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Once infartados mejoran tras ser tratados en Navarra con células madre de su muslo

Los buenos resultados hacen que la Clínica Universitaria inicie un ensayo con 50 pacientes

Javier Sampedro

Un equipo de científicos y médicos de la Clínica Universitaria de Navarra, en colaboración con el Hospital Clínico Universitario de Salamanca, han logrado una "posible mejoría de la función cardiaca" en los 11 pacientes infartados que habían tratado con células madre obtenidas de su propio muslo. Las células fueron cultivadas e inyectadas directamente a corazón abierto, aprovechando una cirugía de bypass que hubiera sido necesaria de todos modos. Los resultados son alentadores, y la clínica ha iniciado ya un ensayo con 50 pacientes junto a otros 11 hospitales españoles y franceses.

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El estudio, publicado en el último número del European Heart Journal, tiene parecidos con el presentado el viernes pasado por la Red de Terapia Celular de Valladolid. Ambos utilizan células madre adultas del propio paciente (precursores del músculo esquelético en Navarra, células madre de médula ósea en Valladolid). Pero hay dos diferencias importantes.

La primera es que la intervención de Valladolid infunde las células en el corazón mediante un catéter (tubito) introducido por la ingle y a través de la aorta. La técnica de Navarra inyecta las células directamente a corazón abierto.

La segunda diferencia es que los pacientes de Valladolid habían sufrido el infarto poco antes de la intervención (entre 9 y 23 días antes), mientras que los de Navarra son infartos antiguos, ocurridos de tres meses a 14 años antes de la operación. De confirmarse los resultados, las dos técnicas podrán servir para tratar distintos tipos de casos. De todos modos, el equipo navarro está ensayando también con células de médula ósea.

Hay dos tipos de células madre: embrionarias y adultas. Las primeras, que se obtienen de embriones humanos, crecen indefinidamente en cultivo y son capaces de diferenciarse en todos los tipos de tejidos adultos. Las segundas, que viven ocultas en la médula ósea, la piel, el músculo y otros tejidos adultos, crecen peor y sólo pueden generar algunos tipos de células diferenciadas. Tienen una ventaja, por otro lado: son del propio paciente y por tanto no suscitan el menor rechazo inmunológico (para lograr lo mismo con células madre embrionarias habría que clonar un embrión a partir de una célula del paciente).

El ensayo navarro ha sido dirigido por Felipe Prósper, director del laboratorio de biología celular, Jesús Herreros, director de cirugía cardiovascular, y Joaquín Barba, director de cardiología, todos de la Clínica Universitaria de Pamplona.

Mejora del 10% al 30%

El propósito principal del ensayo era comprobar la seguridad de la técnica (ensayo de fase I), y en efecto no se han detectado arritmias ni otras complicaciones. Pero además hay indicios sólidos de que la zona dañada del corazón se ha reparado parcialmente gracias a las células madre inyectadas. La mejor forma de expresarlo es la "fracción de eyección", una medida de la capacidad del corazón para expulsar sangre. Tres meses tras la intervención, nueve pacientes mostraron una mejora de entre el 10% y el 30% en la fracción de eyección (los otros dos no pudieron medirse a los tres meses, pero sí al año, y también mejoran).

"Los infartos eran antiguos, y el tejido era ya cicatricial", explica Prósper. "Ese tejido nunca regenera por sí solo, con o sin bypass". El bypass (circunvalación) consiste en la implantación en el corazón de segmentos de venas para restaurar el flujo sanguíneo bloqueado.

Prósper prosigue: "Obtuvimos las células madre del músculo, o mioblastos, de biopsias de unos 8 o 10 gramos del muslo de cada paciente. Las cultivamos de dos a tres semanas en unas condiciones que favorecen el crecimiento de las células musculares, y después las seleccionamos y las inyectamos en el corazón".

Prósper no cree que las células madre se hayan transformado en células del músculo cardiaco propiamente dichas. "En experimentos paralelos con animales, se transforman en unas células con propiedades intermedias entre el músculo cardiaco y el esquelético. Una propiedad muy interesante de estas células intermedias es que viven bien a bajas concentraciones de oxígeno, y esto es probablemente importante para prosperar en ese entorno de tejido muerto".

"El ensayo de fase II ya está en marcha", prosigue Prósper. "Durará dos años, porque los pacientes irán entrando a medida que necesiten un bypass. Serán 50 pacientes: 25 con bypass y células madre, y otros 25 sólo con bypass, como control". Intervendrán los hospitales Clínico de Salamanca, Juan Canalejo de A Coruña, Marqués de Valdecilla de Santander, Gregorio Marañón de Madrid, Virgen del Rocío y Virgen de la Macarena de Sevilla, Clínico de Valencia, Central de Asturias, Santiago de Compostela, Universitario Rengueil de Toulousse y Georges Pompidou de París.

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