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Medem: "No hubiera podido hacer la película si estuviera amenazado"

El director publica los testimonios íntegros de 'La pelota vasca'

Se llaman igual, La pelota vasca. La piel contra la piedra, pero la película apenas dura dos horas, y el libro -editado por Aguilar y presentado ayer en Durango (Vizcaya)- tiene 967 páginas. Según Julio Medem, el volumen es "la casa más grande" de un proyecto que prevé, además, una página web, un DVD de cinco horas y una serie televisiva de tres capítulos. No obstante, Medem no habló ayer ni de cine ni de literatura. Lo hizo de política.

"Las cosas están peor de lo que pensaba. La democracia está agonizando. Y va a peor en cuestión de meses. Es tristísimo. El estado en que el PP está dejando a la democracia es estremecedor y espeluznante. Yo he sido víctima de una caza de brujas, yo ahora estoy en la lista negra de muchísima gente...". No parecía Julio Medem ayer un director presentando su película, ni un escritor hablando de su novela. El cineasta respiraba todavía por la herida abierta durante la presentación de su película.

De hecho, el libro recoge los testimonios íntegros de 88 de las personas entrevistadas para su película. Faltan dos. Los de Gotzone Mora e Iñaki Ezkerra, quienes llegaron a solicitar -sin éxito- que sus palabras fueran excluidas de la película por considerar que "la mirada limpia" que prometía Medem no lo era tanto. "Lo que más me ha dolido de todo", admitió ayer el director vasco (San Sebastián, 1958), "es que no se hayan valorado mis buenas intenciones. Yo sé ante mi conciencia que lo único que quería es ser útil, hacer una película en la que todas las voces diferentes estuvieran. Me da mucha pena que no hayan estado, pero aun así tienen todo mi apoyo. Imagino que la situación de Gotzone e Iñaki tiene que ser espantosa, tiene que ser horroroso vivir escoltado. Yo no hubiera podido hacer la película si estuviera amenazado. Ni siquiera podría haberla hecho si hubiera seguido viviendo aquí. Me fui de aquí para salirme de verdad del pringue de lo vasco, que asfixia mucho, muchísimo. Yo me fui mal de aquí, muy incómodo, harto, pensando que esto no se iba a solucionar nunca, aunque sabiendo que algún día volvería. Yo me he trabajado mucho la mirada limpia".

Medem sostiene, además, que la mirada es aún más respetuosa en el libro. "Aquí", dijo mientras miraba uno de los ejemplares, "no hay montaje. Mis manos no están ahí, y eso es una ventaja. Me quedo más tranquilo. Es un homenaje a los que sí quisieron participar. Sus palabras están ahí. Se ve todo lo que dijeron y cómo lo dijeron. El libro es como la película multiplicada por 20".

Nada más sentarse a presentar su obra, Medem dijo: "Ya estoy mejor". Y, más tarde, a poco que se le preguntara, repetía a modo de muletilla: "Lo he pasado mal, muy mal". Según vino a decir, las críticas recibidas estuvieron a punto de dar en el blanco: "He trabajado muchísimo para no hundirme, porque estuve a punto de hundirme en la depresión, en la impotencia, en el descorazonamiento y en la tristeza. Me decían que la película va bien y no es que no me alegrara... pero yo he estado mal. He sentido mucha injusticia contra mí. Se han dicho unas barbaridades, unas barbaridades...".

El director vasco, que anunció la próxima presencia de la película en Sundance y La Habana, tiene asumido que en primer lugar fue el PP el que bombardeó su proyecto. "Me dijeron que no", explicó, "y me lo dijeron de una forma muy soberbia, muy prepotente. Y tampoco quiso estar el otro extremo. Y luego me empezaron a acusar de comparar al PP con ETA". ¿Y los compara?: "No, yo no los comparo, pero algo en común tienen clarísimo, y es que los dos extremos practican el pensamiento único, cada uno el suyo. Tienen sus consignas militares, y son consignas de guerra, así de claro".

Aunque se ha llevado algunas alegrías -entre las que destacó el detalle de Alejandro Sanz dedicándole el Premio Ondas-, Julio Medem siempre termina hablando de las tristezas: "Me ha dado mucha pena que no haya estado ¡Basta Ya! No me parece bien que no haya estado. Yo digo que ellos no están éticamente en el sitio adecuado. Y entiendo que debe de ser durísimo. Y eso que hay gente supercabal, supercabal, como Fernando Savater, del que yo me he leído todo, y lo he admirado muchísimo, pero últimamente está en un sitio inteletual con respecto al conflicto vasco que... ojalá, ojalá termine cuanto antes el terrorismo y haya paz para que muchas personas que en su momento fueron realmente cabales y útiles como intelectuales vuelvan a serlo".

Julio Medem, ayer en Durango.
Julio Medem, ayer en Durango.LUIS ALBERTO GARCÍA

Fiesta del euskera

Más que su edificio recién estrenado, lo que llama la atención de la Feria del Libro y Disco Vascos de Durango, que este año celebra su 38 ª edición, es la cantidad de gente que recorre sus casetas. Ayer fue Medem quien tuvo que repartir autógrafos a diestro y siniestro. El jueves le tocó a Bernardo Atxaga, quien precisamente estos días presenta su última novela, Soinujolearen semea (El hijo del acordeonista). El autor de Obabakoak también reparó en el gentío que va y viene por la Feria, y lo hizo con un punto de humor: "Me pasa como a la mayoría de sordos, llevo mal caminar en la multitud".

Lo cierto es que tantos lectores suponen un orgullo para quienes apostaron por la lengua vasca cuando era difícil y arriesgado. Uno de ellos es Gerardo Bujanda, de 84 años, quien de 1965 a 1977 fue corresponsal clandestino de Radio Euskadi. Ayer recibió el premio de la Feria. Declaró que los esfuerzos y los peligros de entonces han terminado mereciendo la pena.

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