La policía cree próxima la solución del 'caso Lindh'
La policía de Estocolmo se mostró ayer optimista sobre la resolución del caso del asesinato de la ministra de Exteriores, Anna Lindh, quien fue apuñalada el pasado miércoles en un centro comercial. "Hay buenas posibilidades de un pronto esclarecimiento del crimen", según el jefe de la investigación, Leif Jennekvist, quien no obstante añadió que no hay ningún sospechoso detenido. La reconstrucción del crimen más el testimonio de personas que presenciaron la agresión, el hallazgo del cuchillo ensangrentado utilizado, el estudio de la filmación de las cámaras del centro comercial y las informaciones suministradas por el público, una vez difundida la foto del presunto asesino, proporcionaron gran cantidad de material que está siendo examinado.
Respecto a la fotografía filtrada a la prensa sin autorización de la policía y publicada deformada para no incurrir en un delito de abuso de la libertad de prensa y de la privacidad de una persona, la policía decidió en la tarde de ayer difundirla sin ninguna deformación, lo que fue interpretado como prueba de que se está seguro de que pertenece al asesino.
Una versión publicada por el diario Expressen, que la policía no ha confirmado, señala que el agresor resultó herido durante el ataque y los investigadores dispondrían de rastros de sangre, lo que permitiría un gran avance para el esclarecimiento del caso.
El desarrollo de las investigaciones ha descartado por el momento la "conexión política" del crimen y se orientan hacia los ambientes delictivos de individuos con antecedentes por actos violentos, con trastornos psicológicos, adictos a las drogas y personas caracterizadas por un fuerte odio a la sociedad y sus representantes.
Muchas de estas personas han estado bajo tratamiento psiquiátrico, pero los ajustes presupuestarios realizados en los últimos años, como en el sector de la salud, y especialmente en los servicios psiquiátricos, han obligado a sustituir, en el caso de miles de enfermos, la asistencia en hospitales por el tratamiento en ambulatorios. Esto podría explicar la serie de agresiones mortales protagonizadas en los últimos meses por esta clase de personas. El asesinato de la ministra Lindh fue seguido un día después por el apuñalamiento mortal de una niña de cinco años a la puerta de su guardería en Arvika, unos 200 kilómetros al oeste de la capital. Y estuvo precedido por graves incidentes protagonizados por desequilibrados mentales.
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