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DEBATE DE LOS PRESUPUESTOS

Montoro presume de superávit y Zapatero le critica que no gaste más recursos en políticas sociales

El líder socialista desafía a Rajoy a que siga la doctrina de Aznar y defienda los Presupuestos en el Congreso

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, remató ayer el tono triunfalista de su intervención ante el pleno del Congreso durante el debate de los Presupuestos con una noticia. El presente ejercicio se cerrará "con un superávit del 0,5% del producto interior bruto en la Administración central". El líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, sintetizó en su réplica la divergencia entre dos filosofías económicas: "Con un Gobierno socialista no habría superávit mientras tengamos déficit de familias con vivienda, de mayores con plazas residenciales, de escuelas con recursos, con becas" y otras "tantas necesidades sociales". Zapatero, además, retó a Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, para que debatiese con él los Presupuestos.

Sólo dos tercios de los diputados escucharon al ministro de Hacienda defender su proyecto
Apenas 180.000 personas declaran ingresar más de 72.000 euros, 12 millones de las antiguas pesetas
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El Congreso de los Diputados inició ayer el debate de las enmiendas de totalidad a los Presupuestos Generales del Estado para 2004. Las presentan PSOE, IU, PNV y el Grupo Mixto (BNG, EA, ERC, CHA, PA e IC-Els Verds).

El tópico que califica este debate como el más importante del año no se correspondió con la asistencia de diputados. Por la mañana, mientras Montoro desgranaba desde la tribuna la lectura de sus folios, apenas dos tercios de la Cámara le escucharon. Montoro dio por hecho que el PP ganará las elecciones generales de marzo de 2004. Es verdad que al final hizo una mención a la posibilidad de que los ciudadanos depositen en ellos su confianza, pero, de entrada, aseguró que lo que se debate son unos "presupuestos brisagra" que enlazan "el fin de una etapa con el comienzo de otra".

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Toda su intervención fue la exhibición de una panoplia de éxitos, no referida al año fiscal que ahora se cierra, sino a las dos legislaturas en las que el PP ha gobernado. Montoro consiguió que le ovacionaran desde los bancos populares cuando aseguró que España ha vivido "ocho años de crecimiento, le pese a quien le pese, dirigidos con reconocido acierto por el vicepresidente primero [Rodrigo Rato]".

La intervención de Zapatero, a primera hora de la tarde, con algunos diputados más en los escaños -aunque sin la presencia de Aznar, que había escuchado a Montoro-, se inició con un reto. El líder socialista recordó que hace un año Aznar le llamó mal torero de los que "dan espantadas abroncando al público" y le exigió que subiera a la tribuna a defender su alternativa presupuestaria. Luego, el actual vicepresidente segundo del Gobierno, Javier Arenas, había completado el razonamiento asegurando, según Zapatero, que la tradición obliga a que quien aspira a la presidencia del Gobierno participe en este debate. Con ese apoyo, Zapatero exigió a Rajoy que asumiera, como candidato del PP en las próximas generales, el reto de defender los Presupuestos.

Zapatero se centró en anunciar que el eje fundamental de su política económica será mejorar la productividad de la economía española. Ofreció cifras. En 1996 la productividad crecía al 1,7% anual "y así lo había hecho en los 15 años anteriores; ahora lo hace al 0,6%, sólo una tercera parte de lo que crecía entonces". Montoro, en su réplica, rechazó frontalmente el razonamiento. Para el ministro el problema de la economía española no es la productividad, sino el empleo.

Zapatero criticó con dureza la precariedad laboral, la temporalidad injustificada del empleo y la falta de inversión en educación, y volvió a repetir que "la productividad con empleo" será el eje de su política. Anunció que exigirá "responsabilidades políticas al Gobierno por la desidia ante el fraude fiscal" y criticó que, según datos oficiales de 2000, "apenas 180.000 personas declaran ingresar más de 72.000 euros, es decir, 12 millones de las antiguas pesetas. ¿Quién puede creer que en España haya sólo 180.000 personas que ganan más de 12 millones de pesetas?", se preguntó Zapatero.

Además, el líder de la oposición manejó un dato del Instituto de Estudios Fiscales, un organismo oficial, según el cual, dijo, "la economía sumergida de origen fiscal creció en la anterior legislatura más de 6.000 millones de euros -un billón de las antiguas pesetas- y seguramente en los últimos años, con el auge inmobiliario, habrá aumentado otro billón adicional; a billón de pesetas por legislatura de aumento del fraude fiscal con el PP".

En su réplica, Montoro utilizó un tono sarcástico y aprovechó el incidente de hace algunas semanas, cuando un micrófono abierto permitió que se escuchase a un colaborador de Zapatero decirle, tras una intervención sobre economía: "No te preocupes, que esto te lo aprendes en dos tardes".

El ministro utilizó la muletilla por activa y por pasiva y adoptó un tono profesoral plagado de descalificaciones hacia la supuesta ignorancia de Zapatero en cuestiones económicas. Lo cierto es que logró encrespar los ánimos del Grupo Socialista, que le interrumpió de manera casi permanente. El ministro llegó a perder los nervios y en un momento determinado se dirigió al diputado socialista Álvaro Cuesta, que gesticulaba en su escaño, para decirle: "Siga usted con sus payasadas, que me voy divirtiendo a medida que voy hablando".

El mismo tono descalificatorio empleó el ministro tras la intervención del líder de IU, Gaspar Llamazares, que intervino cuando apenas quedaba una treintena de diputados. Llamazares reprochó a Montoro que defienda unos "Presupuestos-propaganda", admitió que "nuestra economía crece, pero no reparte" y desgranó las partidas en las que IU incrementaría el gasto.Montoro barrenó en su respuesta, con menciones al "telón de acero" como posible modelo económico de IU y a la falta de credibilidad de la coalición por su "presencia en el Gobierno vasco".

Antes de que los diputados del Grupo Mixto justificasen su oposición a los Presupuestos, la Cámara asistió a un largo rifirrafe entre el portavoz del PNV, Pedro María Azpiazu, y Montoro en torno al plan Ibarretxe. Fue el diputado vasco quien lo sacó a relucir como expresión del futuro en aquella comunidad y asegurando que "el Grupo Vasco lo apoya con entusiasmo".

Montoro le recordó que hace unos años los diputados del PNV abandonaron el hemiciclo porque les dijo en un debate de Presupuestos que ellos "estaban en otra cosa". Ayer, para el ministro, el PNV volvió a donde había empezado, con el plan Ibarretxe. Montoro habló de "delirio nacionalista y quimera del siglo XIX", para referirse al proyecto del lehendakari, que tildó de desleal con el Estatuto y la Constitución, y de nocivo para la economía vasca. Sólo una virtud atribuyó Montoro a la intervención del PNV: "Su discurso político, por fin, es claro".

Miembros del Gobierno y diputados del Grupo Popular aplauden a Cristóbal Montoro (de espaldas) tras su intervención en el Congreso.
Miembros del Gobierno y diputados del Grupo Popular aplauden a Cristóbal Montoro (de espaldas) tras su intervención en el Congreso.RICARDO GUTIÉRREZ

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