Felipe tiene un barco
Navegando a bordo del Azor, Felipe González se ha enterado de tres cosas a través de la radio: que el país entero está escandalizado por su crucero en el Azor, que el pánico por el sida ha llegado a España y que la organización Adevida ha decidido querellarse contra los médicos que practicaron el primer aborto legal de Asturias. Ya conocen la historia: la mujer embarazada tiene 22 años y dos hijos con síndrome de West, una enfermedad cerebral devastadora. La posibilidad de repetir síndrome era del 25%, y se acogió al nuevo 1.3. del 417 bis del Código Penal que despenaliza el aborto "si se presumen graves taras físicas o psíquicas para el feto". Pero los seis médicos del hospital de Gijón objetaron, y la muchacha tuvo que buscar voluntarios. Todo legal, pero la derecha se ha movilizado.
La derecha combate ahora mucho en la calle, con manifestaciones y cartelería. Podría cantar Ana Torroja una de esas rimas de Mecano: "Mira con qué gracia / practican la democracia / los que por desgracia / nunca le vieron la gracia / y hasta Victoria de Samotracia / dice: oh, oh, viva la acraciaaa".
González no se inmuta. Está de bajón por la crisis de Gobierno a la remanguillé: la preparó para Boyer y Boyer le plantó. Como si Pedro hubiese replicado a Jesús: "Ni piedra ni piedro; paso de la Iglesia. Además, aquí el Maestro soy yo, por si no lo sabes". Manuel Fraga dijo ayer que lo del PSOE no se arregla ni con Azor ni con marquesas, en una pícara alusión a la relación entre Miguel Boyer y la marquesa de Griñón, Isabel Preysler. Para el PCE de Gerardo Iglesias, es una ofensa a la memoria de la izquierda (lo del Azor). En el caso de Fraga, a lo mejor es que lo considera una profanación (lo del Azor). En una de sus queimadas veraniegas podría hacer una sesión de espiritismo: "¡Excelencia, se montan en el Azor!".
Ante el referéndum de la OTAN, Alianza Popular no hará campaña. El no hacer aprecio es el mayor desprecio, oye. El PSOE hará campaña doble, según anunció ayer Txiqui Benegas. Se supone que la campaña socialista será a favor, aunque a lo mejor cuando llegue el referéndum ya están en contra otra vez. Habrá que estar atentos a los cojones del socialista don José Rodríguez de la Borbolla. Él nos anunció que hay que quedarse en la OTAN "por cojones"; igual nos dice ahora que hay que salirse "por cojones". Los cojones es lo que tienen: varían de posición sin que se sepa muy bien por qué.
En serio: si nos quedamos en la OTAN no es por culpa de Felipe, sino de la guerra fría. Ahora no podemos salir, porque se rompería el equilibrio precario y se montaría un pifostio por culpa de Reagan y Thatcher. ¡Ahora que semo europeo de pleno derecho! Con lo que nos ha costado llegar a Europa, a ver si nos van a echar. Más o menos es así. Seguro que Paco Fernández Ordóñez nos convence con simpatía y sin cojones. ¡Dios! ¿De quién se contarán los chistes ahora que no está Morán? Yo he oído uno de Almunia: "Prometimos 800.000 puestos de trabajo y hemos destruido 600.000, pero no se preocupen, porque en lo que queda de legislatura destruiremos los 200.000 que faltan". Carlos Solchaga dice que hay mucho empleo sumergido. Nicolás Redondo replica que hay mucho liberal suelto. Veremos cómo acaba el pulso. Miguel Boyer lo verá desde Marbella, junto a Isabel Preysler, en el chalé El Romeral. Qué cosas. Para él se acabó el ajuste.
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