabilidad.
R. Los últimos tiempos de la presidencia de Aznar le muestran como lo que en la política norteamericana se conoce como síndrome del pato cojo: afecta a los políticos que están al final de su mandato y no pueden volver a presentarse. En el caso de Aznar, el hecho de que se va ha multiplicado su irresponsabilidad. Ha ignorado a la opinión pública y ha gestionado mal las crisis, la del Prestige, la del Yak-42... En el caso de Irak, hizo cálculos erróneos. Acertó en que la invasión sería corta, pero no pensó en lo que seguiría a continuación. Fue una decisión fría, que no tuvo en cuenta a la opinión pública, siempre pacifista en España. Fue una decisión inmoral e ilegítima que no reporta ninguna ventaja.
P. Se ha comparado a Aznar con Franco.
R. Es una comparación bastante acertada, no en el sentido de que sea un dictador ni de que reproduzca el ideario franquista, sino porque tiene las pequeñas habilidades que él tenía: en el sentido del tiempo, en la distribución de cargos, en su timidez y su dureza. No se parece a Maura, ni a Gil Robles, ni siquiera a Fraga. Se lo oí decir a Cabanillas padre: "Durará más de lo que la izquierda cree porque tiene esas habilidades". Kindelán decía que Franco tenía muchas de las pequeñas virtudes y ninguna de las grandes. Con Aznar pasa algo parecido. Es muy posible que la historia sea cruel con él.
P. Es usted especialmente crítico con la "desorientada" política de educación del PP.
R. Ha representado una ruptura. Recuerdo que Alfonso Guerra dijo que con los socialistas a España no la iba a conocer ni la madre que la parió. No lo consiguió, pero el Gobierno Aznar, sí. Esa voluntad de cambiar la sociedad al margen de la sociedad ha dejado muchos estropicios. ¡Hacer la reforma contra los rectores! ¡Beneficiar tanto a la escuela privada! ¡Y lo de la enseñanza religiosa! A mí, que soy católico practicante, no me gusta. Rompe con lo que había pactado en 1979, que no tuviera privilegios.
P. Esperanza Aguirre sale bastante mal parada en su libro.
R. Hablo desde primera fila. Estuve en la comisión del 98 y pude ver cómo atribuía un libro de Baroja a Azorín. Con el cambio que propuso en Humanidades provocó la guerra. Luego Rajoy pacificó y con Pilar del Castillo ha vuelto el desastre y el encono. No soy votante socialista y ahora mismo no sé qué votaré, pero entre Mercedes Cabrera y Pilar del Castillo hay decenas de años luz, y entre Mercedes Cabrera y Esperanza Aguirre, hay centenares de años luz. Aguirre no sabía, no tenía un equipo homogéneo y su gestión de la educación, que debería haber sido consensuada, fue francamente catástrofica.
P. ¿De dónde le viene a Aznar toda esa crispación que genera?
R. Responde a la ideología de lo muy español. Era falangista a los 16 años y escribió en la revista SP en el más puro estilo joseantoniano. Era muy joven, pero a los 26, ya un hombre, en el periódico La Nueva Rioja veía como un peligro que se cambiaran las calles con los nombres de José Antonio o Franco.
P. Dice usted que, a partir de los primeros años ochenta, Aznar evolucionó desde una derecha poco simpatizante con la Constitución a posiciones más liberales. ¿Fue oportunismo?
R. No. Creo que fue coherente. Se reviste de una capa liberal que le da modernidad. Y esa evolución se ve muy bien en las citas. En libertad y solidaridad ya citaba a Jean François Revel y Karl Popper, pensadores clásicos del liberalismo.
P. ¿Qué relación tiene Aznar con el conservadurismo español?
R. El conservadurismo tradicional respeta la pluralidad de España. Aznar es ultraliberal y neonacionalista. Su ideóloga es Margaret Thatcher, de la que Miguel Herrero dice que "es muy de derechas y poco conservadora".
P. En 1996 se produjo un relevo generacional, escribe usted.
R. Sí, y creo que la oposición a Aznar no lo supo ver, y las diferencias generacionales son importantes en política. Eso explica en parte que la sintonía entre Aznar y Felipe González fuera imposible.
P. Se dice también que las relaciones entre Aznar y los Reyes no son muy cordiales.
R. Sobre eso hay muchas especulaciones y yo no tengo ningún argumento demostrable, pero lo considero posible. Aznar da la sensación de que ronda el protagonismo de un jefe de Estado. Y también se repite la diferencia generacional.
P. Habla usted de la autosatisfacción de Aznar.
R. De ningún presidente se han escrito tantas alabanzas como de Aznar. En el libro de Díaz Herrera e Isabel Durán se decía, por ejemplo, que sólo suda por el codo, o una obviedad como que quiere mucho a sus hijos. Pero como es una persona tan fría no sabes hasta qué punto se ha creído eso o es cosa de su entorno.
P. ¿Se atreve a vaticinar sobre las próximas elecciones?
R. No sé. Creo que tiene más posibilidades de obtener votos el PP, pero sería terrible y peligroso, una catástrofe colectiva, que el PP volviera a tener mayoría absoluta. Los españoles lo saben, pero me gustaría que fueran conscientes de ello.
Babelia
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