Un terremoto arrasa el sureste de Irán y deja 20.000 muertos y 50.000 heridos
Los hospitales de la ciudad de Bam están destruidos y todo el personal médico ha desaparecido
Un devastador terremoto arrasó ayer el corazón de la histórica ciudad de Bam, en el sureste de Irán. Al menos 20.000 personas perdieron la vida, 50.000 resultaron heridas y muchas más se quedaron sin hogar, según el gobernador de la provincia afectada. La tragedia es mayor porque el seísmo se produjo cuando los habitantes dormían. No tuvieron tiempo de escapar al derrumbe de sus casas. Según las primeras informaciones de los equipos de socorro que sobrevolaron la zona, más del 60% de las viviendas están totalmente destruidas. Para evitar epidemias, se ha comenzado a enterrar a las víctimas.
La ciudadela de adobe, con sus 38 torres que el Gobierno iraní reconstruía desde 1953, se derrumbó como un castillo de naipes y atrapó bajo sus ladrillos a todos cuantos se encontraban en el lugar. Bam, con su parte nueva, tiene 100.000 habitantes. La magnitud de la sacudida fue de 6,3 en la escala Richter, según la agencia oficial de noticias Irna, aunque el Instituto de Investigación Geológica de EE UU la cifró en 6,7.
Los muertos se cuentan por miles. La cifra cambia cada hora según van llegando informaciones más precisas. La oficina del gobernador de la provincia afectada habló anoche de 20.000 fallecidos. Pero el número de fallecidos puede aumentar conforme avancen las labores de rescate. Entre los escombros permanece un número indeterminado de personas, pero que podría ser elevado debido a que muchos habitantes dormían en el momento de la sacudida.
El terremoto, que se produjo hacia las 5.30 hora local (2.30 en la península), provocó el corte de los servicios de agua y electricidad y la suspensión de la línea telefónica, lo que dificultó las operaciones de salvamento. Los vecinos se congregaron ante sus casas destruidas para organizar la búsqueda de familiares y supervivientes, mientras otros gritaban y lloraban. Otros intentaban abandonar la zona, donde se han producido numerosas réplicas, o trataban de entrar para conocer la suerte de sus familiares.
Las autoridades locales pidieron a la población que despeje las calles y carreteras para permitir el traslado de los heridos. Los hospitales de Bam quedaron destruidos y los de Kerman, la capital de la provincia, están colapsados.
"Muchas personas han muerto y muchas otras continúan atrapadas", declaró el gobernador provincial Mohamed Alí Karimi: "La situación es preocupante. Hacemos cuanto podemos para rescatar a los heridos y enterrar a los muertos", añadió. El temor a epidemias llevó a numerosas personas a colaborar en las tareas de dar sepultura a las víctimas. A última hora de ayer ya habían sido enterradas unas 2.000 personas.
El traslado de los heridos (más de 50.000 según las últimas cifras oficiales) se realizó en helicópteros y convoyes de ambulancias que durante toda la jornada recorrieron los 200 kilómetros que separan Bam de la capital provincial de Kerman. Radio Teherán multiplicó sus llamamientos para la donación de sangre y medicinas.
El presidente iraní, Mohamed Jatamí, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que envíe ayuda urgente.
Los supervivientes subsisten en precarias condiciones, ya que la pérdida de miles de viviendas ha dejado sin hogar a buena parte de la población, que permanece a la intemperie bajo un intenso frío.
De acuerdo con fuentes locales, el seísmo también habría causado importantes daños en las zonas rurales cercanas a Bam, donde viven unas 200.000 personas, aunque no pudieron precisar el número de muertos y heridos en esas áreas debido a las dificultades de acceso.
Cae la ciudadela de adobe
La ciudadela de Arge Bam, una de las muestras más perfectas y mejor conservadas de la arquitectura en adobe del mundo, quedó reducida a escombros. Situada en el sur de Irán, en mitad del desierto de Dasht e Kavir, esta antigua ciudad, cuyas primeras construcciones datan de hace 2.000 años, era un tesoro histórico que conservaba entre sus murallas unas 400 casas, además de mezquitas, baños, escuelas y edificios públicos que daban cuenta de la vida y costumbres de las cerca de 12.000 personas que la habitaron en su época de esplendor, durante los siglos XVI y XVII, cuando Bam era lugar de descanso y comercio de los mercaderes que hacían la ruta de la seda.
Bam fue lugar de peregrinaje antes de la islamización de Irán. Su templo de fuego erigido a Zoroastro fue transformado en mezquita durante el periodo safarino (866-903). La mayor ciudad de adobe del planeta, 300 metros de largo por 200 de ancho, entró en decadencia a partir de 1722, tras la invasión de las hordas afganas.
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