La fiscalía rusa aumenta su presión sobre el magnate Jodorkovski, opuesto a Putin
El interrogatorio al millonario se interpreta como un aviso para que no entre en política
Mijaíl Jodorkovski, el hombre más rico de Rusia, con una fortuna superior a los 8.000 millones de dólares, fue interrogado ayer durante dos horas por el caso abierto contra su mano derecha, Platón Lébedev, presidente de Menatep, el centro financiero de la petrolera Yukos. Además de Jodorkovski, que encabeza esta compañía, fue interrogado durante más de cinco horas Leonid Nevzlín, otro de los principales accionistas de la petrolera. Estos hechos se interpretan en Moscú como un ataque contra Jodorkovski y una advertencia para que no participe en política.
Las medidas tomadas por la fiscalía y los tribunales, que han incoado un proceso por la privatización, supuestamente ilegal, de una compañía estatal ocurrida nueve años atrás, están teniendo consecuencias negativas para la economía y para la imagen de Rusia. Las acciones de la principal petrolera siguieron cayendo en el día de ayer -Yukos ya ha perdido más de 2.000 millones de dólares-, mientras que economistas y varios senadores advertían de que los inversores extranjeros darían la espalda a Rusia.
Además, en los medios empresariales rusos se teme que ahora se cuestione todo el polémico proceso de privatizaciones desarrollado en la época de Borís Yeltsin, lo que sólo podría traer inestabilidad al país.
La mayoría de los observadores considera que el encarcelamiento de Lébedev en la tristemente famosa prisión de Lefórtovo y los interrrogatorios de Nevzlín y Jodorkovski, codueños de Yukos, no están motivados por un conflicto económico, como afirma la fiscalía, sino por causas políticas. El Kremlin estaría asustado por la influencia que está adquiriendo Jodorkovski y por su actitud independiente con respecto al actual régimen.
Un ambicioso proyecto
Jodorkovski está poniendo en práctica un ambicioso proyecto de formación de cuadros políticos a lo largo de Rusia, y también se le considera el ideólogo de un plan según el cual los hombres de negocios controlarán el nuevo Parlamento, que debe elegirse en diciembre próximo. De conseguir esta meta, se erigiría en el hombre que podría decidir quién será, si no el próximo presidente -nadie duda que en los comicios de marzo Vladímir Putin será reelegido-, sí el sucesor del actual líder.
El multimillonario -que tiene sólo 40 años y que dentro de cinco desea dedicarse a otra cosa, posiblemente la política- sostiene que no tiene ambiciones de ser presidente de Rusia, pero sí aboga por que se haga caso a los grandes industriales a la hora de decidir la política económica del país.
El método de presentar como conflictos económicos los ataques contra quienes el Kremlin considera sus opositores ya se ha convertido en tradición después de la llegada al poder de Putin. Baste recordar que la eliminación de Media Most -el imperio de prensa de Vladímir Gusinski- se pudo realizar gracias al crédito que el monopolio estatal Gazprom le había dado, y que Media Most no pudo pagar cuando le fue exigido a instancias de Putin. También TV-6, la televisión de Borís Berezovski, crítica al Kremlin, fue destruida gracias a que un accionista minoritario -una compañía de seguros afiliada a la petrolera Lukoil- recurrió a los tribunales para exigir que se la declarase en bancarrota. Tanto Gusinski como Berezovski finalmente tuvieron que huir al extranjero, pero incluso fuera del país el Kremlin ha continuado persiguiéndolos y ha tratado de extraditarlos.
Grigori Yavlinski, líder del partido Yábloko, declaró ayer que lo que está ocurriendo con Lébedev es "un intento de aplastar a los opositores políticos" del actual régimen. Con su encarcelación y los interrogatorios a los codueños de Yukos, las autoridades pretenden "atemorizar" a los empresarios que apoyan a los partidos críticos con el Kremlin, y "hacer una advertencia a las otras grandes compañías", señaló Yavlinski. Jodorkovski ha dicho públicamente que durante las próximas elecciones parlamentarias financiará a Yábloko y a la Unión de Fuerzas de Derecha, ambos rivales del propresidencialista partido Rusia Unida (ex Yedinstvo).
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