Para todos los gustos
El amplísimo palmarés al margen del que concede el jurado de la sección a competición, que crece año tras año según la misma lógica inflacionaria de un festival que aumenta sin cesar sus secciones paralelas y el número total de las películas que proyecta, ha arrojado alguna sorpresa digna de mención. El premio a la mejor ópera prima, a dilucidar entre las películas que concursan en Zabaltegi -la mayor parte- y algunas de la sección oficial, recayó con todo merecimiento en Sa-lin-eui Chu-eok, del coreano Bong Joon-ho, una de las propuestas más interesantes vistas en todo el certamen.
La complejidad de su estructura genérica, la facilidad con que transita de la farsa al drama criminal, y una historia compleja con un sorprendente desenlace le han valido al filme surcoreano el erigirse en el gran triunfador de la presente edición - además del premio del jurado oficial, la Concha de Plata al mejor director, también obtuvo el máximo galardón de la Fipresci, la federación internacional de la crítica cinematográfica-, al tiempo que le suponían a su realizador y a su productor, a partes iguales, la suculenta cifra de 120.000 euros con que está dotado este premio a la mejor realización de un joven cineasta.
Mucho más discutible resulta, en cambio, el galardón que el tradicional jurado de la juventud, compuesto por 350 miembros, concedió por sorpresa a Noviembre, de Achero Mañas. Y no sólo porque dentro de lo que tenían los jóvenes para elegir, el filme de Mañas, que recrea con solvencia, pero también con considerable pedantería, la vida de un grupo de actores teatrales, resultara de los menos interesante, sino también porque a lo largo de los diez días de competición, Intermisión, interesante ópera prima del irlandés John Crowley, protagonizada por uno de los actores de moda, Colin Farell, parecía que no tendría rival en una votación de la que se tiene noticia prácticamente día a día. Y aunque el público pudo ver el filme de Mañas el pasado lunes, el jurado sólo lo hizo al final, con lo cual sólo ayer se consumó la sorpresa.
Uno de los premios de nueva adjudicación, el concedido a la mejor entre las películas latinoamericanas que competían dentro de la nueva sección Horizontes, nacida de la separación en dos, este año, de la antigua Made in Spanish, fue para el filme argentino Cautiva, de Gastón Biraben. El galardón está dotado con 18.000 euros, que van íntegros al director del filme premiado.
El premio de mayor cuantía económica entre los que por vez primera se han entregado este año, el que concede la cadena televisiva franco-alemana ARTE para la promoción de una película para su distribución y emisión televisiva en Francia, correspondió a la excelente Los abajo firmantes, de Joaquín Oristrell. Esto le garantiza al filme un estreno francés en excelentes condiciones publicitarias, toda vez que para tal objetivo se destinan los 92.000 euros del premio.
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