Muere a los 59 años el historiador Javier Tusell

El historiador Javier Tusell ha muerto a primera hora de esta tarde en Barcelona a los 59 años víctima de una neumonía desencadenada por la leucemia que padecía desde noviembre de 2003. Tusell era colaborador habitual de EL PAIS, donde escribía semanalmente en varias secciones, y ocupó destacados cargos públicos durante los Gobiernos de UCD.

Considerado uno de los cronistas más cualificados de la reciente historia de España, Tusell nació en Barcelona en 1945 y era catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). En su faceta de historiador, ha publicado cerca de cincuenta libros, principalmente dedicados a la Historia política de la España del siglo XX, aunque ha cultivado también el ensayo político o la crítica literaria y artística.

Obtuvo varios de los más importantes premios literarios que se otorgan en España y colaboraba también de forma habitual en la Cadena SER -hasta ayer mismo estuvo colaborando en el programa Hoy por hoy, de Iñaki Gabilondo-. Durante los años de la Transición ocupó, entre otros cargos, el de director general de Bellas Artes y su labor en ese puesto fue determinante para el retorno del Guernica de Pablo Picasso a España, ya que él fue el responsable de negociar con los herederos del pintor y con el MOMA de Nueva York. Tusell también ocupó el cargo de concejal por la UCD en el Ayuntamiento de Madrid a finales de los años setenta.

La mala salud que le acompañó los últimos años le obligó a apartarse durante unos meses de la vida pública en marzo de 2002, cuando sufrió una infección generalizada de la sangre y estuvo ingresado durante semanas en la clínica madrileña Moncloa. Hoy ha fallecido en el Hospital Clínico de Barcelona, centro donde fue sometido a un trasplante de médula ósea hace más de un año, según ha indicado un portavoz del hospital. Los restos mortales del historiador serán trasladados a Madrid, donde será enterrado, según han informado sus familiares.

Una crítica a los años del PP

El aznarato. El Gobierno del Partido Popular 1996-2003 (Aguilar) ha sido el último libro de Tusell en salir al mercado, hace ahora un año, pero la editorial Crítica tiene previsto publicar en marzo Dictadura franquista y democracia 1939-2004, el ensayo en cuya corrección estaba trabajando Tusell las últimas semanas. Otras obras del autor son Fascismo y franquismo. Cara a cara, una perspectiva histórica, Historia ilustrada: España 1936-1939 y Tiempo de incertidumbre: Carlos Arias Navarro entre el fraquismo y la Transición.

Comprometido con la democracia desde su participación en los movimientos estudiantiles de los años 60 -colaboró en la desaparición del Sindicato de Estudiantes Universitario (SEU)-, Tusell siempre abogó por la participación de los intelectuales en los debates públicos. En este sentido, en alguna ocasión se lamentó de que los intelectuales españoles guardaban "demasiado silencio", por ejemplo, sobre el caso GAL.

"El mal genio" de Tusell

En una entrevista confesó que se veía a sí mismo como alguien "con casi tanta capacidad de trabajo como mal genio", pero este profesor universitario y estudioso también dejaba traslucir un apego a la moderación que no le impedía criticar con determinación las cosas que no veía bien. Así, criticó duramente que el Guernica, una vez conseguido su traslado a España, abandonara el Casón del Buen Retiro para ir al Museo Reina Sofía, pues consideraba que esto iba en contra de los deseos del propio pintor.

En 1989 abandonó la reunión del jurado del Premio Espejo de España por considerar que la concesión del premio estaba ya decidida y no era limpia. Su firma estaba en manifiestos como el que en 1995 pedía la dimisión de Felipe González o el que él mismo impulsó contra el proyecto de Ley Orgánica de Universidades que se aprobó en diciembre de 2001, pese a las 8.500 firmas de profesores universitarios que el historiador reunió. Su prestigio como historiador, que alcanzó muy temprano, hizo que varios políticos le pidieran que corrigieran sus memorias antes de publicarlas, algo que también hizo para la biografía de Juan Carlos I titulada El Rey, que escribió José Luis de Vilallonga.