Sanidad precinta el local que tenía productos con toxina botulínica
La consejería reforzó la vigilancia en establecimientos de Castellón
Sanidad precintó ayer el establecimiento en el que se detectó una partida de productos cárnicos que contenían la toxina botulínica. La consejería desconocía ayer la cantidad de alimentos afectados y si una parte de éstos ya ha sido distribuida o, incluso, consumida. La consejería señaló también que había "reforzado" la vigilancia en los locales de la zona como "medida de precaución" y que no había afectados.
Francia, lugar de origen de los productos, informó a la Comisión Europea el pasado 11 de septiembre sobre la detección de la toxina botulínica en embutidos, pero hasta días más tarde no notificó que esos productos se habían vendido en España. El Gobierno francés, según Efe, indicó, hace dos semanas, que se habían vendido productos con posibles restos de toxina en varios países comunitarios, pero sin especificar cuáles. Bruselas puso entonces el marcha "el sistema de alerta rápida", según el cual un Estado miembro comunica a la Comisión Europea un posible riesgo alimentario y ésta transmite la información al resto de países de la UE, normalmente a través de internet. Francia comunicó el día 16 a Bruselas que se habían vendido en Italia embutidos franceses que podían estar contaminados, y el día 19, informó de que también se habían comercializado en España.
La notificación de la alerta sanitaria llegó a la Consejería de Sanidad a última hora de la tarde del martes desde el Ministerio de Sanidad y Consumo, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) que ordenó a los responsables autonómicos la retirada del mercado de salchichón, mortadela y embutido de pavo de la marca Shashia, de la empresa Bouod, con fecha de caducidad anterior al 12 de marzo de 2004, por la detección de la toxina botulínica. Los productos de esta marca son reclamados, principalmente, por musulmanes ya que se incluye una certificación que asegura que los animales de los que proceden los productos han sido sacrificados siguiendo las reglas y el rito musulmán.
Los Servicios de Control Oficial de Alimentos de la Consejería de Sanidad procedieron ayer a la localización de los productos cárnicos en un único establecimiento, que sólo abre al público los fines de semana. La propia empresa Bouod, ubicada en Marsella, había procedido ya a la retirada voluntaria de los productos afectados que habían sido distribuidos en Italia y en España. En este último caso, sólo se han detectado en las localidades de Almería y Castellón.
Sanidad, además, aseguró que "no existe ninguna persona afectada". Sin embargo, según fuentes médicas, los síntomas del botulismo, una enfermedad que puede llegar a ser mortal, pueden aparecer en 6 horas o tardar hasta 6 días, con lo que si el establecimiento abrió el pasado fin de semana, los posibles consumidores podrían no haber detectado, de momento, la afección. Aún así, el período de incubación más común es de 18 a 36 horas. En todo caso, Sanidad insistió en que no se había producido ningún caso relacionado con el consumo de estos productos.
Por otra parte, la asociación de consumidores FACUA criticó la información del Ministerio de Sanidad y Consumo sobre la retirada de productos cárnicos de la marca francesa Shashia y recomendó a quienes hayan consumido estos productos acudan a un centro médico como medida de prevención. FACUA señaló que el ministerio "se limitó" a recomendar que no se consuma el producto "en lugar de informar sobre los riesgos y aconsejar un control médico a quienes lo hayan ingerido".
'Clostridium botulinum'
El botulismo es una intoxicación alimentaria poco frecuente pero grave, que produce un debilitamiento muscular extremo y en los casos más agudos la parálisis de los músculos respiratorios y la muerte. La responsable de esta intoxicación es la toxina botulínica producida por el Clostridium botulinum, una bacteria que vive en el suelo y en el ambiente marino. La toxina se emplea bajo estricto control sanitario en algunas alteraciones musculares severas, el estrabismo o los tics espasmódicos. Últimamente, se emplea en tratamientos de estética para paralizar la musculatura facial y esconder arrugas.
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