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Los obispos quieren llevar a la escuela su doctrina sobre sexo y violencia doméstica

El Gobierno, la oposición y las asociaciones de mujeres rechazan las opiniones de los prelados

Pese al alud de críticas recibidas, la Conferencia Episcopal se propone enseñar en las escuelas su doctrina sobre la sexualidad, el matrimonio y la familia, plasmada en un documento difundido el lunes. El texto es un directorio sobre la pastoral familiar aprobada por los obispos el pasado noviembre y, entre otras cosas, considera la violencia doméstica como un "fruto amargo" de la revolución sexual. Esta idea provocó ayer numerosas críticas, tanto de los partidos políticos como de las organizaciones de mujeres. El portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, también discrepó de las tesis episcopales.

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Los obispos creen que "la fuente principal de problemas humanos" en España procede de la situación que viven los matrimonios y la familia. Por ese motivo se proponen una evangelización a fondo cuyo objetivo principal son los colegios católicos y las escuelas públicas. "Es absolutamente necesario que todos los colegios católicos preparen un programa de educación afectivo-sexual, a partir de métodos suficientemente comprobados y con la supervisión del obispo. En estos programas se ofrecerán los fundamentos humanos de la sexualidad y el afecto, su valor moral en relación con la construcción de la persona y su sentido en el plan de Dios. Igualmente, se ha de estudiar a nivel diocesano el modo de extender esta enseñanza a los centros públicos y a las asociaciones educativas que tengan niños y jóvenes de estas edades", se proponen los prelados en el documento.

El portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, se distanció de la tesis episcopal que considera que la violencia doméstica es "un fruto amargo" de la revolución sexual. "Respeto muchísimo a los obispos, pero discrepo de esa valoración", dijo el ministro. Añadió que las raíces del maltrato son "distintas y arcaicas".

"Revisar el temario"

Desde el PSOE, uno de los responsables del programa electoral, Diego López Garrido, aseguró que "los obispos están justificando la violencia sobre la base de una supuestas razones sociológicas de revolución sexual", lo que supone "un disparate", informa Europa Press. Pidió que se revise urgentemente el temario de las clases de religión ante las "peligrosas ideas" de los prelados. Por su parte, la secretaria de Igualdad socialista, Micaela Navarro, calificó de "absolutamente reaccionaria" la postura episcopal. "Me preocupa gravemente que esa doctrina sea además obligatoria en las clases de religión que el PP ha impuesto y que se sufragan con dinero público", dijo. "La violencia contra las mujeres se perpetúa por el papel de sumisión femenina que se predica desde la doctrina católica", añadió Navarro.

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, pidió a la Conferencia Episcopal que "rectifique" el documento, que "exculpa a los maltratadores". La diputada de CiU Mercé Pigem calificó el texto de "desafortunado", porque incluye cierta justificación a los agresores". El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, aseguró que el documento parece escrito "hace cien años", informa Europa Press. Añadió que la mayoría ve a los prelados "como unos carcamales que hablan de una moralidad que desconocen".

"Hay que recordar a los obispos que la doctrina católica es el origen de la cultura de la violencia de género. Exige obediencia de la mujer al marido, el débito conyugal, y la coloca como sierva en lugar de como igual", afirmó la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas, Ana María Pérez del Campo. "La Iglesia tiene mucho que callar y tiene que pedir perdón: a la mitad de la población por lo que ha hecho con las mujeres, y todos los hombres y mujeres por la represión familiar", dijo. "También hay que recordar a los obispos que en una situación democrática y aconfesional no pueden convertirse otra vez en procuradores en Cortes ni en referente de la política de los gobiernos. La humildad y la coherencia exigirían que hablaran para el fuero de la conciencia y que sólo lo hicieran desde el púlpito", añadió. "El amor, o es libre o no es nada. El que ellos defienden se dirige a la procreación", dijo.

Desde la Conferencia Episcopal, el director de la Subcomisión de Familia, Inocente García, reconoció que los obispos son conscientes de ser "incomprendidos" en su postura contra el divorcio y el aborto y en favor de la familia, informa Servimedia. Esta incomprensión se debe a que la cultura actual "está muy influenciada por todo lo que ha sido la revolución sexual". El presidente de los obispos, Antonio María Rouco, declinó comentar el documento.

Los cardenales de Madrid y Barcelona, Antonio María Rouco (derecha) y Ricard Maria Carles.
Los cardenales de Madrid y Barcelona, Antonio María Rouco (derecha) y Ricard Maria Carles.EFE

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