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LA POSGUERRA DE IRAK

EE UU suaviza la resolución sobre Irak para lograr el respaldo del Consejo de Seguridad

El nuevo texto amplía las competencias de la ONU y garantiza el pago de las deudas iraquíes

Estados Unidos espera conseguir un amplio respaldo en el Consejo de Seguridad cuando esta semana presente a votación su resolución sobre Irak. Ya dispone de los nueve votos necesarios, y no descarta conseguir la unanimidad. El clima diplomático ha cambiado. Además de la reconstrucción iraquí, están en juego la relevancia de la ONU en futuros conflictos y las relaciones con Washington, dos poderosos factores de consenso. El nuevo texto, que EE UU presentó el lunes junto con España y el Reino Unido, parece haber derribado, con concesiones, los últimos obstáculos a la negociación.

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La nueva resolución introduce cambios formales, pero mantiene el núcleo duro de la resolución: pide el levantamiento inmediato de las sanciones, otorga un mandato indefinido a las potencias ocupantes en Bagdad, hasta la formación de un "Gobierno representativo", y confirma su control sobre el petróleo iraquí, bajo supervisión internacional.

Ante las críticas del resto del Consejo de Seguridad, los tres copatrocinadores accedieron finalmente a ampliar las competencias de la ONU, que se irán precisando en los próximos meses, en función de los acontecimientos sobre el terreno y de la personalidad del diplomático que ocupe el puesto de "representante especial". Éste se mantendrá en segundo plano, pero asumirá "responsabilidades independientes" y trabajará "de forma intensa con la autoridad" ocupante en la reconstrucción política del país.

Si la votación se celebra antes de finales de esta semana, como ha pedido Estados Unidos, las negociaciones apenas habrán durado dos semanas, todo un récord. El pasado noviembre hicieron falta casi ocho semanas para votar la resolución 1.441 que permitió la vuelta de los inspectores de Naciones Unidas a Irak.

En esta ocasión, el grueso de las discusiones diplomáticas se ha llevado a cabo en las capitales. El jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell, en un esfuerzo por soldar la fractura trasantlántica, viajó hasta Europa para entrevistarse la semana pasada con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el canciller alemán, Gerhard Schröder. Hoy se reunirá en París con sus homólogos del G-8 (los ocho países más industrializados del mundo).

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Washington ya dispone de los nueve votos necesarios para aprobar su propuesta. Su victoria diplomática se medirá en el número de abstenciones. Francia, Rusia, China y Siria son los cuatro miembros que más reparos han puesto al nuevo texto, pero en última instancia "nadie querrá quedarse aislado", indicó un diplomático del Consejo de Seguridad de la ONU. Algunos no descartan que Estados Unidos consiga, en el último momento, la unanimidad de los 15 miembros.

"Hay una tendencia a apoyar" la resolución, dijo el embajador de México ante Naciones Unidas, Adolfo Aguilar Zinser. En Kiev, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Ígor Ivanov, indicó que "no excluía" una votación esta semana. Rusia, con 4.000 millones de dólares en contratos pendientes con Irak, seguía pidiendo ayer más garantías para asegurarse el reembolso de su deuda.

Inspectores de armas

"No hay muchas ventajas en oponerse. Los problemas, sin embargo, pueden ser gravísimos: ¿qué país puede explicar a su opinión pública que se opone a Estados Unidos por tecnicismos legales?", resumió un diplomático de la ONU.

Las últimas concesiones, aunque cosméticas, fueron suficientes para conseguir el apoyo de la mayoría del Consejo. "Los tres copatrocinadores incluyeron la palabra mágica: Unmovic [los inspectores de armas de la ONU], y eso ayudó mucho", comentó ayer otra fuente diplomática. Los inspectores de armas de la ONU, que no eran citados en los dos primeros borradores de la resolución, no tienen ningún papel en los planes estadounidenses. En un futuro podrían sin embargo certificar que Irak ya no posee armas de destrucción masiva, una forma de justificar a posteriori el levantamiento de las sanciones.

El nuevo texto también crea un Fondo de Desarrollo donde se ingresarán los dividendos del petróleo iraquí. Éstos gozarán de una inmunidad ante cualquier tipo de reclamación hasta el año 2007, salvo en el caso que se produzca un "accidente ecológico".

"Han ganado los imperativos sobre el terreno.La situación se está degradando. Estados Unidos quiere empezar cuanto antes la reconstrucción", comentaba una diplomático cercano a las negociaciones, "y no descartó que, si las cosas siguen complicándose, quieran compartir aún más responsabilidades con la ONU".

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