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Susan Sontag no deja títere con cabeza

La escritora, que recibe hoy el Premio de la Paz en Francfort, critica con dureza a los políticos actuales

Susan Sontag, la escritora estadounidense de 70 años galardonada con el Premio de la Paz de los Editores y Libreros alemanes, arremetió ayer en Francfort contra todo y casi todos. No dejó títere con cabeza. Al ex secretario de Estado de EE UU Henry Kissinger lo calificó de "criminal de guerra"; del presidente George W. Bush dijo que es "un señor horrible de Tejas", que gobierna con un grupo de ultraderechistas; el primer ministro de Italia Silvio Berlusconi es "un rico tonto", lo mismo que Arnold Schwarzenegger, el recién elegido gobernador de California, un idiota surgido de la nada; el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez da pena y resulta ridículo por su silencio sobre la represión en Cuba; la política del primer ministro de Israel Ariel Sharon es insostenible y el Gobierno palestino es corrupto. De pasada criticó Sontag las tesis mantenidas por el escritor alemán Martin Walser, galardonado en 1998 con el mismo premio. Sontag afirmó que Alemania no puede olvidar jamás el Holocausto y se pronunció también contra los extremistas que en el País Vasco matan a civiles.

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Representó a la perfección Susan Sontag el papel de chica terrible y no realizó la menor concesión a las pautas de conducta usuales que reclaman un lenguaje correcto y moderado en este tipo de solemnidades. Tras su conferencia de prensa ayer, ha crecido la expectación por lo que dirá hoy en la solemne entrega del premio en la histórica Paulskirche de Francfort, donde en 1848 se reunió el que se considera primer Parlamento alemán.

Silencio sobre su obra

A lo largo de hora y media, Sontag respondió a todas las preguntas que le plantearon los periodistas. Ni una sola sobre su obra literaria. Abrió fuego el moderador del acto con una pregunta sobre la flamante premio Nobel de la Paz iraní y Sontag dijo de paso que para ella el también premio Nobel de la Paz Kissinger es "un criminal de guerra". Sontag explicó de entrada que se considera ante todo escritora "y no crítica o intelectual". "Estoy contenta de ser escritora, pero soy ciudadana de un país muy importante", dijo, y como tal habla de política, "porque tengo unas pautas morales y me fijo unas normas éticas como una persona que vive en la sociedad". También se pronunció Sontag a favor de "luchar contra las simplificaciones". Ésa es la verdadera tarea de la literatura: "Exponer la complejidad".

Al referirse a Martin Walser, que en el discurso en Francfort en 1998 dijo que el Holocausto se utiliza como un "garrote moral" y advirtió contra la instrumentalización de Auschwitz, Sontag replicó que no puede olvidarse el tema y alabó la forma en que Alemania ha afrontado su pasado en los últimos 50 años. Sontag aprovechó la oportunidad para alabar la posición del Gobierno alemán en la guerra de Irak: "Comprendo la decisión de Gerhard Schröder. Se dice que actuó por motivos electorales, pero, si es así, me parece fantástico, porque eso significa que la guerra es impopular".

Sobre la política norteamericana tras los atentados del 11-S e Irak dijo Sonntag que en EE UU sólo hay un partido, el republicano, y no hay oposición porque los demócratas son un mero apéndice. Según Sontag, EE UU "marcha hacia una política imperial. Estamos en el fin de la república y el inicio del imperio. Clinton era Julio César y ese señor horrible de Tejas es Augusto". Sostiene Sontag que no hay oposición política en EE UU porque "los demócratas se derrumbaron", y se muestra pesimista ante el futuro. Para Sontag, en EE UU "un grupo de derechistas radicales ha tomado el poder. No son conservadores, son radicales, extremistas de derecha, y están en el poder". A la pregunta de si Hillary Clinton tiene posibilidades de ser elegida como primera presidenta de EE UU, Sontag respondió que, si se elige una mujer, será una de la ultraderecha.

Sobre la elección de Schwarzenegger, Sontag comentó que es "un mal chiste" y pronosticó que no será capaz de arreglar los problemas de un país de 35 millones de habitantes que es la cuarta economía del planeta. Comparó Sontag el fenómeno Schwarzenegger con el de Berlusconi, a quien la gente prefiere en Italia porque "es rico y tonto". "Schwarzenegger salió de la nada y ha hecho esa carrera increíble", añadió. Se refirió después a las películas de violencia que Schwarzenegger ha protagonizado, y dijo que no se pueden comparar con las que hacía el ex presidente Ronald Reagan, que "hacía de chico bueno". Sontag afirmó: "Lo siento por California, que se ha puesto en ridículo con esta elección". Las nuevas tendencias de los votantes las resumió Sontag diciendo que hoy "en política pasa como con la música, que no quieren a Mozart y prefieren a las Spice Girls".

Contra García Márquez

Sobre su enfrentamiento con Gabriel García Márquez se extendió Sontag, refiriéndose

con todo detalle a lo que ocurrió en la Feria del Libro de Bogotá. Sontag aseguró que no tenía intención de criticar a García Márquez, cuya obra ama, pero "se me escapó que él no dice la verdad sobre Cuba por amistad con Fidel Castro, aunque él dispone de información de primera mano". Para Sontag, cuando García Márquez habla de Cuba no es serio. "Respondió a lo que dije y su respuesta fue ridícula. Dijo que está contra la pena de muerte y que en privado ayudó a mucha gente. Eso demuestra que sabe lo que pasa. José Saramago es comunista y apoyaba sin condiciones al régimen cubano, pero declaró que no podía apoyarlo por más tiempo. García Márzquez me dio pena, pero es ridículo. Necesitamos la verdad".

Sobre Israel, Sontag, judía no practicante, considera que tiene que retirarse a las fronteras de 1967 y se pronunció en contra del muro y de la política de Sharon. La única solución, piensa, sería la creación de un Estado binacional con la desaparición del Estado israelí.

También tocó Susan Sontag el tema vasco y se definió opuesta a todo fanatismo, terrorismo y nacionalismo. "En España firmé una resolución contra el extremismo de grupos que no representan a la mayoría de los vascos. Estoy en contra de los ataques contra la población civil. Hoy día la mayoría de las víctimas de los conflictos son civiles".

Le preguntaron a Sontag por su reacción ante el premio que recibe hoy y respondió que, al ver la lista de galardonados con Albert Schweitzer, Hermann Hesse o Karl Jaspers, pensó que era algo increíble. "¡No puede ser!", se dijo, pero poco a poco se ha metido en el papel de premiada y le parece normal. Sontag no cree que el premio tenga un componente político por su posición contra el Gobierno de EE UU y la guerra de Irak. Sobre su discurso de hoy, dijo que le ha llevado mucho tiempo prepararlo, porque es un gran honor y, gracias a la polémica protagonizada en 1998 por Walser, tiene una gran repercusión. "He trabajado un mes sobre el discurso y dediqué 10 días a escribirlo".

Susan Sontag, ayer en Francfort.
Susan Sontag, ayer en Francfort.ASSOCIATED PRESS

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