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Suráfrica necesita quintuplicar los fondos para poder tratar a todos los seropositivos

Sólo el 2,7% de los 4,7 millones de afectados por el VIH tiene acceso a la medicación

La propuesta hecha el viernes pasado por el Gobierno surafricano de extender el tratamiento antiviral a los cinco millones de infectados por el VIH tiene el principal inconveniente en su coste. Según un primer cálculo de los ministerios de Sanidad y Hacienda, ello implicará un gasto de unos 17.000 millones de rands (unos 2.000 millones de euros) en 2010, cinco veces más que el presupuesto dedicado en 2003 al sida y otras enfermedades de transmisión sexual: 3.300 millones de rands (unos 400 millones de euros). Actualmente, menos de 30.000 personas tienen acceso a la medicación.

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Uno de cada 10 surafricanos es seropositivo y la ONU estima que la enfermedad mata hasta 1.000 personas al día. Casi dos millones de niños serán huérfanos para 2010 si el tratamiento no se generaliza. El 80% de la población recibe asistencia sanitaria a través del sistema público. Un informe del Banco Mundial afirmó el mes pasado que, si el Gobierno no hace nada, en tres generaciones el sida colapsará la economía.

El anuncio gubernamental no vino acompañado de un plan concreto. El proyecto será dado a conocer a fines de septiembre, cuando la Fundación Bill Clinton, la Fundación Nelson Mandela y el Gobierno den a conocer cómo se suministrarán los fármacos. Según un portavoz gubernamental, el objetivo del plan es evitar la muerte de 1,7 millones de personas en cinco años y la orfandad de 860.000 niños en ese periodo.

De acuerdo con los cálculos de una multinacional del automóvil, las diversas medidas (fabricación de genéricos y negociaciones con las farmacéuticas para importar productos más baratos) han rebajado el tratamiento por persona y año a menos de 500 dólares (440 euros).

Presupuesto

El presupuesto de este año destinó 3.300 millones de rands (unos 398 millones de euros) al sida. El Gobierno ha recibido otros 35,9 millones de euros del Fondo Global de la ONU, tras dos años de disputas sobre cómo debería invertirse dicha suma. El presupuesto ha sido casi diez veces superior al del periodo 2001/2002 (350 millones rands), al incluir el suministro de nevirapina para embarazadas.

Un 25% de las mujeres que dan a luz en los hospitales son seropositivas. La nevirapina es un medicamento que se da una sola vez, para evitar la transmisión del VIH de la madre al hijo, y que tiene una eficacia superior al 80%. El Tribunal Constitucional había obligado en julio de 2002 al Gobierno a suministrar el fármaco, pero la ministra de Sanidad siempre ha dicho que no cuenta con los fondos necesarios para cumplir con la orden en todo el país.

Un consejero de Sanidad afirmó la semana pasada, en la primera Conferencia Africana contra el Sida en Durban (Suráfrica) que, si no se tomaban medidas, cinco millones de personas morirían en diez años.

La conferencia fue un fracaso para el Gobierno. Tshabalala-Msimang fue recibida con abucheos, y tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Agencia de la ONU para el Sida (Onusida) pidieron un cambio en la política oficial de centrar todos los esfuerzos en la prevención.

"Ahora lo único que falta es que [el presidente] Mbeki y (la ministra] Tshabalala-Msimang den la cara y pidan disculpas a la gente", dijo ayer Bantu Holomisa, líder del Movimiento de la Unión Demócrata.

El anuncio del cambio de planes del Gobierno (la semana pasada la ministra de Sanidad todavía insistía en que lo principal era mejorar la nutrición y negaba la utilidad de los cócteles antivirales que se usan en el resto del mundo) fue recibido con alegría, pero no así la vaguedad sobre la financiación de la promesa. Holomisa calificó la iniciativa del Gobierno como una medida publicitaria cuando falta menos de un año para las elecciones presidenciales.

Acusación de genocidio

Patricia De Lille, líder de los Demócratas Independientes, indicó que Tshabalala-Msimang "debería no sólo dimitir, sino ser procesada por la Comisión de Derechos Humanos por su empecinada negativa a ofrecer tratamiento a quienes padecen sida".

En cambio las ONG, encabezadas por la TAC (Treatment Action Campaign, siglas en inglés) han retirado la demanda por genocidio interpuesta contra la ministra.

Zackie Achmat, líder de TAC, felicitó al Gobierno por la decisión, y matizó: "Esperaremos a ver el plan antes de celebrarlo. Pero para todos los que vivimos con VIH en Suráfrica y nuestras familias es la primera señal de esperanza". Su compañero Nathan Geffen manifestó: "Todavía no hemos descorchado las botellas de champán, pero realmente pienso que es un compromiso serio y que, si no lo es, las repercusiones serán tremendas".

Por su parte, el coordinador de Médicos Sin Fronteras en Suráfrica, Eric Goemaere, señaló que la iniciativa "reconoce claramente la gravedad y la urgencia del reto que se avecina, y simbólicamente desbloquea una situación de negación que ha durado demasiado. Ya no hay marcha atrás".

Niños con sida atendidos en un hospital de Pretoria.
Niños con sida atendidos en un hospital de Pretoria.GISELE WULFSOHN

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